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El espacio, que se transmite por el Canal Educativo los viernes a las 7:00 p.m., da a conocer realidades de las provincias cubanas

Con el objetivo de recorrer el país tras las huellas de historias interesantes, el programa Va por Cuba, que proyecta el Canal Educativo cada viernes, a las siete de la tarde, se estrena como un homenaje a la Asociación Hermanos Saíz (AHS), con un formato de ocho espacios que presenta realidades de jóvenes creadores en diversos municipios cubanos.

En declaraciones a esta publicación, la realizadora Rafaela Balanza refirió que la idea original se concibió para homenajear a esa institución juvenil, aunque el programa no está dedicado únicamente a la AHS idea.

Con el nombre genérico Va por Cuba “es un espacio que deja abierto un espectro para que un día puedas irte con la AHS por toda Cuba, pero quizás mañana lo haces con la Academia de Ciencias, y pasado te vas con las Artes Escénicas. El objetivo es mostrar el país y salirse de la capital”, explicó la directora.

“Elaboramos un paquete de ocho programas y recorrimos algunas provincias del país para hacerlo. El primero lo hicimos en la capital, en la sede de la AHS, en el Pabellón Cuba, para mostrar qué es la Asociación. Luego estuvimos en Baracoa, Holguín, Camagüey, Las Tunas, entre otros lugares”, destacó Balanza.

El equipo de Va por Cuba es reducido: dispone del conductor Adael Rosales, el camarógrafo Enrique Amigó, el sonidista Yandy López y los editores Arian Castro y  Julio Castellanos.

“El programa es difícil de hacer porque hay que ir a las provincias y, lamentablemente, no pudimos asistir a todos los eventos. Hubo limitaciones con el aseguramiento, yo misma tuve que hacer la producción y la asistencia.

“Un programa de 27 minutos en provincia es muy complicado. Sin embargo, esta producción se hizo muy modestamente, pero con grandes intenciones. Por ejemplo, se concibió para hacerse con dos cámaras y solamente se empleó una”, destacó.

A pesar de los obstáculos materiales, este espacio televisivo ha obtenido una retroalimentación favorable del público y ha sido bien acogido, sobre todo fuera de la capital.

“Yo hubiera querido que fuese un reality, pero las condiciones de trabajo lo impiden. La habitualidad en un programa como este es muy difícil en la televisión cubana, porque la producción no te garantiza poder moverte a las provincias todas las semanas y hacerlo todo allá de la manera más rápida posible. Hay que trabajarlo prácticamente por paquete.

“A pesar de todo, he sido muy perseverante y tenido mucha voluntad para no desanimarme. Si nos amilanamos ante cada tropiezo no avanzamos. No estoy insatisfecha con el programa, pero creo que pudo haber quedado mejor”, concluyó la directora.