La primera vez que lo vi, no tenía idea de quién era. Coincidimos en aquel motel de La Habana, cada quien llevado hasta allí por los deberes en el ejercicio del periodismo. Yo no me graduaba aún. 

“Ese es Omar George, el corresponsal de la televisión en Cienfuegos”, me dijo Leonardo, en aquel entonces mi compañero de aula; hoy, editor jefe en el periódico Ahora de la provincia de Holguín. De aquel momento, recuerdo solo su andar pausado.

Años después, sin embargo, tendría yo la oportunidad de trabajar a su lado; de conocerlo, de ver cómo está presente esa mesura también en su modo de actuar y de expresarse y lo más importante, que no es la suya calma perezosa, sino aquella que permite el análisis profundo del mundo en torno a él para llegar a una verdad que no pretende absoluta, sino, tan solo, genuinamente propia.

¿Cuál fue la primera referencia de la Televisión en Cienfuegos?

“Si me pides ir mucho más allá del momento fundacional del telecentro y de la corresponsalía de televisión, yo creo que la primera referencia que se pudo haber tenido de la televisión en Cienfuegos se la deberíamos otorgar, con todo el honor que merece, a Gabriel Toledo, quien fue un camarógrafo que, con una camarita de cine que incluso era de cuerda y la podemos ver aquí en el sitial histórico del telecentro, hacía coberturas informativas de Cienfuegos. Él radicaba en Santa Clara; estoy hablando de los años finales de la década del 60.

“Asumía con esa cámara de cine sucesos noticiables que se promovían en Cienfuegos, en Sancti Spíritus. Desde luego, no había un sistema informativo nacional tal y como hoy lo concebimos.

“Toledo no era propiamente periodista, aunque yo creo que al final el oficio lo convirtió en periodista, así que tomaba algunas notas del suceso, envasaba esa película, porque era cine lo que se hacía, la mandaba para La Habana y allí se procesaba como se hace con una película de cine, cortando pegando… te estoy hablando como del Paleolítico de los informativos de televisión”.

¿Cómo llega Omar, todavía no al mundo de la televisión, sino al periodismo en Cienfuegos?


Omar George comparte experiencias con sus compañeros durante la salida al aire del canal Perlavisión.

“Yo estudié en la Universidad Central de las Villas; me gradué en la especialidad de Lingüística de la carrera de Filología. En mis años de estudiante, en Santa Clara, yo hacía algunas colaboraciones con (el periódico) Vanguardia. Porque siempre me gustó escribir; porque mi papá fue periodista, y a veces, ‘de casta le viene al galgo’, ¿no? Me motivaba mucho colaborar con el periódico; incluso durante un año de mi carrera hice prácticas de producción en Vanguardia.

“Al terminar los estudios, mi primer lugar de trabajo fue el periódico 5 de Septiembre. Yo mismo me acerqué a este medio para ver si podía tener una oportunidad. Ellos estaban buscando un jefe de redacción.

“Era algo tentador, pero no era muy cómodo, porque te imaginarás cómo podía asimilar un colectivo de periodistas a un joven imberbe, recién salido de las aulas, que le enmendara la plana. Y la dirección del periódico pensó que por mi formación, podía aportar mucho a lo que era pulir el estilo y la redacción de los periodistas.

“No te voy a decir que al principio eso no transcurrió sin tropiezos, pero afortunadamente, y es un mérito que quiero resaltar del colectivo del periódico que sigue siendo en esencia el mismo en cuanto a espíritu y sentimiento, lejos de rechazarme, con el tiempo, fueron apoyándome y estimulándome.

“Ya cuando llevé un tiempo como jefe de redacción, no me conformé. Lo peor que me hubiera podido pasar era echar mi vida en una mesa de censor y no tentar la calle como corresponde a todo periodista que sienta el oficio. Y en eso tengo que destacar el apoyo de una persona que quiero y admiro como profesional que es Pedro de la Hoz.

“Pedro, quien era el jefe de la página cultural del periódico, me encaminó en los rudimentos del oficio, y cuando se fue para La Habana, asumí también la jefatura de la página cultural, pero también haciendo; en la calle”.

Y la televisión, ¿cuándo llega a tu vida? O dicho de otro modo, ¿cuándo llegas tú a ella?

“En el año 1983, Armando Cedeño, quien era el director de la emisora Radio Ciudad del Mar en aquella época, ya había recibido la orientación; entonces me llamó. Realmente no sé por qué me lo propuso; no me explico todavía a estas alturas por qué no pensó en alguien de la radio, que era un medio mucho más afín…

“El caso es que habló conmigo y me propuso si yo quería participar en una nueva estructura que la televisión estaba conformando, que eran las corresponsalías de Tele Rebelde. En aquel momento, Tele Rebelde era el canal rector de la gestión informativa.

“Quiero decirte que lo pensé mucho, pero al final creo que le vi ventajas y a estas alturas no me arrepiento”.

Lo pensaste mucho hasta que tomaste una decisión que cambió tu vida y el rumbo de tu carrera en el periodismo. Sin embargo, nunca has abandonado del todo el viejo hábito de hacer prensa escrita. ¿Por qué?

