El popular espacio televisivo estará en pantalla nuevamente
La segunda temporada de Bailando en Cuba será transmitida por Cubavisión , en fecha que será anunciada próximamente según anunció un miembro del equipo de realización del popular concurso de baile al Portal de la Televisión Cubana.
Este espacio televisivo que procuró mostrar en la TV nacional la gran riqueza danzaria y de ritmos autóctonos de la Mayor de las Antillas, captó la atención de millones de televidentes, y aunque no quedaron satisfechas todas las expectativas con la puesta en pantalla, la calidad del programa y de las actuaciones de sus protagonistas, los bailarines, sí recibió el respaldo positivo de la crítica y del público, tanto en el teatro como en las casas.
Bailando en Cuba resultó ser un logrado show televisivo. Logró sumar gustos, tendencias y sobre todo visiones diferentes de cuanto implica disfrutar de la televisión en familia, sin tener necesariamente que ir en busca de un espectáculo danzario de tipo teatral.
En el programa la danza fue insertada a partir del necesario respeto que siempre debe privilegiar a la cultura popular. Para muchos, el programa debía llamarse “Coreografiando en Cuba”; tal visión desestima buena parte de lo que el espacio se propuso y logró, en tanto los bailarines pudieron aprenden y demostraron en escena que hoy cualquier manifestación del arte, en este caso el danzario, tiene que imbricar también los códigos del reality show, con un elevado impacto entre los públicos.
Si bien hubo coreografía, para reverenciar a la cultura popular cubana no faltaron las visitas a los barrios: arraigado trabajo de rescate de tradiciones populares; hubo investigación en sitios emblemáticos de la cultura popular y académica de la Isla; hubo clases magistrales de Premio Nacionales de la Danza y Maestros de reconocido prestigio nacional e internacional.
Todo ello no solo acercó a los concursantes y los televidentes al acervo cultural de la nación y al universo de la técnica danzaria, sino que les abrió horizontes para entender la historia y las realidades de sus vidas. Los Maestros les mostraron el valor de los matices para todo, el sentido de los movimientos de modo que estos signifiquen algo en medio de cualquier contexto; les enseñaron de sencillez, de humildad y respeto en y fuera del escenario.
Así de grande fue el proyecto televisivo Bailando en Cuba, que al decir de la Maestra Lizt Afonso, “fue una experiencia muy especial y entrañable porque fue creciendo junto a nosotros. Pudimos ofrecerles nuestros humildes conocimientos y ellos nos enseñaron a no decir que no se puede; se crecieron al montárseles por semana dos y hasta tres trabajos coreográficos, en el caso de los finalistas, y lo lograron. En muchas ocasiones se les unía el día con la noche pero el propio espíritu del equipo de dirección, de producción, los contagiaba y el resultado quedó en pantalla y, hablando incluso en nombre de mis colegas del jurado, el resultado nos hizo felices”.
Visto desde la experiencia de tres consagrados de la escena danzaria de la Isla, el Maestro Santiago Alfonso y las Maestras Susana Pous y Lizt Alfonso, el programa se coló en el imaginario popular y le concedió una mayor factura al diario movimiento de las caderas al bailar, al acompasado ir y venir de pies y brazos en perfecto contubernio.
Para próximas temporadas, Bailando en Cuba mantiene su máxima de reverenciar el baile popular desde la belleza de un show que no es igual que bailar en un centro nocturno o al aire libre.
Con el deseo de volver a la pequeña pantalla renovado, más atractivo y sugerente, el programa dice hasta pronto a los seguidores de propuestas acertadas de la Televisión Cubana, que también tiene que crecer mostrando espacios de elevada factura estética que ya no solo conviden a cantar y a bailar, tal vez a sonreír o intervenir en un espacio de participación donde la iluminación, la escenografía, la fotografía, la selección de los planos, el diseño de vestuario, la conducción, la ejecución de acciones en la escena, inviten a seguir disfrutándolo.
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