No siempre los televidentes tienen la oportunidad de disfrutar el mismo día del mismo actor en dos personajes totalmente diferentes, y que en ambos esté bien.

El Lester de la excelente obra Zoológico, retransmitida por Cubavisión,  y el Fabián de la telenovela actual El rostro de los días, es  Denis Ramos, un rostro familiar y generalmente aplaudido por la crítica y el público. No se olvida en De amores y esperanzas y tampoco en Lucha Contra Bandidos, La otra guerra, además de otras propuestas televisivas:

-De la imitación de personajes radiales o televisivos a Yerma ¿Cómo explicas ese salto?

-Jugar cuando eres niño es jugar, no tienes nadie quien te juzgue, digamos no tienes a nadie que te diga si una cosa esta bien o mal, simplemente estás jugando y lo que estás haciendo no le importa a nadie. Yo jugaba con otra amiga, una vecina que terminó siendo actriz también. Simplemente, era el placer de sentirnos bien haciéndolo y de pronto llegar a un teatro, lo que es un teatro como tal,  un tabloncillo con lunetas con personas mayores mirando a  uno, con sólo 10 años, cuando estuve en el elenco de fue muy impresionante. Otros actores del grupo de Humberto Rodríguez en ese tiempo terminaron trabajando con Flora Lauten. Fue realmente conmovedor saber que una persona que ya llevaba muchos años de experiencia decía simplemente que sí, que yo tenía talento. Fue algo muy lindo, la palabra no es exactamente lindo, la palabra realmente es impresionante para mi vida. Fue genial cuando de pronto estaba en el escenario, ya estrenando la obra que fue mi debut.  No pude seguir haciendo teatro por cuestiones del Periodo Especial, era muy crudo estaba pasando muchas necesidades y eso si me gustaría que lo pusieras. En mis entrevistas obvian eso: sí pasé necesidades como pasó la mayoría de los cubanos con muchas limitantes y no tenía zapatos para ir a los ensayos y mi mama me dijo que no podía llevarme más a los talleres de Humberto, pero para mí fue muy muy gratificante saber que podía hacer algo como era actuar.

-A los trece años estabas en La terraza ¿Qué te aportó?

-Luego de pasar casi tres años más o menos de los 10 a los 13, sin hacer nada de teatro, sin conocer nada más, sin aprender nada Adolfo Llauradó abrió el teatro para adolescentes. Era un  taller comunitario, desde que entré tuve ese sentido de pertenencia, como mi casa, de paso era  frente de mi casa. Adolfo se comportó con nosotros como si fuera nuestro padre. Fue muy recio, el taller lo impartían Llauradó y Eduardo Benítez.  Nos pusimos de acuerdo todo el grupo y decidimos llamarlo La Terraza. Entonces fue donde realmente pensé que podía tomar en serio la carrera de actor. Incluso hay un documental donde termino diciendo que “si no soy actor, muero” y en realidad siempre es lo que he sentido, creo que no hay otra profesión para mí.

Hablando de esto me emociono, no hay otra profesión que haría con más amor que esta. Creo que pudiera ser cualquier cosa en el mundo, por supuesto, aunque sea barrer piso, lo que sea lo puedo hacer con el mayor amor de este mundo, pero actuar es como mi segunda naturaleza, es una necesidad muy grande.

En fin, con Humberto supe lo que era actuar y que los actores no se morían de verdad, pero la verdad del actor la aprendí estando en el taller de Adolfo, allí aprendí donde no moríamos de verdad, pero… la verdad era saber que podías morir en el escenario. Es una paradoja pero es la forma en la que puedo explicar el paso de la Casa de la Cultura con Humberto en el Olga Alonso, a La Terraza.

-¿Cuándo entras a la Escuela Nacional de Arte? ¿Que aprehendiste allí?

