Entrevista con el joven actor que protagonizó con el personaje de Gustavo el teleplay Pasos firmes e interpreta a El Maestro en la serie LCB: La otra guerra

En medio del reposo sabatino de la programación televisiva veraniega se transmitió el teleplay Pasos firmes. A partir de su éxito y las solicitudes de la población, se retransmitió en un horario estelar, donde pude disfrutarlo íntegramente.

Muchos señalaron la calidad del producto audiovisual, la historia y el desempeño actoral, donde se reconoció el trabajo desplegado por el joven actor Víctor Cruz (Holguín, 2000). A propósito de su participación, el director Joel Infante comentó: “Debo decir que a pesar de su edad es un excelente actor y con un mundo espiritual hermoso. Y es de los actores que no hacen nada que no sientan o no comprendan, y el proceso de ensayos fue rico por eso, porque hasta que no entendió a Gustavo, sus miedos, sus debilidades y su fragilidad no pudo hacer suyo al personaje”.

Coméntame acerca de tu papel en el teleplay Pasos firmes.

-Gustavo de Pasos Firmes es un joven invidente tardío. Pertenece al equipo Cuba de atletas paralímpicos siendo el único ciego total. Gustavo ama lo que hace, se esfuerza y lo da todo en cada uno de los entrenamientos persiguiendo su mayor sueño, el de participar en los Juegos Paralímpicos y, en caso de ser posible, regresar con un lugar dentro del podio. Tiene unos padres que lo aman y protegen, a pesar de tener una relación quebrada con su papá, debido a que este fue el responsable de la pérdida de su visión a la edad de 12 años. Es un muchacho muy sensible, de alma pura y frágil. Es una de estas personas que valoran los sentimientos y la amistad por encima de cualquier cosa o situación. Gustavo no necesita visión para ver, él ve con su alma.

¿Cuál fue el mayor reto a la hora de interpretar el papel de un joven invidente?

-El mayor desafío a la hora de interpretar a Gustavo precisamente fue su condición de invidente, pues como actor debía caracterizar a un ciego y esto, es mi opinión, no es nada fácil. Los ojos, como bien se dice, son el reflejo de alma y en este caso yo debía transmitir un mundo espiritual demasiado hermoso, a veces dolido, desgarrado o desilusionado, anulando este sentido que tanto habla y tanto transmite.

Por su acogida en el público Pasos firmes fue retransmitido en la semana. ¿A qué crees que se deba este éxito?

-Pasos firmes ha sido, con el respeto de muchos, y tomo palabras del propio actor cubano Luis Alberto García, “una bomba”. Algo que me enorgullece muchísimo y agradezco. Esto fue posible simple y llanamente gracias al hermoso y trabajador equipo que reunió Yoelito (Yoel Infante). Todos somos responsables del supuesto éxito que tuvo el telefilme. Cada uno de nosotros dio todo lo que tenía, aportó su sabiduría y amor, siendo precisamente esto lo primordial en una obra de arte: talento y pasión.

¿Cuál ha sido tu experiencia en LCB junto a actores tan reconocidos como Osvaldo Doimeadiós, Fernando Echevarría y otros de larga trayectoria en la televisión?

-L.C.B: La otra guerra ha sido para mí una escuela. Un lugar de estudio y aprendizaje y, a la vez, un terreno de exploración y de puesta en práctica de lo ya aprendido. Pero lo mejor, y es lo que más conservo, fue el compartir no solo el set, sino también el tiempo y la amistad junto a mis compañeros de trabajo. Fueron cientos de horas reunidas que hoy quedan como un recuerdo imborrable; además de sumar los vastos consejos que siempre recibí de los veteranos de esta profesión para que con mi trabajo errara lo menos posible. Ellos demostraron sus grandes corazones y el nivel de humildad. Yo estoy infinitamente agradecido.

¿Cómo valoras el enfoque histórico de la serie al devolvernos una etapa poco abordada en nuestros medios?

-Creo que en los textos está casi todo. A veces visible, a veces oculto, pero en los textos, muy en lo personal, se encuentra lo que sea que andes buscando. Para interpretar a Diego, lo primero fue leer el guion tantas veces como fuera necesario, tratando de entender cada situación propuesta por los guionistas. Lo segundo fue el estudio de la época, de las fechas, del momento histórico a narrar. Una vez ubicado en tiempo y espacio, y ya después de haber entendido los procesos humanos de Diego, me dediqué a visualizarlo físicamente. Así nació El Maestro y, con el paso de los días en grabación, fueron aflorando características humanas y de imagen que hoy conforman el personaje como un todo.

 

Vea también:

Paquita Armas Fonseca (2020): “Los pasos firmes de Joel Infante”. En Portal de la Televisión Cubana: http://www.tvcubana.icrt.cu/destacados/5269-los-pasos-firmes-de-yoel-almaguer

 

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