Entre los proyectos actuales del actor Bárbaro Marín se encuentra la  grabación del teleplay Delirios y monogamia, escrito y dirigido por Elena Palacios

Bárbaro Marín lleva 35 años ejerciendo la carrera de actor, aunque ha pasado por varios de los medios que rodean el mundo de la interpretación, encontró en esta profesión su medio natural.

Esa posibilidad de “convertirse en otro” fue creciendo en la medida que se enroló en esta profesión que lo marcaría de por vida y le permitió alcanzar un amplio bagaje en esta manifestación artística.  

El actor que ha interpretado personajes meridianos de la escena nacional es parte de la hornada de artistas cubanos que han logrado que su arte trascienda y rompa los límites geográficos, afianzándose en la arena internacional a base de esfuerzo, constancia y tesón.

Hay personas que avizoran el talento que uno puede llegar a desarrollar. ¿Quiénes son esas personas que apostaron por tu talento?

Hay muchas personas que han influido en mi carrera, pero no puedo dejar de mencionar a Humberto Rodríguez, más que un maestro es mi segundo padre, alguien muy cercano a mí. Tenemos una amistad que nació en el 1983 y se ha consolidado durante 35 años como una relación de hermandad.

Este gran formador de actores me imprimió la disciplina artística, los valores de esta carrera y los trucos para desentrañar un personaje. Aprendí en esa pequeña academia expresión corporal, voz y dicción, actuación y gimnasia. El profe Humberto formó a una pella de artistas maravillosos como Jorge Perugorría, Laura de la Uz, Corina Mestre, Katia Cazo, etcétera.

En entrevistas anteriores mencionaste que el teatro es “un lugar sagrado”. ¿Es tu medio preferido?

Cuando salí de la compañía Olga Alonso tenía la aspiración de soñar, volar, quería ser actor profesional. Ese contacto directo con el público es simplemente emocionante. Actuar en el teatro me apasiona porque es un reto que el artista tiene todas las noches. Cada día encima de las tablas, haciendo la misma obra, es diferente.

¿Con cuál de tus personajes en el cine te sientes más identificado?

Mi primer filme fue Clandestinos (1988), la ópera prima de Fernando Pérez. Yo actué como extra e hice siete personajes distintos en la película, con características físicas diferentes.

Encarné también al Comandante Juan Almeida Bosque en la película histórica Asalto al Amanecer (1987), dirigida por Miguel Torres. En Caravana (1989) tuve la oportunidad de interactuar con los soldados cubanos que combatían en Angola, y que ellos se vieran reflejados en la película fue el mayor premio para mí.

He trabajado con Juan Carlos Tabío en el largometraje, Aunque estés lejos (2003), donde compartí escena con la excelente actriz Mirta Ibarra. Interpreté además, a Ignacio de Zafiros Locura Azul, que ha sido uno de los trabajos más gratos y agradecidos por el público y se ha convertido en uno de los filmes más populares entre el pueblo cubano.

En nuestro país he formado parte de 20 películas pero siento que estoy en deuda con el cine cubano.

Has tenido la posibilidad de ser parte del elenco de importantes producciones en Colombia. ¿Cómo recuerdas el haber formado parte de esas historias?

Colombia es un país muy generoso con los actores de diferentes partes del mundo. A esta nación le agradezco la oportunidad de encarnar los personajes más disímiles que he realizado en toda mi carrera. Aprendí a estudiarme a fondo el personaje, a batirme como una fiera en los castings y analizar los libretos de otra manera. Colombia me ha dado unas ganas de trabajo, humildad y sencillez para encarar mis roles en la escena.

¿Qué le ha aportado Bárbaro Marín a la televisión de Colombia?

Le impregno a mis personajes esa cubanía, frescura, la gracia que tiene el cubano. Pienso que le he aportado mi talento a la televisión colombiana y, a la vez, ellos me han dado esas ganas de entregarme cada día más.

Llegué a Cuba con muchos deseos de hacer, de plasmar en la pantalla todo lo vivido en esa nación hermana. Me siento mucho más preparado para hacer un personaje.

¿Te consideras un actor de moda, o ves que tu carrera puede tener continuidad en nuestro país?

Hace muchos años me llegó la popularidad con la telenovela Pasión y Prejuicio, y considero que aunque he estado distante de los medios cubanos, la gente todavía recuerda varios de los personajes que he realizado en nuestro país.

Llegué a Cuba y me mantendré trabajando en algunos proyectos televisivos, teatrales y cinematográficos. Tengo varias propuestas de trabajo, les pudo mencionar la película El señor de traje gris y en estos momentos me encuentro grabando el teleplay Delirios y monogamia, escrito y dirigido por Elena Palacios.

Lo más importante para un actor es trabajar cada día con la convicción de hacer un trabajo decoroso que le llegue al público y pueda perdurar en el tiempo, dejar una impronta en quienes siguen mi carrera en cualquier latitud del mundo.

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