En pantalla

La experimentada y reconocida periodista Irma Cáceres,  se colgó de cada lado a un joven periodista: Lázaro Manuel Alonso y Humberto López, y con Lázaro, digo, Babalú, digo  Ovidio Cabrera echó a andar en una guerra contra el tiempo: anunciaron que el sábado a las cinco de la tarde, saldría por Cubavisión el primer resumen informativo sobre el paso del Huracán Irma por Cuba.

Lo supe porque el chat de Facebook no sólo es para chismes, es una vía de  comunicación entre dos o más personas, y así Humberto y también Lazarito, desde el viernes me dijeron en lo que andaban: buscando fotos, correos, reportes de periodistas, para conformar una suerte de largo reportaje que se transmitiría en dos partes, sábado y domingo.

Sé que casi no durmieron,  y que en esas lides estaban además otros jóvenes colegas como Esther Lilian González y Wilmer Rodríguez Fernández.

Así disfruté el sábado de aquella primera parte. Me extrañó la sombra del bigote en Humberto y que él, más Lazarito estuvieran en vivo, presentando  los diversos materiales.

Luego supe la razón: la técnica es la técnica, y sin técnica no hay técnica, como dijo un reconocido boxeador cubano. Esa técnica les falló al equipo  para terminar su trabajo, después de editarlo cuando fueron a “empatar”, como se usó de todo (fotos,  imágenes en alta definición y analógicas) el tiempo pasaba y no terminaba de empastar.

Me imagino a Ovidio caminando de un lado a otro porque a las cinco de la tarde del sábado, Cubavisión les pertenecía. Y claro (me repito, perdonen) en contingencia la televisión  es buena. Lazarito y Humberto escogieron dos camisas cualesquiera, se sentaron frente a las cámaras y, con ayuda de otros compañeros, armaron “el muñeco” en la medida que se iba transmitiendo. No digo que fue perfecto, no, pero si útil y digno en su factura.

Todo esto lo supe después  que había llamado para felicitar a mis colegas. En esa primera emisión Esther Lilian González le hizo una muy buena entrevista al Dr José Rubiera, sobre Irma y también acerca de cómo se siente siendo casi un mito en la meteorología. Esther entonces estaba ronca, el domingo, en otra enjundiosa entrevista en la Defensa Civil la noté mejor.

Wilmer, el mismo colega que perdió la voz, narrando la marcha de Fidel hacia oriente, a otra dimensión,  cuando no tenía imágenes y solo lo escuchábamos a él, llegó de Caibarién, contó, mostró imágenes, porque a este muchacho se le da fácil la entrevista a personas comunes, de pueblo, que hablan delante del reportero como si la cámara y el micrófono no existieran.

Todavía falta una tercera parte: Irma de Matanzas hasta Artemisa, ya lo anunciarán, aunque el formato seguirá igual: presentadores en vivo que dan pie y comentan acerca de lo que veremos.

El final del espacio no pudo ser mejor Arnaldo Rodriguez (Talismán) conversó sobre su versión de “parece que el ciclón ya se fue”, con fotos del joven Yander Mendoza, el mismo que retrató al niño salvador del busto de José Martí,  que reproducida en Cuba, y otras latitudes, demostró que la semilla del Apóstol germina en pechos infantiles. Que Arnaldo haya hecho tal ajuste no es extraño, es un  artista cubano reyoyo, como Raúl Torres ya anunció su canción (me imagino otro poema) a ese fenómeno que nos azotó.

La emisión estelar del noticiero terminó con una  crónica de Julio Acanda, que fotografió, filmó  su entorno,  frente a la tienda Galerías Paseo, inundado por olas, con todo tipo de artículos flotando, sin luz eléctrica, ni gas, ni agua, pero el periodista de raza reportó desde allí para la radio y la televisión, a la vez que acumulaba imágenes y sentimientos para esa crónica dominical.  Lo repito, y que me perdonen: la televisión se crece en las contingencias ¿por qué no guardar un poco de esa creatividad y ese empuje para la cotidianidad?