El director José Ramón Artigas opina sobre las tres décadas de salida al aire del programa
Para algunos de sus más fieles seguidores, no debe o no puede ser considerado un programa “viejo” o “pasado de moda” dentro de las propuestas de la televisión cubana.
Supone una opción que lleva a la pequeña pantalla un conjunto muy elaborado de alto nivel estético, que pretende estar a tono con la política cultural del país.
Ha sabido trascender en el tiempo y, según sus realizadores, goza aún de buena aceptación popular. Mantiene la misma línea desde que fuera creado hace tres décadas, y se renueva ante el desarrollo e incremento de las manifestaciones artísticas.
El proceso de producción parece fácil, pero no lo es. Requiere de tanteos y de una constante retroalimentación con el público, que siempre precisa encontrar los mejores exponentes De la gran escena.
José Ramón Artigas, experimentado director de la televisión cubana, indicó en entrevista a esta publicación cuáles fueron los móviles que llevaron a asumir un programa de alto vuelo cultural que desafía nuevos públicos y formas diferentes de apropiación cultural.
De la gran escena es un programa con 30 años en la pantalla chica nacional. ¿Cómo ha logrado mantenerse durante tanto tiempo?
Me parece se ha debido a la posibilidad de entregar al público una propuesta interesante que le permita acceder a manifestaciones artísticas con un alto nivel estético. Ese ha sido nuestro propósito inicial y lo seguimos manteniendo.
La primera transmisión se realizó el viernes 8 de noviembre de 1985, y pretendimos que el pueblo se acercara a la música clásica y a algunas manifestaciones danzarias desfavorecidas en los medios nacionales.
Quisimos hacerlo a través de un programa ligero, que luego encontraría una propuesta más abarcadora en el espacio Gala.
Tenemos un buen índice de teleaudiencia y aceptación popular. Eso se debe a que nuestra misión es alimentar el espíritu y presentar a los televidentes momentos elevados de la realización artística y cultural.
Sin embargo, el tiempo de salida al aire se ha visto reducido en comparación con los inicios
Sí. En aquel tiempo el programa tenía aproximadamente 1 hora y 25 minutos. Con los años se fueron haciendo modificaciones en cuanto a los días o el tiempo de salida al aire. Luego de reducirse a una hora, nos quedamos con 27 minutos. Ese es el espacio que tenemos desde hace 20 años.
¿Cuán importante es el guion en un programa de este tipo?
El guion es fundamental en nuestro programa. Todo parte de ahí. A través de él intentamos combinar, informar y motivar. Actualmente lo hace Tomás Alfonso, quien había sido el asesor cuando Orlando Quiroga lo escribía.
Es complicado hacerlo, pues debemos buscar el equilibrio en las propuestas. Debe estar lo cubano, pero también lo universal.
Nosotros salimos al aire a las ocho y media de la noche, y resulta importante considerar que nos va a ver un público generalista, de diferentes edades, y en algunos casos, se trata de un público nuevo, joven.
No podemos hacer las cosas como cuando salíamos a las once de la noche o teníamos otra teleaudiencia, quizás más interesada en sacrificar el sueño para ver el programa.
Para lograr un buen guion tratamos de trabajar en equipo, de manera que se logre lo que yo llamo una inteligencia colectiva. Asimismo, aspiramos a sostener la retroalimentación con nuestro público.
¿Cómo seleccionan los materiales?
Tratamos de honrar el nombre del programa y proyectar aquellas manifestaciones que provienen, a nuestro juicio, de la gran escena. Pienso que el programa tiene la posibilidad de vincularse con el actual espacio Bravo, que dirige Roberto Ferguson.
Incluimos también a las artes plásticas, una manifestación fuerte de la cultura cubana, para enriquecer nuestras emisiones. Eso nos ha proporcionado fondos de lujo durante estos años. Tampoco ha faltado la poesía.
A veces las personas se cuestionan de dónde sacamos los materiales. Y yo digo que Orlando Quiroga y Tomás Alfonso constituyeron un binomio muy interesante. Nuestras asistentes también se mueven hacia lugares donde están las exposiciones de artes plásticas o buscan la manera adecuada de balancear la propuesta musical.
Recientemente hemos visto un cambio en la conducción…
María Victoria Gil estuvo en el programa por casi 29 años e intercaló con varias figuras masculinas. Actualmente, después de un casting, elegimos a la joven Maylín Abad, con buena dicción e imagen.
¿Se sienten bien con la propuesta visual del espacio o creen que necesitan mejorar?
El programa ha ido ganando mayor empaque visual y factura en los dos últimos años. Sería bueno contar con una escenografía digital. La factura importa, pero lo principal es el contenido. Y en ese aspecto ponemo
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