-En la Escuela Nacional de Arte (ENA) tuve muchos profesores, algunos maestros me dijeron que no diera más clases con Adolfo, hubo quien me lo prohibía, consideraban que estar en el teatro con Adolfo no era algo bueno para mi carrera y mi aprendizaje como actor, a lo mejor trataban de protegerme de algún tipo de ego, de algún tipo de conocimiento que había adquirido durante el taller que ellos no querían que yo tuviera, sino que llegara con las manos vacías. Yo no llegué con las manos vacías a la ENA, sino con algunos estudios ya y algunas lecturas que no tiene que haber tenido un niño con trece o catorce años, que incluso dentro de la academia uno no debería tenerlas a ciertas edades. Empecé a entender más cosas cuando entré a la universidad, fue con los mismos libros. Hubo una cosa que si me llamó la atención y es que cuando me prohibieron estar en el taller de Adolfo lo primero que pensé es: todo lo prohibido es tentador. El taller de Adolfo siguió dos años más, me permitió poner en tela de juicio todo lo que aprendí. Yo sentí luego, cuando estuve con otros maestros como Bertha Martínez, que constantemente decía pongan en duda todo lo que aprenden, o pongan en duda todo lo que digo, o todo lo que leen o lo que existe. La duda es el sinónimo de la inteligencia y la duda es una de las cosas que me ha perseguido a tal punto que hice un monologo que se llama Dudo. He dudado otras cosas en el monologo, cosas de la profesión y del aprendizaje constantemente. Para mí la ENA fue un paso de consolidación de conocimiento y entendimiento y poner en práctica algunas cosas que no había conseguido totalmente dentro los talleres.

-¿Cómo llegas a Los Villalobos? ¿Qué edad tenias?

-A los Villalobos llego terminando la novela Historias de Fuego de Nohemí Cartaya. Fue mi segundo trabajo en televisión, no recuerdo si fue la misma Nohemí o fue algún otro director o productor, no recuerdo exactamente quien me dijo que Miguel Sosa estaba buscando actores y que si quería pasara por allá para hacer casting y me presente. Resulta que Miguel confió en mí para hacer un personaje como el del Cabo Interino, que en mi vida había hecho un personaje de ese tipo. En la televisión era mi segunda vez y fue emocionante saber que otro director iba a confiar en mí con tanta rapidez. Fue un casting que no voy a olvidar porque fue con mucho cariño y respeto

-¿Qué recuerdos te trae Aquí estamos?

-Aquí estamos pues es la Ilíada y la Odisea juntas. Aquí Estamos fue un trabajo que tuve que pedir licencia en la escuela, estaba cursando el Instituto Superior de Arte (ISA), el segundo año y me obligaron a pedir licencia porque llevaba tres meses ausentándome a clases. Le voy a confiar una cosa, si quiere lo publica o no, pero en esos tres meses el ISA estaba teniendo problemas con los profesores y tampoco se estaba dando clases aún así me mandaron a pedir licencia porque yo no estaba asistiendo. Me dediqué a todos los entrenamientos que tuve que hacer para montar el personaje de Shidartha en Aquí Estamos. Lo he dicho varias veces pero que quede constancia y escrito, dábamos entrenamientos es decir clases y entrenamientos de actuación, danza entre la danza folklórica y moderna, di entrenamientos de patinaje, guitarra y también tenía que entrenar físicamente, el físico que esperaban del personaje, eso fue lo que hice dos meses y medio. Los recuerdos de Aquí estamos son muy intensos. Todo el proceso de pre grabación y grabación de la novela, creo que es una de las cosas más dura en cuanto a entrenamiento por el tiempo que duró: trece meses en total entre pregrabación y grabación y fue más bello, todavía al terminar la serie,  que quedaran amistades, quedaran personas queridas, que se guardan con la alegría y la satisfacción de haber trabajado en un proyecto tan profesional, tan dedicado como fue, gracias a Hugo Rodríguez y Alfredo Pérez.

