El artista audiovisual acaba de grabar el clip para la versión de del tema “Yo soy el punto cubano” y planea realizar una serie musical en Cuba

Incesante buscador de historias, con una cámara curiosa y una especial manera de aprehender los detalles, Alejandro Pérez se ha convertido en referente necesario dentro de la historia del audiovisual cubano. Agradecido siempre del Proyecto Lucas, este artista rememora de manera constante su tránsito profesional por los Estudios Fílmicos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el tiempo que laboró en el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos. Esta última experiencia le ha servido de mucho en la realización de videoclips, todos exhibidos en las emisiones televisivas de Lucas.

Hoy el referido creador audiovisual cubano, uno de los de mayor repercusión internacional dentro del ámbito del clip musical, hace una pausa en su agitado andar para comentar sobre sus próximos proyectos en la Isla.

“Ahora estoy súper contento, pues recién grabé un video con David Blanco de un tema muy conocido, “Yo soy el punto cubano”, creado por Celina González, del cual David ha logrado una versión muy interesante, por la contemporaneidad de los arreglos, de los cuales estoy totalmente enamorado. Y es curioso poder asumir este trabajo porque esta es una canción que siempre me gustó, y no imaginé, no sé por qué, llegar a trabajarla desde la imagen”, comenta Alejandro Pérez.

En exclusiva para el Portal de la TV Cubana explica además: “Se trata de un video grande, como me gusta, en él participan la Orquesta Sinfónica completa, un coro de 200 niños, hay rap con textos muy valiosos, intervienen los Guaracheros de Regla, está el grupo Síntesis. Todo esto y hay más…”, asegura

Es una mega producción a la que ya nos tiene acostumbrados Alejandro, en tanto la estética de su trabajo conlleva el predominio de lo ecléctico y lo grandilocuente a la hora de mostrar la historia. A mi afirmación él contesta: “Sabes, creo que tienes razón, a veces no me doy cuenta, pero es cierto. Es que a mi juicio en la realización audiovisual todo depende de la canción, no porque hagas un video sencillo significa que la canción sea mala, lo que me ocurre en lo personal. Es que suelo aprovechar todos los recursos que tengo para que a nivel visual se sienta que es una mega producción. Muchas veces no lo tienes todo, pero con lo que tienes, si lo sabes fotografiar bien, puedes dar visualmente esa imagen. Y yo quiero que la imagen que muestre el video “Yo soy el punto cubano” sea amplia, convincente, grandilocuente, porque no le temo a ese último adjetivo, es más, me satisface”.

¿Podría ser la cámara el núcleo de la realización audiovisual?

-No exactamente, creo que una de las magias del clip es que el núcleo es un todo, una consecución de aspectos; por supuesto que en la escala todo comienza en la canción, y después le toca a uno defender ese texto a nivel visual. Allí se inicia la historia de cómo venderla, hacerla más comercial, atractiva para un público, que es, en lo personal, lo que más me interesa.

Tomando en cuenta este aspecto, ¿qué audiovisual no realizaría Alejandro Pérez?

-Creo que nunca trabajaría una mala canción, eso no me inspira, por el contrario, cuando escucho algo que me agrada me pongo inquieto por dentro y quiero que tenga imagen. Y valga a aclarar que no tengo preferencias en cuanto a género y mucho menos pienso en si un tema podrá tener o no éxito, porque ese mundo es muy subjetivo, por tanto, no siempre sabes si va a tener un camino laureado, eso solo lo sabe Dios; pero en mi caso, lo que me gusta lo hago, si no, sea quien sea el artista, sigo mi camino. Y te decía que no tengo preferencias musicales, de hecho, trato de separarme del gusto personal para ser lo más objetivo posible en la selección. Justo el reto está en poder abordar distintos géneros, por eso he trabajado ópera, reguetón, pop y teatro musical. Intencionalmente me he acercado a la canción, pues es un género que no se mueve mucho con la moda, pero todo está en cómo se asuma.

Cuando se habla de las propuestas de Alejandro Pérez, de inmediato sale a relucir el tema éxito. Una vez que concluyes el producto y ya está en el mercado, ¿cuál es la relación que queda con el intérprete?

-Hasta hoy la relación queda en términos excelentes. Te adelanto en breve entro en un audiovisual con Enrique Iglesias y Farruco, ya con Enrique hay una buena relación anterior, no es el caso de Farruco, pero va a pasar lo de siempre y es que antes de filmar la historia establezco una relación previa, cuando hay más tiempo es mayor, y si no lo hay tanto, de todas maneras, intento hacer amistad muy rápido. Eso me permite establecer confianza con el intérprete para poder pedirle cosas; poder conocer detalles sicológicos, ver cómo sonríe y qué le provoca la sonrisa; qué le disgusta, qué lo confunde, qué lo distrae, qué colores acepta y prefiere, cuáles lo desvirtúa; eso forma parte de la dirección y es información que uso a mi favor, en busca de la calidad de un producto artístico.

Esa es mi estrategia de trabajo y es la razón que explica por qué el último clip que hago es el más difícil de mi carrera. Me doy cuenta porque el editor mío de hace muchos años, José Lemuel, mi hermano Pepito, se ríe porque siempre le repito la misma frase: “oye este clip está difícil”, no obstante, te puedo decir también que soy muy conforme con lo que la vida me ha dado. He trabajado mucho, fíjate no digo sacrificio porque para mí filmar siempre es un placer, una fiesta, sigo durmiendo poco, pero no me importa, son días completos pensando en qué le irá mejor a este tema, por tanto, el último trabajo me genera el mayor riesgo y la mayor expectativa, por eso no me atrevo a decir que anhelaría hacer cierto clip; realmente anhelo seguir haciendo el video que me enamore.

Para un realizador cuyo resultado artístico ha alcanzado niveles estéticos importantes, en tanto son pequeños filmes, ¿qué posibilidad hay de volverte a ver en el cine?

-Hay todas las posibilidades del mundo, pero ciertamente ahora mismo tengo un problema porque para regresar al cine tengo que dejar el clip, que no quiere decir abandonarlo, pero sí distanciarme de él y estoy esperando el momento oportuno para ello. Tengo compromisos por cumplir, pero el cine nunca va a morir en mí, estoy seguro de eso, porque me apasiona, solo que exige mucho tiempo de realización y la posproducción es muy exigente también.

“Por lo pronto, te adelanto que tengo en proyecto una serie musical de la cual estoy muy enamorado, la vamos a filmar en Cuba, es un proyecto muy lindo, juvenil y, en cuanto haga ese necesario stop de los compromisos inmediatos de videos, me sentaré con los guionistas para echarlo a andar. Así que, como ves, la televisión e internet me llaman. Y es un reclamo al que humilde y gustosamente acudiré, como antesala a la pantalla grande, seguro”.

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