Diálogo con la directora de programas de televisión Teresita Gómez Acosta, merecedora este año del Premio Pequeña Pantalla

Para la directora de programas de televisión Teresita Gómez Acosta, merecedora este año del Premio Pequeña Pantalla, el medio televisivo no es luces y lentejuelas como muchos creen, es consagración, alta cuota de responsabilidad y sentido de pertenencia.

Llegó a la Televisión Cubana hace 40 años, a través del espacio Farvisión como sustituta de la locutora Teresita Segarra, quien había viajado a la República Popular de Angola por cuestiones de trabajo. Gómez Acosta hizo la presentación del programa durante 15 años hasta que la Fílmica de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) determinó hacer algunos reajustes en su nómina, y muchos actores, actrices, asesores y directores de programas determinaron pasar al Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), entre ellos Teresita.

¿Cómo le fue en el ICRT?

-Comencé con el cineasta Octavio Cortázar, en el espacio El realizador y su obra, devenido en Pantalla documental. Fue una experiencia única, al mismo tiempo una escuela. En cada sesión de trabajo aprendía algo nuevo y funcional. Me relacioné con importantes realizadores como Rogelio París, Pastor Vega, Manolito Herrera, con camarógrafos excelentes y con la actriz Eslinda Nuñez, de una lista bastante numerosa.

“Luego dirigí por un breve tiempo Andar La Habana. Con él redescubrí mi profesión y mi ciudad de la mano de Eusebio Leal, un hombre excepcional, amigo, hermano mayor y mentor. El me conminaba a ser mejor, a imponerme metas superiores. Trabajar al lado de este novio de La Habana, como lo denominamos los capitalinos, es una de las mejores cosas que me ha pasado en mi carrera. Me sorprendió muchísimo saber que Signos le gustaba, que lo veía con regularidad, ese fue el mayor motivo para involucrarme en Andar La Habana, un proyecto cautivador.

“Dentro de las amplias oportunidades ofrecidas por el ICRT, colaboré también con Testigo del Tiempo, dedicado a los museos. Con ese espacio visité el primer museo de la Isla, el Emilio Bacardí, en Santiago de Cuba. Allí contacté con el escultor Guarionex Ferrer, director de la institución santiaguera, y le comuniqué mi interés por filmar en el lugar. Fue una filmación sui géneris, todo se hizo en una noche. Nos encerramos en el museo, Guarionex, el equipo de TV Latina que me acompañaba y yo hasta la madrugada. Grabamos dos programas, uno dedicado a la colección de arte y el segundo, a la colección histórica en la cual se muestran obras de la valía de La confronta o la lista de lotería y Cabeza del negro alcohólico, ambas de José Joaquín Tejada, y otras de Teodoro Ramos. No dormimos, pero valió la pena.

¿Cuál es su desempeño actual en la TV cubana?

-Soy la directora del programa Signos, que se transmite por Cubavisión. En julio pasado cumplió 20 años, así que estamos de fiesta aún. Comencé a hacer el programa luego de terminar un documental sobre la historia del tabaco, titulado “De la Habana historias y misterios”, premiado en el Festival del Habano que se celebra en la capital. A propósito del lauro, Dulce María Hernández, entonces trabajadora de la Dirección de programas habituales de la Televisión, me propuso el diseño de un programa de artes plásticas. Accedí de inmediato, y cuando llegué a mi casa dije: Dios mío, en ¿qué me metí? Pero seguí adelante. Pensé en varias gentes, dentro de ellas, en mi padre, la primera persona que indujo en mí el hábito por la lectura con un libro titulado Los pintores del Prado. Por él y porque me gustan los retos acepté la propuesta.

“Transitábamos por el periodo especial, las personas habían dejado de asistir a los teatros, las salas expositivas y de conciertos. Me cuestionaba en cada momento qué hacer para suplir esa carencia cultural y qué poner en pantalla para acercar a la población nuevamente al mundo cultural. Me planteé algo diferente, entrevistas a artistas para conocer su vida, su trabajo y sus formas de hacer con un lenguaje accesible, comprensible a todos, fue un buen inicio. Me nucleé de varias personas conocedoras del arte, le dimos forma a la propuesta y finalmente salió. Hicimos secciones para mostrar, además de la obra la procedencia del artista, elementos curiosos y otros detalles que deportaran el interés del público”.

¿Quiénes han pasado por Signos en estas dos décadas?

-Los Premios Nacionales de Arte. Se ha tratado La Bienal de La Habana, las exposiciones y todo aquello mediático con connotación artística. Rita Longa lamentablemente murió una semana antes de salir el programa dedicado a ella. Con Signos he contribuido modestamente a vincular otra vez a un grupo de personas con el mundo del arte desde la privacidad de sus hogares, y a que otro segmento poblacional, los más jóvenes, asista a las salas expositivas y disfrute el ambiente artístico cubano y de sus mayores exponentes.

Teresita Gómez Acosta es locutora, además de directora de programas de televisión. Fue alumna de Cristóbal Díaz Ayala y compañera de clases de María Victoria Gil. Trabajó con Antonio Pera, su profesor y colega en Farvisión, con Manolo Ortega y, como parte de su constante elevación profesional, Lolina Cuadras le permitía entrar a los sets de grabación, donde vio actuar a Cepero Brito, Consuelito Vidal y a otros grandes de la pantalla chica.

¿Alguna vez ha pensado en actuar?

-Me encanta, pero las cámaras me aterran. Siento que mi zona de confort está detrás de ellas, donde nadie me ve. Me considero una fehaciente admiradora de la actuación y, aunque he intentado entrar en el mundo actoral, no he logrado controlar mis nervios. Soy locutora y me relacioné mucho con Radio Cadena Habana, cuando estaba cerca de mi casa en Marianao, pero nunca mis pasos han pisado los predios de una planta radial en calidad de locutora del medio, no obstante, he bebido de la fuente de Eduardo Rosillo, Agustín Roquefuentes, Roberto Canela y Rene Batet, profesionales de radio.

“Me gustaría, antes de irme de este mundo, hacer radio, pero si me preguntas qué tipo de programa, te diría que cualquiera de madrugada. Me encanta porque en la noche y la madrugada existe mayor complicidad locutor–oyente”.

¿Qué programas radiales han dejado huellas en usted?

-Alegrías de sobremesa, A las 20 horas, Así, y el espacio de Delarra vinculado con las artes plásticas.

Nacida y criada en Marianao, tierra entre dos ríos, Almendares y Quibú, María Teresita Gómez confiesa que nunca ha hecho un programa a su terruño, pero sí a la Academia de San Alejandro, ubicada en esa municipalidad. Tiene en su haber un documental biográfico filmado con Mundo Latino sobre el marianense Juan Manuel Márquez, uno de los íconos de Marianao. Ese trabajo formó parte de una trilogía que incluye otros dos documentales: Mariana Grajales y Mario Muñoz Monroy. Con estas obras se adentró en la historia de esas personalidades mostrando pasajes menos conocidos de sus vidas.

Cine y teatro no ha hecho tampoco, y aunque no le interesa hacerlo a esta etapa de la vida, los admira y respeta por su significación para la cultura cubana. A juicio de la artista audiovisual, cada uno de esos medios exige una alta cuota de entrega y responsabilidad, tal como la televisión.

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