La construcción de un centro de comunicaciones único, en octubre de 1956, centraliza todas estas señales de televisión en La Habana

La historia televisiva cubana tiene dos etapas: la primera –la fundacional– comprende la estructuración del sistema televisivo cubano entre 1950 y 1960, donde imperaba el modelo de radiodifusión con objetivos comerciales. La segunda –desde 1960 hasta nuestros días– comprende la reconversión de ese modelo de radiodifusión al servicio público. Este, en lugar de perseguir ganancias financieras, se propone informar, educar e instruir, formar y entretener a todo un pueblo.

Resulta imposible estudiar nuestra historia televisiva fundacional sin tener en cuenta las especificidades de su contexto histórico que aportan la dimensión real de sus estrategias y su evolución. Por ejemplo, en el sistema televisivo en el mercado habanero, entre 1950 y 1958 en La Habana se fundaron y operaron siete televisoras y fueron creadas tres cadenas interprovinciales.

El sistema televisivo habanero se integró originalmente por las siguientes televisoras: Canal 4 (Unión Radio TV, 1950-1951), Canal 6 (CMQ TV 1950-1960) y Canal 2 (Telemundo, 1953-1960). Esas y otras efímeras en el tiempo radicaron en la barriada capitalina El Vedado, en un perímetro inferior a los dos kilómetros1. Esta circunstancia también desató una feroz competencia por las audiencias y los anunciantes.

Por entonces, ninguna capital de Latinoamérica tuvo tantas televisoras operando como la cubana. Como si fuera poco, la mayoría de ellas emitían un mínimo de ocho horas diarias continuas de programas y mensajes publicitarios que inundaron los hogares de imágenes en movimiento pletóricas de diseño, arte, literatura, música, información y comunicación comercial, que conformarían una nueva percepción cultural.

Pero ahí no termina la singularidad de Cuba. Mientras que en México y Brasil la avalancha de las industrias, las marcas, los servicios y los bienes de consumo estadounidenses se produjo por diversas razones, casi en las postrimerías de la primera mitad del siglo XX, en Cuba la sufríamos desde sus primeros decenios y profundizaba su huella día a día.

En ese entorno, La Habana devino gigantesco laboratorio de prueba-error en la relación contenido-forma de las producciones simbólicas, en la experimentación de los formatos y en la investigación de comunicación aplicada a los medios de comunicación. Estas circunstancias particulares impactaron las practicas mediáticas y culturales ulteriores.

Tecnología

El sistema televisivo instalado en Cuba desde 1950 usaba antenas direccionales2 para emitir y distribuir sus señales, factor potenciado por la escasa distancia entre los controles maestros de tantas televisoras independientes que se disputaban la audiencia de los televidentes y el patrocinio de los anunciantes.

Cadenas interprovinciales

Desde su primer bienio, los canales 4, 6 y 2 aplicaron diversas modalidades para difundir los programas estrenados por sus casas matrices. Primero las cintas con filmaciones en kinescopios se estrenaban días después en remotas capitales de provincias3. Finalmente, mediante el envío directo de las emisiones a través de las redes de microondas interprovinciales. Sus sedes se seleccionaban por el poder adquisitivo de la población, beneficiando a los sectores mediáticos, publicitarios y productor de bienes de consumo y servicios.

Configuración geográfica de Cuba

La forma alargada de nuestro archipiélago condicionaba su tecnología y propició la concentración de variadas funciones en las empresas mediáticas productoras y realizadoras de programas televisivos, que construyeron, equiparon y distribuyeron las señales por redes y centros transmisores. De este modo, las televisoras devinieron operadores físicos y simbólicos de la comunicación en el sistema de microondas.

Cuba, fue también el único de la trilogía fundadora televisiva en Iberoamérica donde la iniciativa privada asumió íntegramente la inversión, la construcción, la dotación tecnológica y la regulación de la emisión de las señales en las cadenas nacionales de microondas. En México y Brasil –las otras dos fundadoras latinas– su mayor extensión territorial determinó que estos procesos los asumiera totalmente el Estado.  

En 1954, tres plantas habaneras tenían filiales provinciales: Radio Televisión Nacional (Canal 4), CMQ TV (Canal 6) y Telemundo (Canal 2). Su expansión independiente a escala nacional exigía a cada televisora construir una costosa red de microondas, los centros transmisores intermedios y gestionar su operación.

Así las cosas, en un sistema tan competitivo como nuestra Industria Cultural, este consorcio forja una alianza estratégica entre dos empresas rivales. El 15 de abril de 1954 se inaugura una fase importante de la red que uniría toda la República. En enero de 1955, la primera con el 60 % de sus acciones y la segunda con el resto fusionan sus cadenas en Microondas Nacionales S.A. Con un capital de dos millones de pesos, se extenderían desde Santa Clara hasta Camagüey y, progresivamente, a Santiago de Cuba4.

Un convenio aborda la operación conjunta de la red de microondas, y otro, la operación, instalación y operación de los transmisores. Hasta entonces, en el congestionado Vedado se entrecruzaban las señales de varias televisoras. El Canal 2, que desde su fundación en 1953 poseía una capacidad de transmisión instalada que duplicaba al resto del sistema; tenía la ventaja competitiva.

