En pantalla

El telefilme, escrito por Virgen Tabares y dirigido por Marlon Brito, contiene elementos del cine negro y se desarrolla en la actualidad, en un país del Caribe

“La fiesta, los amigos y los tragos pudieron ser testigos de una dosis letal mal aplicada en la copa que alguien sostuvo aquella tarde”, dice la sinopsis del telefilme Crimen perfecto, escrito por Virgen Tabares y dirigido por Marlon Brito, que tendrá su estreno por Cubavisión, este 31 de julio, como parte de la programación de verano de la televisión cubana.

Según el director, el audiovisual de 27 minutos de duración se desarrolla en la actualidad, en un país del Caribe. “Aborda el tema de la violencia de género dentro del matrimonio y sus consecuencias. Se centra en una sociedad machista donde se trata de esclavizar a la mujer. Tiene un final sorpresivo. Invito a todos a que lo vean”.

En los roles principales se destacan los jóvenes actores Lesvy Samper y Rey Cabrera. El elenco está integrado, además, por Marisely Olivera Luna, José Ignacio León y Raúl Lora Villar.

Lesvy, quien encarna a Elena, se siente muy agradecida de que Marlon le diera la posibilidad de interpretar su primer papel protagónico en televisión: “Me habló del personaje y me pareció muy interesante. Es un director que te escucha y te deja crear. En el corto, no tenía tanto texto y debía darlo todo a partir del rostro y las intenciones. Mi personaje es un poco ambiguo. Se puede ver como la villana. Desde mi punto de vista, creo que todas las personas tienen la intención de hacer las cosas bien pero, en algún momento, el camino se tuerce y tomamos decisiones desacertadas. El destino de Elena es fatal”, ríe.  

Rey le da vida a José, el esposo de Elena, un hombre frío, un poco déspota y no cariñoso con su pareja. Al final, todo se complica. “Lesvy es una actriz muy talentosa y carismática. Con ella todo fluyó muy bien. Cuando me monté en la cuerda del personaje salieron a flote todas las emociones. Este corto es sencillo, a nivel psicológico. Espero que al público le guste la puesta en escena. Para mí significó un cambio físico. El personaje tiene matices muy buenos para un actor: impotencia, sarcasmo, ironía, odio. Disfruté mucho poder interpretarlo”.

Marlon advierte que los protagonistas se vieron involucrados en una escena muy violenta, donde además había sexo, y Lesvy fue determinante para que todo resultara verosímil desde el punto de vista dramatúrgico.

Con este audiovisual regresa a la actuación Raúl Lora, quien en los últimos tiempos se ha dedicado más a su carrera como cantante y presentador de televisión. “Quiero agradecer al director por la oportunidad que me dio de volver a la pantalla con mi profesión primaria. Mi personaje en el cuento se convirtió en negativo porque la vida lo llevó a eso. Digo que no hay papeles pequeños sino actores incapaces de levantarlos. Lo más importante fue la unión entre todos los integrantes del equipo. Todo resultó menos difícil a pesar del calor y del cansancio de grabar por las noches que, en mi opinión, se hicieron para dormir o celebrar”, confiesa Lora.

Por su parte, José Ignacio si había estado anteriormente bajo las órdenes de  Brito. Lo califica como un director muy profesional que hace mucho hincapié en el trabajo de mesa con los actores para conocer sus puntos de vista:

“En el cuento interpreto a un asesino que aparece en un par de escenas. Al ser tan corta mi presencia en pantalla eso representaba un reto superior porque cuando apareces en un mayor número de escenas tienes más elementos de la acción para recrear el personaje. Uno siempre se entrega con pasión en cada obra pero nunca sabe cuál va a ser el resultado. El trabajo nuestro tiene algo de misterio y el público, la última palabra”. 

Crimen perfecto contiene elementos del cine negro. Como característica principal todos los personajes son antihéroes, negativos, que utilizan cualquier tipo de artimañas para lograr sus objetivos. Finalmente, son castigados por la justicia divina o por la justicia de los hombres, señala el director.

La mayoría de las escenas se rodaron, entre agosto y octubre de 2017, en horas de la noche o por la madrugada, en cuatro locaciones de La Habana: una casa particular de la barriada de Santos Suárez, otro inmueble ubicado en la calle 6 del Vedado, en el centro cultural Barbaram Pepito's Bar (emplazado en Avenida 26, entre Avenida Zoológico y Calle 47, en Nuevo Vedado) y en el Club Coctel Habana, de 23 y N.

Yolanda Rosario Barceló fue la productora general. Abel Fernández Hernández se desempeñó como director de fotografía. Del montaje se ocupó Reynaldo Sehwerert. La banda sonora corrió a cargo de Rubén Gómez.