Amaury Pérez Vidal no se cansa de decir “no soy periodista”. Realmente es trovador, compositor, con unos cuantos números que engrosan los recuerdos de más de una generación y también ha sido utilero en el ICAIC, escritor de libros, organizador de espectáculos, buen bebedor, seductor con las mujeres, galante con los hombres y… CONDUCTOR DE TELEVISIÓN.
Lo trae en los genes: es verdad que ha leído más que muchos doctores en letras, pero lo suyo es el suero de la conducción que recibió en vena antes de nacer. Fue un trasiego de madre a hijo. Sólo eso puede explicar que un hombre No periodista construya una excelente entrevista con un interlocutor no común: durante un poco más de sesenta años en la televisión cubana no se entrevistaba a un Cardenal. Para cualquier profesional de la prensa tener sobre sus hombros esa misión no es fácil. El no periodista Amaury no sólo lo hizo, sino que mostró ecuanimidad y serenidad totales, como si todos los días él entrevistara a altos dignatarios de la iglesia.
Claro, católico por fe y practicante, Amaury no estaba desprotegido: su contrincante es la persona de la más alta jerarquía curial, su eminencia Jaime Ortega, a quien profesa amistad desde unos cuantos años atrás. Fue una conversación entre hombres del mismo credo, con diferentes potestades, e interesados en un fin común: que este diálogo, por su transparencia, se insertara en el proceso que hoy vive Cuba.
Amaury como lo que no es según él, un buen periodista, hilvanó pregunta tras pregunta con inteligencia y respeto: situaba temas no comunes en la prensa cubana, e iba para otros más íntimos con el fin de que el Cardenal se sintiera cómodo y además para que los televidentes conociéramos un poco más de ese hombre que rige la Iglesia Católica.
Para los televidentes fue una lección desde cómo se elige un obispo, un cardenal, incluso un Papa. También una imagen de un amante hijo que disfrutó a su viejita hasta el último día de existencia.
En fin, en ese programa Con 2 que se quieran-2, gracias al no periodista Amaury Pérez Vidal, todos los que seguimos al espacio, conocimos como si estuviera en la sala de nuestra casa, al máximo representante de su Santidad, el Papa Francisco, en Cuba. Fue un buen preámbulo para la llegada del prelado de Roma.
Ahora bien, el espacio conducido por el hijo de Consuelo y dirigido por ese mismo hijo de Amaury, nos puede brindar cuarenta minutos con la risa a flor de labios por tener ahí, cerquitica, a Ulises Toirac, uno de los mejores actores de Cuba. O sumergirnos en la crítica, de una forma suave, como al descuido, de la mano de la Dra Adelaida de Juan o dejarnos en el recuerdo a ese volcán, vestido de actriz, Alina Rodriguez, en su última comparecencia televisiva. Aún me pregunto por qué esa excelente entrevista no se retransmitió cuando Justa, Carmela, digo, Alina decidió mudarse del planeta tierra.
Quedan unos cuantos Con 2 que se quieran -2, hasta bien entrado el año que viene se estará televisando, por Cubavisión los martes a las 8 y 30 de la noche. Se que Tomasita Quiala será la próxima invitada, y aunque conozco los nombres de futuros protagonistas del espacio, dejo el acto de revelarlo al director.
Desde la primera entrega de la actual temporada escribí del bello, sobrio y acogedor entorno en el que se desarrolla la conversación. El uso de la luz que contribuye a un ambiente de intimidad, favorece a que el programa nos sumerja en la conversación e intentemos realizar alguna pregunta.
Esa atmósfera en la que se habló de religión, pero sobre todo de Cuba, durante el último martes, permitió que en nuestras humildes casas llegara el Cardenal y nos diera más luz acerca de lo que será la visita de Su Santidad, el Papa Francisco. Gracias, entonces, al no periodista Amaury Perez Vidal por mantener un programa de vocación tan ecuménica y humanista.
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