La construcción de un centro de comunicaciones único (Televilla)5, en octubre de 1956, centraliza todas estas señales y supera tecnológicamente al Canal 2, pues impuso a sus televidentes reorientar sus antenas hacia una posición geográfica diferente, impidiéndoles sintonizar a sus competidores. Como resultado, aumenta sus audiencias capitalinas y desplaza al Canal 2. Televilla ahorra a sus dueños más de 500 000 pesos que abaratan su cadena de video hacia Oriente.

La radiodifusión de servicio público cubana desde 1960 se propuso eliminar las zonas de silencio generadas por la concentración de las señales radioeléctricas en las zonas urbanas de sus capitales de provincia. Tras décadas gestionando la transmisión de señales radioeléctricas, la radio y la televisión cubanas cedieron su gestión comunicativa a Radio Cuba, entidad estatal independiente al sector mediático, especializada en la transmisión de señales radioeléctricas que multiplica los logros acumulados por la radio y la televisión cubanas durante décadas.

Los hitos mediáticos de Microondas Nacionales y Televilla establecidos durante nuestra etapa fundacional aún aportan a la gestión de la televisión de servicio público cubana. 

Notas

1 El Canal 4 funciona en una residencia situada en las calles Mazón y San Miguel, colindante a la Universidad de La Habana. A menos de cinco cuadras al sur, se encontraba el Canal 6, instalado en el edificio de CMQ en la calle 23, entre L y M. En 1953, a una distancia de casi cinco cuadras al oeste de Radiocentro, Barletta construye en calle 23 esquina P un descomunal edificio para su Canal 2 y negocios colaterales.

2 Modelo de antena donde la señal se transmite en línea recta desde su emisor hasta su receptor.

3 Que entonces eran seis.

4 Luego convertidos en centros de retransmisión hacia el resto del Oriente. Fuente: Periódico Diario de La Marina, 1956.

5 Televilla radica en una finca de 80 000 pies cuadrados a 5 km de los aeropuertos de Rancho Boyeros, Columbia y Baracoa, en Arroyo Naranjo. Su torre de hierro original pesaba 286 mil lb. Con 865 pies de altura podía sostener 5 antenas para 5 plantas. Estaba diseñada para soportar presiones de viento de 70 lb por pie cuadrado, es decir, 65 millas por hora. Contaba con antenas Supergain de RCA para los canales 4 y 6, con ganancia 11,35, una antena Superturnstile para el canal 7, con ganancia de 6. Los transmisores eran enfriados por aire. Además, habían instalados equipos para la transmisión a color.

La inversión general de Televilla tuvo un valor de $ 186 mil, pagados a partes iguales entre CMQ, Radio Universal, CMBF TV, TV Nacional Canal 4. El centro agrupaba cinco canales de audio pertenecientes a CMQ TV, TV Nacional, Circuito CMQ, Radio Progreso, Unión Radio; además de 19 canales para servicio de radio móvil –cada canal telefónico permitía 12 canales de tele impresión–. También había equipamiento RCA enfriado por aire, una planta eléctrica de repuesto de 150 Kw, que respondía a los 6 s de fallar la electricidad y equipos de TV portátiles. Mejoró la recepción de los canales 6, 7 y 4 (3 de las 5 emisoras existentes en La Habana). Fuente: Periódico Diario de La Marina, 1 de octubre de 1956.

 

Notas

1 El Canal 4 funciona en una residencia situada en las calles Mazón y San Miguel, colindante a la Universidad de La Habana. A menos de cinco cuadras al sur, se encontraba el Canal 6, instalado en el edificio de CMQ en la calle 23, entre L y M. En 1953, a una distancia de casi cinco cuadras al oeste de Radiocentro, Barletta construye en calle 23 esquina P un descomunal edificio para su Canal 2 y negocios colaterales.

2 Modelo de antena donde la señal se transmite en línea recta desde su emisor hasta su receptor.

3 Que entonces eran seis.

4 Luego convertidos en centros de retransmisión hacia el resto del Oriente. Fuente: Periódico Diario de La Marina, 1956.

5 Televilla radica en una finca de 80 000 pies cuadrados a 5 km de los aeropuertos de Rancho Boyeros, Columbia y Baracoa, en Arroyo Naranjo. Su torre de hierro original pesaba 286 mil lb. Con 865 pies de altura podía sostener 5 antenas para 5 plantas. Estaba diseñada para soportar presiones de viento de 70 lb por pie cuadrado, es decir, 65 millas por hora. Contaba con antenas Supergain de RCA para los canales 4 y 6, con ganancia 11,35, una antena Superturnstile para el canal 7, con ganancia de 6. Los transmisores eran enfriados por aire. Además, habían instalados equipos para la transmisión a color.

La inversión general de Televilla tuvo un valor de $ 186 mil, pagados a partes iguales entre CMQ, Radio Universal, CMBF TV, TV Nacional Canal 4. El centro agrupaba cinco canales de audio pertenecientes a CMQ TV, TV Nacional, Circuito CMQ, Radio Progreso, Unión Radio; además de 19 canales para servicio de radio móvil –cada canal telefónico permitía 12 canales de tele impresión–. También había equipamiento RCA enfriado por aire, una planta eléctrica de repuesto de 150 Kw, que respondía a los 6 s de fallar la electricidad y equipos de TV portátiles. Mejoró la recepción de los canales 6, 7 y 4 (3 de las 5 emisoras existentes en La Habana). Fuente: Periódico Diario de La Marina, 1 de octubre de 1956.

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