Este 14 de agosto se cumplen medio siglo de la aparición del personaje Elpidio Valdés en el imaginario de los cubanos

Uno de los códigos compartidos entre los cubanos es el arsenal de frases que nos han legado los muñes de Elpidio Valdés. En nuestro lenguaje común se han incorporado cientos de frases que conforman esa lengua viva, y esas frases provienen de un personaje que está cumpliendo cincuenta años y mantiene la lozanía de sus años juveniles.

Estudiar la presencia del Elpidio Valdés en el imaginario nacional requeriría de un análisis más completo y extenso. ¿Quién no tuvo su propio Palmiche, recortado de la revista Zunzún, en la caratula de alguna libreta? ¿Qué cubano no desafió a Resoplez e, incluso, trató de seducir a María Silvia? ¿Quién no fue y en ocasiones, vuelve a ser —desde otros contextos y con diversos sentidos— un pillo e insurrecto manigüero?

Pues este 14 de agosto se celebra medio siglo de la aparición del personaje en las historietas del semanario Pionero, que cuatro años más tarde se llevó al cine en un cortometraje. También tiene la virtud de haber sido el primer largometraje animado en la historia de nuestro cine y, desde la fecha hasta hoy, se ha convertido en uno de los personajes más memorables de nuestra niñez.

En una entrevista, Juan Padrón (1947-2020) se preguntaba: “En realidad para mí es un misterio el por qué un personaje que es una caricatura, un diseño humorístico, logra esa identificación con los niños que juegan a ser Elpidio Valdés”.

Más adelante, en ese propio diálogo con el cineasta Gerardo Chijona, Padrón señalaba: “Muchos niños me han dicho que lo quieren porque es un mambí, porque es cubano y valiente, porque luchó por Cuba. Creo que el personaje está apoyado fuertemente porque refleja hechos históricos, porque encarna a los heroicos mambises y su “personalidad” criolla refleja nuestro modo de ser… en fin…”.

Lo cierto es que el personaje ha calado muy hondo en la memoria de quienes crecimos disfrutando de sus aventuras. En la medida el tiempo ha pasado, su significación también ha aumentado en el ámbito cubano. Hoy, cuando Elpidio cumple una edad que lo distingue como adulto, sigue manteniendo esa juventud, esa lozanía y el ímpetu de sus mejores años, aquellos en los que pudo “domar” la rebeldía de su eterno compañero de viaje: Palmiche.

En un ensayo muy revelador acerca de su presencia en el imaginario nacional, Justo Planas expresaba: “La inteligencia de Elpidio Valdés no es académica, proviene de cierta facilidad del cubano para subvertir la función original de los objetos. Juan Padrón ha involucrado en este proceso de conversión símbolos de la identidad nacional de modo que el triunfo resulta más cultural que bélico”.

 

Bibliografía

Gerardo Chijona (S/A): “Elpidio Valdés en el país del largometraje. Una conversación con el realizador Juan Padrón”. Revista Cine Cubano, 98.

Justo Planas (2015): “El reverso mítico de Elpidio Valdés”. Anatomía de una Isla. La Habana: Ediciones La Luz.

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