-¿Me cuentas cómo te ha ido en el TEATRO (las mayúsculas se las pones tú)?

-El teatro, ay, Paquita en el teatro creo no he tenido el mismo éxito o las mismas aprobaciones desde el sentido de la crítica, incluso desde las encuestas. No ha sido de la misma manera porque la televisión es un medio mucho más masivo y lo ven muchas más personas.El teatro es como más selecto, lo ven pocas personas, no en todas las funciones uno está al cien por ciento, aunque quisiera. Uno siempre se está cuestionando por qué razón no pasa y eso es obvio, porque si pasara al cien por ciento entonces evidentemente habría algo mecánico, algo que no es real. Yo creo que el Teatro con mayúscula, es mi casa, es el lugar donde he permanecido más tiempo. He hecho más teatro que televisión o cualquier otra cosa, pero así no lo ven, me ven por lo general me ven como un actor de televisión, el teatro es el lugar donde trato de regresar siempre y desintoxicarme de otros medios. Trato de volver a esa intensidad, a ese trabajo tan dedicado de día a día, ir construyendo poco a poco cada matiz, cada subtexto, cada mirada, cada gesto, cada momento que vas a dejar a la improvisación o cada momento que vas a marcar de manera muy precisa,  porque es como te gusta ser, es como te gusta interpretarlo en el momento que sea, como lo hiciste o como lo llegaste a hacer en algún momento del ensayo. Creo que el teatro siempre va a ser el lugar donde me voy a parar, aunque solo tenga un interlocutor porque es una necesidad, más que una necesidad es el lugar donde puedo habitar, donde puedo exorcizar mis demonios.

Del Teatro puedo decirte El cartero de Neruda, de la novela de Antonio Skarmeta que Orietta Medina hizo la adaptación para el teatro. Bueno mi tesis de actuación que fue La verbena de la paloma, pieza dirigida por Bertha Martínez, El mago de Oz que la versión es de Abelardo Estorino dirigida por Fabricio Fernández y  Tango de de Mrözek; Sueño de una noche de verano y Noche de reyes, las dos obras de Shakespeare, dirigidas por Carlos Díaz y por supuesto Dudo que es mi primer unipersonal y espero hacer muchos más, un mundo que creo que puedo explorar y también de las obras cortas por lo general, he hecho obras multitudinarias, obras de muchos personajes, no he tenido la dicha de hacer obras de dos tres personajes solamente, creo que sería bueno experimentarlo y si puedo en algún momento determinado dirigir, que es lo que más estoy ansiando.

-¿Y en el cine y la radio?

-He hecho muy poco cine Paquita y ahora con Opus Habana y Desde el corazón de la Habana que dirige Otto Braña, ahora es que estoy haciendo radio y me gustaría hacer mucho más radio, me gusta mucho, pero bueno tengo una necesidad de explorar el cine increíble, no he tenido la oportunidad de hacer si acaso  cosas muy pequeñas y realmente es como lo que me queda pendiente como actor.

-¿Has dejado de hacer una obra audiovisual por una temporada teatral?

-Realmente he hecho una obra teatral junto a una obra audiovisual, a los productores siempre les dejo claro que voy a hacer teatro durante la producción que sea, y si estoy en una temporada la hago. Solamente una vez no pude hacer teatro por un trabajo en televisión, y fue porque era un trabajo pendiente que ya había empezado, se paró y durante ese paro pues yo empecé hacer teatro porque pensé que se iba a parar por tiempo indefinido, que ya no se iba a retomar la producción y al cabo de los dos meses la retomaron y ya tenían un contrato firmado. Si no hubiese sido por ese contrato  no hubiera hecho el trabajo en televisión. Habría continuado haciendo la obra de teatro que había empezado a ensayar, estaba muy interesado en ella y me gustaba lo que estaba haciendo, pero creo que  eso no me vuelva a ocurrir. Siempre que tenga un proyecto, el que sea, el primero que llegue, es al que le voy a dedicar todo mi tiempo, claro hay que tener en cuenta que el dinero también es importante, porque si no tengo dinero para producir lo que voy hacer pues no puedo actuar, creo que si no hubiese tenido el trabajo en televisión que tenía en ese momento, me hubiese sido casi imposible hacer Dudo, un monologo  qué parte de él salió de mi bolsillo.

