Sigo riendo como una tonta cada lunes a las 8 y 30 de la noche con Vivir del cuento. Me río más de lo sugerido que de lo dicho y algunas  veces llamo a su director Ignacio Hernández, Nachi, para comentarle.

Jaime Fort es su guionista principal y hace tiempo quería hacerle una entrevista. Él tiene la misma preocupación mía ¿por qué si es el programa más popular de Cuba no se retransmite?. Que no me pongan de pretexto a niñas y niños, porque lo disfrutan de lo lindo después del noticiero (¿o como continuación del noticiero?). Si vale la pena poder ver y reflexionar con  Vale la pena dos veces a la semana, ¿Por qué no poder reír doble? ¿Acaso, (¿verdad Calviño?), la risa no es una excelente medicina?. Y bueno lo dejo lector,  con el guionista de ese programa que seguro a usted le gusta:

           - Fuiste un colmenero ¿Y antes? ¿Cómo llegas allí?

-Bueno, mi inicio en La Colmenita es un poco curioso... Cuando Carlos Alberto Cremata decide crear La Colmenita, llamó primero a algunos niños que habían participado en la última serie de Cuando yo sea grande (que dirigía su mamá) ; y entre ellos estaba mi hijo Joan, que entonces tenía cinco años. Así fue que conocí a Tin. En aquel entonces, los niños de la Colmenita (que eran unos pocos) y los adultos de La Colmena, participaban conjuntamente de las puestas en escena en las obras para niños y al mismo tiempo, La Colmena hacía teatro para adultos. Tin me invitó a actuar en una de ellas, recuerdo que era El Jardinero del Convento, una versión de Hector Quintero sobre los cuentos del Decamerón. Desde ese momento y hasta hoy en día, mi vida ha estado vinculada al teatro. Yo tenía entonces 27 años y trabajaba como electrónico en la Empresa de Calderas.

A mí, al principio, me hubiera gustado contar que era graduado de alguna escuela de arte en Cuba, porque respeto mucho la academia, pero más tarde, me di cuenta que todo el tiempo que trabajé y conviví junto a Tin y La Colmenita, fue igual que una escuela. De hecho, Tin era profesor de teatro en el ISA, y sus alumnos "oficiales" eran actores y actrices del grupo. Yo mismo fui un co-protagónico de la obra con la cual se graduaron esos jóvenes. Por otro lado, en La Colmenita, como todos hacíamos de todo, fue una escuela de teatro integral, aprendimos de escenografía, de iluminación, de sonido y en mi caso, de dramaturgia también.

-¿Qué significó esa experiencia para ti?

-Toda esa época fue el inicio de un enriquecimiento espiritual e intelectual, de leer mucho, de pasar talleres, de trabajar con figuras consagradas del teatro cubano e internacional y aprender todo lo posible de cada uno. Pero, sobre todo, de aprender haciendo teatro, actuando lo mismo en grandes escenarios, que en pequeñas comunidades rurales.  

-¿Cómo llegas a escribir?

-Empecé a escribir breves obras de teatro para un taller de la Colmenita que yo dirigía. A Tin les gustaron y me animó a que lo hiciera para el grupo. Así comencé a escribir versiones muy libres de clásicos infantiles y cosas más originales, siempre con buena dosis de humor.

-Eres el guionista principal de Vivir del Cuento ¿Cómo te integraste a ese equipo?

-Empecé a escribir para Vivir del Cuento en el 2011. Maricel Pestana, que es asesora de la televisión y amiga mía, me dijo  que lo intentara, ya antes me lo había pedido para El Cabaret D´enfrente que dirigía Jape y había llegado a escribir varios guiones que se realizaron, pero el programa salió del aire cuando apenas yo empezaba. Así que llevé un par de guiones a Nachy y me llamaron después para grabarlos. 

-Tanto Nachi como, Silva, por poner dos nombres, hablan de un trabajo en equipo para la construcción de cada programa ¿cómo se siente el guionista con las modificaciones que le puedan hacer?

-Cada guionista debe tomárselo según su forma de ser y según sean esos cambios y modificaciones. El quipo de Vivir del Cuento es muy exigente con los guiones y cuando un guionista escribe un libreto para una comedia de situación, como es en este caso, debe tener en cuenta los códigos de la comedia televisiva en primer lugar y luego el tono o el estilo del programa en particular. Yo he tenido suerte, o me he adaptado a ese estilo, el caso es que mis guiones no sufren muchas modificaciones en realidad, sí pueden enriquecerse con chistes y situaciones que el director o los actores le agregan, pero no sufren mucho en cuanto al argumento y la forma de contarlo.

-Sin un buen guion no hay buen programa, es una fresa hecha y una gran verdad ¿de dónde sacas los temas?

