La segunda edición del show televisivo no hará distinciones entre profesionales y aficionados
Un cambio de imagen que incluye espacios más urbanos y parejas bailadoras que no se definen como profesionales o aficionadas estarán dentro de los cambios de la segunda temporada del espacio Bailando en Cuba, que saldrá al aire desde finales de enero hasta mediados de abril por el canal Cubavisión.
Producido por RTV Comercial, el nuevo show asumirá nuevamente el reto de captar el interés y la motivación del público cubano durante una hora y media en las noches de cada domingo.
En declaraciones a esta publicación, Manuel Ortega, director general de Bailando en Cuba, resaltó que la nueva edición se encuentra en proceso de grabación de los videos promocionales, y propondrá al televidente un producto distinto basado en las opiniones sobre la temporada anterior.
“Vamos a vincularlo todo a espacios más urbanos: la puesta en escena, las formas de ejecutar el baile, el vestuario… La tematización de las galas será también completamente diferente. Esta vez tendremos en cuenta las cuestiones que no funcionaron el año pasado y trataremos de corregirlas”, señaló.
Aclaró que la segunda temporada de la competencia mantendrá el mismo jurado de la etapa anterior, pues se trata de tres reconocido artistas, muy respetados por el pueblo cubano por ser “verdaderas instituciones dentro de sus estilos de baile”.
El director del show agregó que habrá cambios con algunos de los conductores y coreógrafos, y saldrán al aire 12 programas, en lugar de los 10 que se proyectaron en la primera entrega televisiva.
“También incluiremos una especie de gala dedicada a la danza para tener más tiempo para la preparación de la final y que los concursantes puedan tomar un pequeño descanso. El año pasado los competidores llegaron muy cansados al final, pues realmente el proceso de preparación es muy fuerte y nuevamente se les exige bastante, en aras de mostrar un buen espectáculo”, señaló.
Ortega insistió en que no debe verse esta competencia desde el mismo prisma del programa Para bailar, proyectado hace varios años, pues se trata de algo distinto que se realiza en un contexto diferente y en una época con otros valores estéticos y promocionales.
“Nuestro discurso inicial estuvo en función del baile, pero después lo pusimos en función de la danza. Lo hemos determinado de esta manera porque lo que verdaderamente defendemos son los ritmos cubanos”, precisó.
Para la segunda temporada de Bailando en Cuba, el equipo de producción realizó un casting abierto en la Sala Atril del teatro Karl Marx, en La Habana, al cual se presentaron potenciales concursantes de todo el país.
“Un aspecto novedoso para este año es que no habrá diferencia entre profesionales y aficionados: serán simplemente bailadores que llegarán a la competencia y harán su demostración.
“La división entre profesionales y aficionados creó mucha ansiedad el año pasado. Ya tenemos una preselección de 50 bailadores, y el jurado se encargará de decidir quiénes serán los 32 concursantes que conformarán las 16 parejas en competencia.
“El año pasado muchos aficionados estuvieron a la misma altura de los profesionales, porque normalmente le ponen un extra a su demostración para pretender estar al nivel de los profesionales. Y el jurado se dio cuenta de eso”, señaló Ortega.
El director acotó que tiene muchas expectativas con esta nueva entrega porque considera este espacio una oportunidad de disfrute para el pueblo cubano.
“Aun así creo que es un reto muy grande pretender sentar nuevamente al público frente a sus televisores cada domingo y seguir la competencia durante varias semanas. Pero será un gran espectáculo que mezclará varias especialidades y la competencia será fuerte, atrevida y atractiva”, puntualizó el director.
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