“La prensa escrita aporta mucho. Si por algún lugar debieran empezar los periodistas, independientemente del medio que después escojan para trabajar, es en la prensa escrita, porque te pule en el ejercicio del lenguaje, de la síntesis. Creo que mucho de los problemas que hoy todavía apreciamos en la factura informativa de la televisión y de la radio es, precisamente, que no hay una base sólida en cuanto a una buena redacción, a un estilo depurado. En mi caso, el periódico contribuyó mucho a eso, y es algo que tengo que agradecerle al 5 de Septiembre”.

Luego de 39 años en el periodismo, la mayor parte de ellos en la televisión, si tuvieras que elegir una específica entre todas tus obras por su significado, por su repercusión, ¿Cuál sería?

Todas las obras son hijos queridos por igual; es una elección difícil, pero me gratifica mucho haber podido hurgar en la historia de Cienfuegos con proyectos que creo, en alguna medida han contribuido a ese propósito.

“Para mí, Memorias es un programa entrañable, porque estuvo varios años en la parrilla de programación del canal, incluso a estas alturas, todavía se retrasmite y ha sido realmente satisfactorio.

“Memorias, no solo porque está respaldado por mucho tiempo de investigación, muchas horas sentado en centros de documentación buscando en los periódicos de época, datos, anécdotas, referencias que pudieran serme de utilidad, sinotambién por la recepción que ha tenido el programa y por cómo este ha sido capaz de algo que a veces cuesta mucho trabajo, y es que las personas, no solo te reconozcan, vean que tú no estás solo reflejando, sino también interpretando su identidad como cienfueguero, y en muchas ocasiones son capaces de sugerirte temas, de desprenderse, incluso, de un patrimonio gráfico que es parte de sus recuerdos familiares, en calidad de préstamo o en calidad de donación, para poder trabajar sobre eso y reflejar un faceta determinada de la historia de Cienfuegos. Para mí eso es algo muy gratificante y, al mismo tiempo, una revelación”.

Durante los años de su trayectoria profesional, la práctica del periodismo ha cambiado. Los jóvenes tienen otra manera de concebirlo, diferente al modo que prevalecía en sus inicios. Si usted fuera a mostrar en una gráfica esos cambios, ¿Cómo los representaría?

“Esa gráfica tiene que verse, inevitablemente, en ascenso. Yo veo, no en todos los nuevos periodistas pero sí en la mayoría, un empuje, una intrepidez, una manera de asumir la profesión más cercana a lo que se espera de un periodista. Sin que esto demerite lo que los periodistas de mi generación hicieron y aportaron.

“En mi opinión, en el periodismo que me tocó hacer, había un mayor peso, una mayor exigencia en cuanto a que el periodista respondiera como un comunicador social, como un comunicador institucional. Eso lo padecemos hoy también. Tú ves los noticieros, revisas la prensa de cualquier tipo te preguntas por dónde anda nuestro concepto de noticiabilidad, porque cualquier cosa, hasta las que nos parecen menos interesantes, menos trascendentes, para algunos medios son noticia.

Creo que el periodista debe tener pegado el oído en la gente y no en las instituciones; ser inquisidor; estar al tanto no solo de lo que la gente piensa, sino de lo que la gente espera de determinada situación, de determinado contexto. Eso hoy está resentido todavía. Hay mucho peso aún en el periodismo de loas, de reseñas macroeconómicas que no te dicen nada.

“Pero en ese contexto muchos periodistas jóvenes están pensando de una manera muy diferente. Primero, porque hay una formación sólida desde la escuela de periodismo. Conozco profesores muy serios que dotan a estos jóvenes de teorías y modos de hacer y después estos jóvenes chocan con una realidad con esa formación que los muchachos, ilusionados, han aprendido en la escuela.

“Pero lo más importante es que esa formación sirve para cambiar las cosas, y muchos de ellos están haciendo un periodismo como el que estos tiempos necesitan.

“Las nuevas tecnologías de la comunicación han influido mucho. El hecho de los que medios no tengan ya el absoluto monopolio de la información ha ayudado a esta generación de jóvenes periodistas”.

¿Próximo pasos…?

«Yo me voy a jubilar. Eso lo tengo decidido. En unos meses dejo de trabajar en Perlavisión, pero no me voy a retirar. Pienso seguir aportando, aquí en el canal si me necesitan para algo o en el mismo periódico 5 de Septiembre, con el que no he dejado de colaborar, porque no he podido sustraerme a esa vinculación con la prensa escrita que marcó el inicio de mi carrera.

“Creo que la utilidad de la persona no solo se mide por el rango que tú has logrado como profesional, sino por lo que eres capaz de transmitir a las personas que te siguen.

“Me hice Master en Ciencias de la Educación, que es algo afín a mis propósitos post jubilación. Puedo seguir ejerciendo la docencia en la universidad como he hecho hasta ahora. Yo soy profesor auxiliar en la Universidad de Cienfuegos, en la Facultad de Humanidades.

“Por ahí van mis próximos pasos, entre el periodismo, no desde un medio pero sí desde un sentimiento de pertenencia; y la posibilidad que me den de transmitir toda la experiencia acumulada”.

Omar George Carpi ha dedicado 39 años al ejercicio periodístico. Lo miro sonreír y pienso que es de esas personas que construyen puentes; que es, él mismo, ese puente imprescindible entre generaciones y entre modos diferentes de hacer un periodismo que es, a pesar del tiempo, el mismo en esencia y función social.

Tomado del Periódico 5 de septiembre

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