Asegura Eduardo Valdés Rivero, profesor, guionista y director artístico audiovisual

Con varias décadas de trabajo en el mundo de las cámaras, el realizador audiovisual Eduardo Valdés Rivero se considera un “gran consumidor de la televisión y los medios en sentido general”, y admira a los que trabajan en la pantalla chica porque “es una máquina de moler personas”.

A pesar de tener una formación académica fundamentalmente cinematográfica, Valdés trabajó algún tiempo para la televisión, lo que le permitió alcanzar una visión global del trabajo en este medio y acercarse a diferentes manifestaciones artísticas, como la música, la danza, el teatro y el ballet.

En declaraciones a esta publicación, destacó que a la hora de hacer un comentario o crítica sobre el trabajo en la televisión cubana hay que tener en cuenta el sacrificio de los realizadores porque son personas muy entregadas y constantes.

No obstante, aseguró, sería necesario trabajar más en cuanto a imagen visual de los productos para evitar que el público se sienta atraído por propuestas alternativas.

“La televisión cubana tiene propuestas muy interesantes, programas y guiones bien concebidos, pero debería mejorarse el empaque de algunos espacios para hacerlos más atractivos al público.

 

“La premura o falta de recursos adecuados muestran que hay programas que necesitan un cambio de visualidad. La escenografía impone cambios porque visualmente se agota.

“También solemos escudarnos a veces en los problemas económicos, cuando el talento también importa. Y la realidad es que calidad de los realizadores es muy determinante”, precisó.

Para el profesor, la televisión resulta un medio muy noble cuando se tiene una formación cinematográfica, y la propia dinámica de la pantalla chica puede influir en la calidad del producto final.

“El cine y la televisión se expresan en imágenes: en la gran pantalla se trabaja plano a plano, pero en el otro medio no. La televisión se hace muchas veces en un estudio, con una iluminación más general que permite a los camarógrafos trabajar los movimientos de cámara con mayor libertad y una profundidad focal que impida el desenfoque del objeto esencial”, indicó.

A los que aspiran a convertirse en directores de televisión les sugiere comenzar por la base, como asistentes, de manera que logren paso a paso la experiencia necesaria para dirigir un espacio.

“Yo estudié Producción y Dirección Cinematográfica en la antigua Unión Soviética, y cuando regresé a Cuba comencé siendo asistente. En aquel momento, producto de la juventud, no lo entendí muy bien; pero el tiempo me demostró que fue el camino correcto.

“Uno tiene que empezar de asistente de dirección, o de cámara, o de edición, porque eso te permite iniciarte profesionalmente y coger oficio. Un buen día, sin darte cuenta, estás en posesión de un método de trabajo que el tiempo se encargará de perfeccionar poco a poco. Comenzar como director directamente es cosa de genios”, destacó.

Valdés Rivero es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, ha representado a su país en diferentes eventos extranjeros, y diversas instituciones cubanas le han conferido múltiples reconocimientos, entre los que se destaca la Orden por la Cultura Nacional, conferida por el Ministerio de Cultura.

Desde hace varios años ejerce la docencia y es autor de diferentes planes de estudio relacionados con la producción y la dirección audiovisual.

“Este trabajo es muy importante para mí porque aprendo mucho dando clases e intercambiando con los alumnos, y eso me obliga a tener actualizados mis conocimientos”, concluyó el realizador.

 

 

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