En pantalla

La nueva propuesta se emitirá durante diez domingos a partir del 15 de enero

Un nuevo proyecto para la televisión y una apuesta decidida por el talento cubano. Una oportunidad para el don natural y un show esperado por el público durante mucho tiempo. Eso es, sin dudas, Bailando en Cuba, la propuesta de participación que saldrá cada domingo desde el 15 de enero para satisfacer viejos anhelos, con renovados aires de espectacularidad.La sede del Ballet de la Televisión Cubana ya sirve de escenario preliminar para ensayos, confidencias y tanteos. Parejas que competirán se entrelazan cómplices sobre las tablas rehabilitadas, salones cuidadosamente acondicionados, pasillos diseñados con nuevas luces, climatización perfecta, pinturas frescas y motivos musicales en las paredes.

Eso es el preámbulo del gran show que tendrá como escenario mayor el Teatro Astral, en la capital cubana.

En declaraciones a esta publicación, Jorge Wilson Sánchez, codirector de Bailando en Cuba, precisó que esta nueva entrega se trata de un programa televisivo de talentos, devenido en proyecto que pretende rescatar las raíces y tradiciones de los bailes cubanos. Saldrán diez emisiones y cuenta con la realización de la mayor parte del equipo de Sonando en Cuba, su antecedente inmediato.

“Hasta el momento tenemos grabados los dos primeros programas, que denominamos programas vitrina. No son competitivos. Solamente se hacen para que el público conozca las 16 parejas que se enfrentarán a partir de la tercera emisión”, destacó Wilson.

El jurado de Bailando en Cuba estará compuesto por importantes bailarines y coreógrafos del país, entre los que sobresalen Lizt Alfonso, Santiago Alfonso y Susana Pous. Se trata de un proyecto que prevé tener lo que un día hizo gala en la pantalla chica nacional: las competencias de parejas de baile.

“Tenemos ganas de rescatar nuestras raíces, que están un poco dormidas, y demostrar nuestro talento y potencial para organizar este tipo de shows. El objetivo principal es que el público nuestro tenga un espacio estelar los domingos por la noche.

“No obstante, pretendemos darlo a conocer en otros países porque es fundamental hacer lucir la cultura cubana y romper estereotipos de lo que es la cubanidad, de lo que somos verdaderamente los cubanos. Creo que esta es una forma digna e inteligente de hacerlo”, señaló Wilson.

Para el joven Yoel Bombalier Díaz, uno de los participantes en el concurso, las condiciones están creadas para una proyección televisiva de calidad, incluso mejor que Sonando en Cuba.

“Será un programa muy seguido por el público. Fuera de competencia las parejas nos llevamos muy bien. Los ensayos son muy buenos, los coreógrafos son de primera, y nos estamos llevando el enriquecimiento de figuras famosas de la danza cubana.

“Este proyecto es muy importante para mí porque nunca tuve la posibilidad de pasar por una escuela de arte y recibir esa enseñanza académica sobre las técnicas de los movimientos. Creo que hay mucho talento en la calle y el público, el jurado y grandes celebridades de la danza podrán reconocerlo a través de este concurso”, señaló Bombalier.

Por su parte, su pareja de baile, Magdalena Valdés Medina manifestó que estar en Bailando en Cuba significa una grata experiencia que le ha permitido acercarse a buenos profesores que les imparten clases de baile y folclor.

“Nunca pensamos que los concursantes nos pudiéramos llevar tan bien a pesar de ser rivales. Hemos logrado una buena comunicación entre todos y me gustaría que el público nos aceptara una vez que el programa saliera al aire.

“Ojalá siga funcionando porque es imprescindible para dar a conocer nuestro talento, nuestras raíces y abre, sin dudas, un mundo de oportunidades”, concluyó la joven.