En pantalla

 En su tercera temporada, regresa el programa que promueve el quehacer danzario en proyectos comunitarios

Dirigido y escrito por Luis Yaser Aguiar, un creador muy interesado desde siempre en trabajar con niños, y conducido por la joven Melissa Martín Martín, el programa Paso libre está diseñado para promover el quehacer danzario de niños y adolescentes pertenecientes a diversos proyectos comunitarios.

La pasión por la danza y los bailes tradicionales y folclóricos que proliferan en los  barrios, y que hoy se suman al amplio potencial de proyectos culturales comunitarios existentes, llega la televisión con aires renovados. Esta edición se diferencia de las anteriores en los cambios en la presentación y la escenografía, una dinámica de edición acorde al segmento etario al que va dirigido. Estos son algunos elementos distinguen a la actual puesta en pantalla.

Para saber detalles de la conformación de este programa conversamos en exclusiva con la conductora Melissa, una joven que llegó a la televisión de modo empírico y que formó parte de la compañía Lizt Alfonso Dance Cuba, además de ser modelo. Ella no había experimentado su potencial dentro de la conducción hasta que conoció a Luisito, como todos llaman al director de Paso libre, a quien Melissa acompaña en más de una aventura televisiva.

¿Cómo el programa encuentra la “materia prima” de trabajo?

- Con mucho tiempo de antelación, o sea, durante un año, vamos en busca de los diferentes proyectos comunitarios con la cooperación de las Casas de Cultura, de los promotores naturales de cada localidad, de los instructores de arte. Ellos son los máximos colaboradores en este empeño, pues los proyectos que hallamos no son de corte académico.

“Para ello el equipo de dirección se traslada a los más diversos rincones de La Habana (única ciudad por el momento que se ve reflejada en el programa); in situ realizamos las entrevistas a los protagonistas de los proyectos. Nunca dialogamos con los funcionarios ni los directores de proyectos, sino con los propios bailarines. Eso le otorga una mayor cercanía a los actores y su público, pues el diálogo se establece directamente de niño-artista a niño-público. Luego se graban los materiales para la graficación de cada programa. Al final grabamos el programa en sí, en esta edición al igual que en la primera, en el Cine Teatro Avenida.

Respecto al crecimiento de su propuesta, el director Luis Yaser Aguiar comentó: “En la medida que han ido pasando las diferentes emisiones, como equipo crecemos en cuanto a concepción artística y cohesión del trabajo. En esta oportunidad cuento con dos nuevos asistentes de dirección: Sheila Carrasco y Joaquín Soria. Yordanley López es el camarógrafo que ha trabajado ya con nosotros y es excelente a la hora de mostrar las imágenes más distintivas del lugar de la ciudad donde se graba. El equipo técnico es el mismo de las dos primeras ediciones, lo cual quiere decir que el 85 % de los integrantes del proyecto se mantiene, en tanto los recién incorporados se han integrado perfectamente a lo que queremos todos como programa. Esto nos facilita un criterio más serio y sólido de lo que sostenemos como espacio televisivo. Y como mismo esto ocurre, paralelamente se acrecienta la calidad de los proyectos que son seleccionados, y esto lo hacemos bajo el criterio de priorizar aquellos que mejor defiendan las expresiones culturales-danzarias cubanas”

Acerca del criterio de selección de los proyectos visibilizados en Paso libre, el director apuntó: “Este trabajo está amparado por una asesora de danza llamada Yacqueline  Betancourt Iglesias, perteneciente a la tercera graduación de Instructores de Arte en la especialidad de danza. Ella es la encargada de elegir qué coreografía escoger, estimando su complejidad, si se relaciona el modo de hacer con el género que refiere, que los diseños coreográficos se ajusten con el tiempo y las exigencias televisivas; que el tipo de vestuario esté acorde con la propuesta, o sea, que es un trabajo sumamente valioso para la coherencia que se propone la muestra.

Sobre esta experiencia explica la propia Yacqueline Betancourt: “Ha sido excelente para mí poder intervenir en una propuesta como esta, que se vincula a la danza y a los bailes populares, el televidente puede acceder a cuanto influyen los proyectos culturales comunitarios en la vida de cada territorio donde se insertan; valoran cómo pueden convertirse en un orgullo local o pueden influir en la calidad de vida de los pobladores. Tengo ya una experiencia laboral de 12 años y realmente siempre trabajar con pequeños porque es muy reconfortante y halagador. De ellos constantemente aprendes y en este caso, aun cuando no tengan plena conciencia de ello, tienen la responsabilidad de, sin contar con preparación académica, regalar cultura a sus  iguales y hacer que la familia disfrute y aprenda, muchas veces, en torno a sus actuaciones.

“Cuando selecciono una danza siempre trato de extraer de ella cuanto los muchachos puedan expresar y transmitirle desde la cultura a otros niños y jóvenes, pues el programa está pensado para esa edad tan importante dentro de la sociedad. Y este esfuerzo lleva un agradecimiento especial a las casas de culturas municipales”. Gracias a la colaboración de dichas instituciones Paso libre ha llegado, incluso, a escenarios como Matanzas, pero por supuesto que esto no es suficiente: se apuesta por acceder a todo el país, pues se conoce de proyectos muy interesantes en múltiples provincias. Pero para ello necesitamos del apoyo del Consejo Nacional de Casas de Culturas como máximo rector y conocedor de ese potencial al cual, por recursos propios, el programa no puede acceder.

Mientras Paso libre sigue tejiendo su camino, como expresa su spot, “donde la danza tiene su sello”, continúa andando por los veranos de Cubavisión con seguridad, entrega y la libertad que su director le concede a su equipo, para que cada quien deje expresar igualmente a ese niño que lleva dentro y que, al hacerlo, lo logre con naturalidad, disciplina y cultura.