En pantalla

 El espacio Sopa de palabras continúa despertando el interés del público infantil

“Dicen que los guapos no toman sopa, pero yo estoy viendo que la cosa es otra”. Con los acordes de este tema del reconocido músico Pedro Luis Ferrer, se inicia cada semana Sopa de palabras, una propuesta audiovisual cubana que ha logrado un sello propio en la pantalla.

Con una estructura que integra a actores, títeres, narración oral y una línea temática diferente en cada emisión, este espacio de factura nacional ha logrado calar en el gusto popular de los más pequeños.

Dirigido por Mauricio Núñez García, el programa juega con el concepto de “televisión dentro de la televisión”, a partir de la figura central de un coordinador que dirige y asesora cada uno de los roles del resto de los personajes.

Además de este “ente aglutinador” de caracteres, sobresalen las caracterizaciones de Petra Azucarada, Masabito, Jácara, Armonía y Lelo, entre otros.

En este sentido cabe resaltar el desempeño artístico de las actrices y actores del espacio, merecedor de varios lauros en distintos festivales nacionales de televisión.

Un lugar central, desde el punto de vista dramatúrgico, lo tiene la sección “El cuento de hoy”, que hilvana la historia específica de cada capítulo con la narración oral de un relato, ilustrado a través de los dibujos de los niños.

La propuesta televisiva, que sale al aire por Cubavisión, difunde otros subtemas de amplio espectro cultural, por ejemplo: qué es la poesía, cuáles son los géneros literarios, qué tipos de novela existen y una breve explicación acerca del desarrollo del cuento en nuestro país.

Otra de sus secciones más esperadas es la dedicada a la correspondencia, momento destinado a saludar e intercambiar con el amplio grupo de niñas y niños de varias provincias cubanas que siguen semanalmente el programa.

Insertada en una parrilla de programas donde predominan las propuestas foráneas dirigidas al público infantil y juvenil, Sopa de palabras se destaca como una obra televisiva que promueve valores propios de la cultura e identidad cubanas.

La calidad del guion, el meritorio desempeño actoral de su elenco, la diversidad de tópicos abordados y la fluida comunicación con los televidentes hacen de este un espacio educativo y motivador, que expresa, como anuncia su tema musical: “no hagan ruido nenes, a tomar la sopa”.