-Principalmente de la prensa. Luego de lo que esté pasando en la calle. Esos son  los mejores guiones. Si por ejemplo, el Estado aprueba y propone las Cooperativas urbanas como nueva forma de gestión económica, entonces hay que hacer una cooperativa en casa de Pánfilo (Al pan, pan)  Si están llegando al país cruceros turísticos por primera vez en tantos años, hay que tocar el tema de alguna forma (Capitán de crucero) Si la gente está yendo a Panamá, o a Ecuador, a comprar cosas para revender en Cuba, hay que hacer un programa sobre eso, o al menos, que hable del tema. Preocupaciones como la baja natalidad, la doble moral, la corrupción, los falsos religiosos, la homofobia, se han tratado en el programa. También el triunfalismo de la prensa, el escaso margen de acción y las trabas que sufre un delegado del Poder Popular. La difícil situación, o la desventaja en que se encuentran muchos adultos de la tercera edad es un tema recurrente del programa, dado que sus protagonistas son ancianos. Creo que el éxito del programa, aparte de la gracia que se han ganado sus personajes, es que refleja con sinceridad el entorno cubano actual y su crítica hacia lo mal hecho. Y cuando digo sinceridad también incluyo responsabilidad. Nunca hacer una crítica sin un basamento objetivo, ni hablar por hablar. Si voy a hacer un guión sobre el cambio de tuberías en la red hidráulica y digo que las nuevas tuberías están hechas con "polímeros de alta densidad" es porque lo busqué. Si voy a hablar de cómo funcionan los subsidios para construcción y reparación de viviendas, voy al rastro de mi barrio y averiguo hasta el último detalle, y le pregunto a la gente, para tener todas las versiones. Por supuesto, hacemos comedia, hay que exagerar  las situaciones y crear enredos y conflictos, pero te aseguro que no se fuerzan ni se miente en los aspectos de la realidad circundante. 

Hay todavía cosas que no comprendo y algunos temas que no se pueden tocar. Espero que llegue el momento.   

- ¿Y los chistes para cada personaje?

-Cada actor tiene muy bien "agarrado" su personaje y todos ellos saben muy bien cómo reaccionaría el suyo ante cada situación. Por eso muchos chistes son aportes de los mismos actores. Yo, por mi parte, escribo los diálogos completos. Es la parte que más me gusta. Luego de 161 guiones escritos y grabados, ya los personajes "me hablan" solos.

-¿Creas los papeles que luego interpretarás?

-En realidad no he interpretado muchos. Últimamente le pedí a Nachy hacer uno, más o menos fijo, el inspector Severo, porque creo que es una figura necesaria para crear conflictos y porque me gusta mucho la actuación. Pero ahora mismo llevo unos meses en España con mi familia y eso me impide actuar en el programa. Aunque no escribir para él, gracias a la tecnología de las comunicaciones, este mismo mes los cuatro programas que se grabaron fueron guiones míos escritos desde aquí.  

-¿Cómo te desdoblas para escribir un guion tan  diferente como los de La colmenaTV y Vivir del cuento?

-Bueno, hacer espectáculos para niños es lo que había hecho casi toda mi vida. Y en ellos el humor también ha sido una constante. A los  niños no hay que tratarlos muy diferente en cuanto al humor, de hecho, muchos de los seguidores de Vivir del Cuento son los niños. También porque es un programa que trata de alejarse de la vulgaridad y lo soez, elementos a los que tanto suele acudirse en los espectáculos de humor. Y si recuerdas, La Colmena TV, abordaba el gran show televisivo de concurso con cierta mirada paródica, desde una perspectiva diferente. Al menos eso intentamos.  

-El humor y el trabajo para y con niños ¿que otras zonas de la escritura tienes en mente? O puede ser la actuación, la dirección…

-Aunque no tengo planes concretos, me gustaría escribir de forma más personal, contar historias cotidianas de gente sencilla, que sin embargo puedan resultar interesantes, divertidas y al mismo tiempo conmovedoras.

Sí tenemos propósitos de hacer con la Colmenita un programa semanal, al menos por temporadas, como se hace ahora, que sería una especie de revista variada y didáctica, con diferentes secciones especializadas. Esto suena pretensioso y aburrido, pero creemos que será todo lo contrario. Se trata de despertar en los niños el interés por el conocimiento general (sobre el arte, la ciencia, la historia) de una forma dinámica y divertida, con mucho humor.  Ya los primeros programas están escritos. 

  • ¿Pesa mucho ser el escritor  principal  del programa más popular en Cuba?  

-La televisión absorbe mucho, hacer un argumento diferente casi cada semana te hace que todo el tiempo estés pensando en eso. Barazain, que es en estos momentos el otro guionista con que cuenta el programa y yo, llamamos a ese proceso "angustia". La angustia, no tanto del tema, pues ya te comentaba que los temas están en la calle, sino de qué vas a contar, qué puede pasar con ese tema, cuál va el enredo en el que se pueden ver envueltos los vecinos. Después de tantos programas es difícil no repetir algo o encontrar un recurso nuevo. Es difícil, pero se puede. Y tampoco podemos "bajar la parada", el público cada vez espera algo mejor.

-   Lo que no te haya preguntado y quieras decir

-Bueno, primero que todo quisiera decirte que me siento muy feliz de hacer el trabajo que hago. Creo que he tenido mucha suerte de poder dedicarme a lo que me gusta.

Sobre Vivir del Cuento, no voy a hablarte de las dificultades con que se trabaja, porque de eso abundó bastante el director  hace poco (http://www.tvcubana.icrt.cu/seccion-entre-tu-y-yo/3526-con-nachi-director-de-vivir-del-cuento-gracias-a-los-cubanos-que-nos-inspiran-a-contar-cada-historia) . Sin embargo hay algo que creo que no se dijo. Y es lo efímero del esfuerzo realizado. El programa tiene un costo material en concepto de realización, que siendo una televisión pública, sin beneficios comerciales, no genera ingresos; sin embargo el programa se pasa una sola vez. El que no lo vio no volverá a verlo. Hay mucha gente que se lo pierde y otras tantas a las que les gustaría verlo dos veces. Creo que debería aprovecharse más. Antes se retransmitía a la una y treinta de la madrugada. Hace tiempo no se hace. Cubavisión Internacional lo retransmite a lo loco, y suele repetir los mismos viejos muchas veces. Y no todo el mundo puede ver Cubavisión internacional. Eso no lo entiendo.

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