De hecho, el personaje que está saliendo de Fabián, lo hice exactamente a la misma vez que estaba ensayando y poniendo Dudo en el teatro.

 -Del buen Fabián o Pavel al diabólico Lester, evidentemente no te han encasillado ¿los personajes te llegan a ti o tú los buscas como un reto a tus potencialidades?

-Realmente me hubiera gustado que viviéramos en un país que tuviera producciones abundantes, que hubiera donde uno escoger. En realidad los actores podemos escoger si hacemos un personaje o no, a veces si te dan la oportunidad, pero eso ocurre muy pocas veces y uno debe aprovechar en el momento que sucede, mientras te tocan personajes. He tenido la suerte que los directores por lo general no me han encasillado, y me han dado la posibilidad de hacer varios tipos de personajes y de crear junto a esos personajes, digamos transformarse físicamente. A veces en la televisión no podemos transformarnos de todas las maneras que uno quiere, porque por ejemplo yo termine de hacer Pavel e inmediatamente estaba haciendo otro personaje. Un ejemplo estaba haciendo Latidos compartidos, en unas temporada De amores y esperanza, entonces ahí si casi no puedes cambiar físicamente porque estás grabando dos cosas a la vez y resulta duro para uno como actor, porque sabes que no  has podido transformarte mucho y tienes que transformar el interior. También fue difícil porque fueron dos personajes que tenían cualidades, que tenían virtudes similares pero si traté de transformarlos lo más que pude físicamente, también incluso en la manera de proyectarse, en la manera de hablar.

De Pavel a Lester es increíble porque yo siempre he creído que nosotros tenemos muchas maneras de ser y no siempre somos la misma persona en todos los momentos, ni en todas las circunstancias ni en todos los lugares. Simplemente Pavel tiene muchas cosas de Denys Ramos o Denys Ramos tiene muchas cosas de Pavel, Lester también tiene parte de Denys y es como prestarle un pedazo de todos los colores que puede tener uno a un personaje, y ponerle otros colores que uno no tiene. El cambio entre un personaje y otro es complicado porque lo principal es que uno tiene que conocerse y saber hasta qué punto uno mismo pudiera en circunstancias determinadas comportarse de una manera o de otra.

En cuanto a los retos y potencialidades, siempre estoy deseando tener personajes que sean un reto y tratar de crear y desarrollarlos lo mejor que pueda, aportarles todo lo que pueda, es lo que siempre trato, sea el personaje que sea, trato de hacerlo porque no importa la magnitud, la dificultad o no que otros le vean, todos los personajes tienen sus dificultades, está en dependencia de las personalidades de cada uno y sí he tenido la suerte, lo he pensado mucho, he tenido la suerte de hacer personajes que son diferentes.

- Nómbrame cinco personajes que te dejaron satisfecho.

-Paquita eso está muy difícil, algunas funciones de El cartero de Neruda me dejaron feliz, me hicieron feliz porque como decía Adolfo Llauradó que cuando uno está en el escenario y también lo decían Vicente Revuelta y Bertha Martínez, uno se sorprende de lo que ocurre dentro de los escenarios, es que estás viviendo y otro es que estás siendo feliz, pues cuando eso ocurre, está sucediendo el maravilloso regalo de poder actuar y ser feliz actuando. Una de las cosas que me ha dejado mayor satisfacción es tratar de que en todos los personajes que hago poder hacerlo, pero no siempre es así. Por lo menos en personajes con El cartero de Neruda, mi propia tesis La verbena de la paloma que yo hacía de un enano que caminaba como un enano y les hice creer a muchas personas en el escenario que  lo que había reamente era un enano, cuando uno logra ese tipo de cosas, cuando estás en un escenario, solo, como el unipersonal Dudo más de 50 minutos, a veces hasta una hora en dependencia de las acciones el teatro (no siempre dura lo mismo puede variar solo unos minutos) cuando uno siente que está disfrutando ya todo está claro, por eso definirte un personaje es difícil...

Shidartha es el nombre por el que me conocen casi todas las personas, Pavel, Cristóbal en Lucha contra bandidos son personajes que realmente me han satisfecho  como tal. Siempre que uno hace un trabajo en televisión, que uno pueda revisarse no te dejan no satisfecho, no puedo decir insatisfecho, pero no satisfecho.

-Y ahora ¿me señalas cinco, solo cinco, actores paradigmáticos de Cuba y del mundo?

-Yo admiro mucho a Luis Alberto García, lo quiero también; otro de los actores que he admirado mucho, que he querido muchísimo y estudié con él es Adolfo Llauradó por supuesto, no puede dejar de mencionar, jamás dejaría de mencionarlo, a Vicente Revuelta, no lo conocí como actor lo conocí como maestro, Alexis Díaz de Villega, Jorge Molina, Reinaldo Miravalles, Rolando Brito; del mundo Al Pacino, Marlon Brando, tengo unos cuantos Roberto Benini. Hay también otros actores que son de diversas nacionalidades, ahora mismo he olvidado nombres que admiro muchísimo y que me encantan, quiero también a muchos actores contemporáneos conmigo y he disfrutado trabajar con ellos.

-Dime tu gran  sueño en la actuación

-No sería capaz de comentárselo a alguien, porque mi gran sueño en la actuación es hacer algo que sea una actuación pero que vaya más allá de ello y no quisiera dar muchos detales sobre eso. Son cosas que tengo en mi mente que tengo planeadas, que tengo pensadas, que a lo mejor tendría que dirigirlas, es posible que tenga que dirigirlas porque son cosas que quiero hacer y que sé que van a ser bastante complicadas, lograrlas, pero se pueden alcanzar y sería muy interesante hacerlo, pero bueno el apóstol lo dijo hay cosas que para lograrlas han de andar ocultas y sobre todo los sueños

-De esas obras que disfrutaste de niño ¿cual o cuales quisieras hacer?

-Hay obras que no disfruté cuando niño que no llegué a ver, pero que tuve referencias porque cuando vi El cartero de Neruda quería hacer el cartero, esa era una de mis metas. Y resulta que lo hice, llegué y lo hice. Pero una de las obras que tuve referencia y siempre he querido hacer es Bodas de sangre; es algo que llevo dentro y me encantaría hacerlo. De niño de niño vi El alma buena de Xechuan, vi Las brujas de Salen y vi Los ciervos son tres obras que me hubieran encantado haber trabajado y otra más Arte e Hícaros, son cinco obras en los que me hubiera encantado haber trabajado, la obra Arte que dirigió Carlos Díaz incluso se la he pedido, pero no se puede hacer, pero sería genial

-¿Has pensado en dirigir?

-Si he pensado dirigir, quiero hacerlo y de hecho, antes de esta maldita pandemia, pues pensé estaba planificando para dirigir una obra y bueno llegó todo esto y tuve que parar todos los ensayos, el enfrentamiento al texto y a la dinámica que quería abordar con este proyecto, quiero hacer cosas que estuvieron dentro del estudio de actores de Teatro Estudio de Vicente Revuelta, cosas que tuve la oportunidad de hablar con él un momento y que también conversé con Bertha Martínez y con Adolfo Llauradó en otras ocasiones de la vida y que sería muy interesante retomar, y nada solo estoy esperando tener la oportunidad.  

LO ÚLTIMO DEL SITIO

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES