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- Escrito por: Maya Quiroga
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La Televisión Cubana (TVC), con casi 75 años de historia, continúa siendo un pilar esencial para la información y educación del pueblo desde un medio público y estatal con una clara misión social que va más allá del puro entretenimiento.
Para cumplir eficazmente ese compromiso, los directivos de la institución reconocen la importancia de gestionar estratégicamente a sus públicos internos y externos, en aras de fortalecer el diálogo y los lazos con la sociedad cubana contemporánea.
Como públicos internos se entiende al diverso colectivo de trabajadores que, día a día, hacen posible la producción y transmisión televisiva: directivos, periodistas, realizadores, guionistas, técnicos, presentadores y demás personal operativo. Para satisfacer sus intereses se debe impulsar una comunicación institucional basada en la participación, transparencia y formación continua. Solo así se logrará trabajar en un ambiente laboral sano y con fuerzas motivadas, aspectos esenciales para la creación de contenidos que respondan a la realidad nacional.
Por otro lado, los públicos externos, fundamentalmente los televidentes o espectadores, son la razón de ser de la TVC. Ellos demandan no solo contenidos de calidad y pertinencia cultural, sino también espacios para la participación y el diálogo, que les permitan sentirse escuchados y representados.
Estas audiencias se configuran, actualmente, como un conjunto diverso y activo de microaudiencias o tribus, en marcado contraste con la audiencia unificada y pasiva de épocas pasadas.
El entorno mediático, en transformación acelerada, está marcado por la multiplicidad de plataformas y la fragmentación de audiencias, un escenario donde la TVC encara el reto de mantenerse en la preferencia de los televidentes.
En el presente ecosistema mediático, algunos integrantes del público interno de la TVC –con el apoyo de productoras independientes y patrocinadores– desarrollan proyectos paralelos como podcasts en Facebook o YouTube, que logran atraer audiencias específicas y paralelas.
Los contenidos para redes sociales generados tanto por profesionales de la radio y la televisión como por influencers, músicos y otros creadores, han transformado el mapa de las audiencias y obligan a una reflexión profunda sobre su lugar en la esfera pública contemporánea.
Además, existen otros retos significativos para profundizar en la atención a los públicos externos de la TVC. Entre ellos destaca la ausencia, especialmente en La Habana, de televisoras comunitarias con arraigo territorial, una modalidad que sí se ha implementado con éxito en otras regiones del país.
La concreción de estos telecentros municipales permitiría una mayor adecuación de los contenidos a las realidades locales, fomentaría una mayor participación ciudadana y consolidaría vínculos más directos entre la televisión y sus públicos externos, fortaleciendo la función social del medio.
En respuesta a estos desafíos, la TV Cubana ha retomado el espacio “Comunicar TV” en el marco de su aniversario 75, con el propósito de fortalecer el vínculo directo con los públicos externos.
“Comunicar TV” trasciende los estudios y las pantallas para llegar a barrios periféricos de la capital, centros laborales y comunidades de todo el país, a través de la participación conjunta de escritores, guionistas, actores, periodistas y equipos de realización, para promover un intercambio vivo y cercano con la audiencia.
Un ejemplo de esta iniciativa fue la reciente visita al capitalino municipio Cotorro, donde el elenco de la telenovela Regreso al Corazón, junto a guionistas y directivos del Instituto de Información y Comunicación Social departieron con los habitantes del barrio Buenos Aires, durante la Feria agropecuaria de la localidad.
En el encuentro se generó un espacio de diálogo que permitió a los televidentes expresar sus opiniones, emociones y expectativas, e incluso hacerse selfies con sus actores preferidos, pasando de ser consumidores pasivos a participantes activos en el proceso de comunicación.
Este tipo de interacciones refuerzan el rol de la televisión como medio educador, informativo y recreativo, capaz de promover valores culturales y cívicos a través de contenidos relevantes y emotivos, como son los espacios dramatizados, herramientas poderosas para conectar emocionalmente y promover la reflexión sobre la realidad nacional.
Al acercarse a las comunidades los organizadores de “Comunicar TV”, contribuyen a superar la distancia tradicional entre productores y espectadores, convirtiendo la televisión en un espacio vivo, plural y participativo. La iniciativa es una muestra clara de la voluntad política del medio de comunicación, en ese sentido.
El éxito y la relevancia futura de los contenidos que se producen desde la TVC dependerán de la capacidad de sus actores sociales para gestionar, de manera integral y estratégica, la comunicación con sus públicos internos y externos, sin perder de vista el diálogo con audiencias cada vez más fragmentadas y activas, que exigen participación y representatividad.
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- Escrito por: Maya Quiroga / Fotos: Cortesía de Claudio Aguilera
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El estreno del documental Voces del Feeling, dirigido por Rosalía Arnáez con codirección de Marilú Macías, se suma a los festejos por los 75 años de la Televisión Cubana.
La cita tuvo lugar en el club El Gato Tuerto, un espacio que arriba a 65 años de su apertura, en la calle O entre 17 y 19, de El Vedado, en el corazón de la bohemia habanera.
Asistieron a la premier del audiovisual Belkys Pérez Cruz y Jorge Legañoa Alonso, vicepresidentes del Instituto de Información y Comunicación Social; Ivonne Díaz Chales, directora del Centro de Capacitación de la Radio y la Televisión así como representantes de la Asociación de Cine, Radio y Televisión de la Uneac.
La obra, de media hora de duración, brinda un homenaje a dos figuras emblemáticas de la música cubana: Ela Calvo y Ángel Díaz. Además recorre la primera etapa del movimiento estilístico conocido como “feeling”, a través de materiales de archivo y entrevistas en locaciones como El Gato Tuerto, el Hotel Nacional de Cuba y los estudios Areíto de la Egrem.
Contiene entrevistas a familiares de Ela Calvo, como sus hijos Norma Vázquez Calvo y Enrique Vázquez Calvo, y a sus nietos Yasell Sotomayor y Raysel Sotomayor.
Entre los entrevistados sobresalen Jorge Rodríguez, productor legendario de la Egrem, casa editora más antigua de Cuba; el músico Roberto González, la cantante Emilia Morales y el Premio Nacional de Televisión Miguel Patterson.
El texto fílmico, con voz en off de Rosalía Arnáez, y con el actor Luis Alberto Ramírez en la asistencia de dirección, se configura como una ofrenda a la memoria musical cubana, un legado audiovisual para futuras generaciones pues rescata la riqueza de nuestra trova y el bolero, ingredientes esenciales del sentir nacional.
Según Rosalía, la realización de este documental representó una deuda afectiva con Ela Calvo y Ángel Díaz: el cierre de un ciclo que ha requerido compromiso, dedicación y, sobre todo, amor por la música y su historia.
En este sentido, el ambiente de El Gato Tuerto, resultó escenario ideal para el nacimiento y la celebración de una obra que busca preservar sonidos y voces que forman parte fundamental del alma cubana.
Es imprescindible reconocer el acierto de Rosalía y Marilú al tratar varias líneas argumentales entrelazadas, que reflejan la pasión y el sentimiento detrás de la práctica del feeling.
Sin embargo, al explorar esas múltiples perspectivas, algunas ideas quedan apenas sugeridas y podrían beneficiarse de un tratamiento más profundo en futuras producciones para ofrecer una visión aún más robusta y compleja de las temáticas abordadas.
Esto abre una oportunidad para que el discurso se enriquezca, profundizando el relato en algunos de sus ejes temáticos, especialmente cuando aspiramos a que la memoria musical se preserve con rigor y calidez.
En un contexto donde la crítica cultural constructiva no siempre encuentra espacio, resulta fundamental acompañar obras como esta con comentarios que contribuyan a su fortalecimiento, siempre desde el respeto y el reconocimiento.
Voces del Feeling abre una puerta para mostrar lo mucho que el género ha aportado, y también para que la reflexión futura permita ahondar en las dinámicas sociales, artísticas y personales que lo han hecho posible.
Agradecer a Rosalía, Marilú y a todo el colectivo que hizo posible este documental, así como a las personas que con sus testimonios enriquecen la memoria cultural, es esencial para fomentar la continuidad del patrimonio artístico nacional.
Sin duda, este esfuerzo es un paso más hacia la preservación y difusión de una tradición que nos define y conmueve.
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- Escrito por: Félix A. Correa Álvarez / Foto: Cubavisión
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Cubavisión ha anunciado a través de sus canales oficiales la llegada de una nueva propuesta a su parrilla de programación: Ojo de Agua, una telenovela de factura nacional que promete capturar al público cubano desde diciembre con una historia cargada de emociones, conflictos familiares, empoderamiento y sabor auténtico.
La obra está dirigida por Alberto Luberta Martínez y José Víctor Herrera, con guion de Eurídice Charadán y Lil Romero, y es una producción de la reconocida Casa Productora de Telenovelas. Compuesta por 80 capítulos, la novela será el centro de atención de las noches cubanas en la recta final del año.
La historia sigue a Nadia, interpretada por Yura López, una agrónoma de éxito y subgerente en una empresa productora de miel. A sus 45 años, decide hacer un giro radical en su vida al transformar la finca de su padre —ubicada en su pueblo natal, Ojo de Agua— en una finca agroecológica dedicada a la miel orgánica. Esta decisión marcará el inicio de una intensa lucha por defender sus ideales, su independencia y su conexión con la tierra.
Pero los sueños de Nadia no avanzarán sin obstáculos. El conflicto principal surge con su medio hermana Magdalena, encarnada por Yeney Bejerano, quien desea convertir la finca familiar en un hostal turístico. Esta confrontación pone sobre la mesa un enfrentamiento entre dos visiones del futuro, dos modelos de desarrollo y dos maneras de entender el legado familiar.
Ojo de Agua no solo gira en torno al drama familiar. También explora con sensibilidad y profundidad temas contemporáneos como el papel del adulto mayor, la discapacidad, el fenómeno del K-POP, la adicción adolescente a los teléfonos móviles y los videojuegos, así como expresiones de la cultura popular cubana: la música campesina, el repentismo, la pintura naif y la danza del vientre.
El elenco se completa con Alberto Corona como Rubén, el gran amor de Nadia, y Carlos Migueles en el rol de Darío. También participan Denys Ramos (Fabián), Sindy Rosario González (María Fernanda), Ariana Álvarez (Lita), Leidis Díaz (Roxy) y Brandot Graverán Leyva (Arturito). La producción contará con una combinación de rostros conocidos y nuevas figuras, destacándose además Kenia Ortiz como Luz, un personaje místico que aportará una dimensión mágica a la trama.
Según la información compartida por Cubavisión, la telenovela aborda el empoderamiento femenino, la libertad emocional y la reconexión con la naturaleza, proponiendo una visión fresca de la mujer cubana contemporánea, profundamente arraigada a su entorno rural y a su historia personal.
Ojo de Agua se presenta como una propuesta visualmente renovada, llena de sabor cubano, con una narrativa pensada para conmover, entretener y hacer reflexionar. Bajo una factura colaborativa, que resalta el aprendizaje y el esfuerzo colectivo del equipo técnico y artístico, esta novela aspira a ganarse un espacio en el corazón del público.
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- Escrito por: Valia Valdés / Fotos: Cortesía del entrevistado
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El telefilme El camino hasta aquí es la primera incursión del director Luis Abel Oliveros en el dramatizado televisivo. Su experiencia en la dirección audiovisual comenzó con la realización de cortometrajes de ficción, documentales, y programas variados en Canal Habana y Cubavisión.
Los saberes de Luis Abel relacionados con el guion facilitaron la interacción con el escritor del telefilme, Marlon Duménigo, quien se estrena en televisión después de explorar la narrativa y la escritura radial.
Duménigo comentó al Portal TVC:
«En El camino hasta aquí un drama con pinceladas de humor, intenté abordar dos conceptos que me parecen vitales. El primero es la importancia de gestionar el divorcio de manera que no influya de manera negativa en la calidad de vida de los hijos. El segundo concepto fluye a lo largo del argumento, y es el valor de la comunicación para solucionar conflictos, ya sea entre padres e hijos, en la pareja o con las amistades.
«El divorcio es un tema con el que muchos hemos tenido contacto, ya sea de forma directa, a través de algún familiar o de amigos que haya vivido la experiencia. Aunque se hacen esfuerzos a nivel de sociedad para resolver de manera armónica los posibles conflictos que puedan surgir en el proceso de la separación, en ocasiones ese proceso deriva hacia un tipo de “divorcio destructivo”»
Por medio de la puesta en pantalla, Oliveros remarca la discordia entre padres en proceso de divorcio, y la manera en que ese enfrentamiento repercute en el comportamiento del adolescente y afecta su relación con los que le rodean.
El director visibiliza el personaje del mediador dentro de la historia:
«El mediador es un profesional imparcial que facilita la comunicación entre las partes en conflicto. Esa figura legal fue incluida en el nuevo código de las familias que entró en vigor en 2023. La colaboración de la profesora de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, Yamila González Ferrer, resultó de mucha utilidad para comprender sus funciones».
Sobre el proceso de realización refiere:
«Fueron nueve días de grabación, en parte complicados por la lluvia. Una de las locaciones fue Playa Baracoa, zona costera que pertenece a la provincia Artemisa, lo cual demandó otras coordinaciones logísticas. El proceso de realización resultó una experiencia llena de satisfacciones, en compañía de un equipo paciente y maravilloso que se sobrepuso a condiciones difíciles. Resultó un gran aprendizaje».
El staff estuvo integrado por la productora Elaine Corona, Dainy Basulto en la dirección de fotografía, Osmara Alberteris en la dirección de arte, Gustavo Duchesne en la banda sonora, Bosito como compositor de la música diegética y extradiegética, y Lisy Rojas en la edición.
Oliveros agradece el apoyo del Grupo de Creación Infanto-Juvenil, y a la asesora Beatriz Roussó, la cual posibilitó su primera incursión en Una calle, mil caminos. Además, resalta el acompañamiento de la directora Heiking Hernández, quien lo condujo a través de las dinámicas creativas, de organización, y a optimizar los tiempos que exige el dramatizado.
Acerca de la dirección de actores revela:
«Me interesó que los personajes secundarios crecieran, por lo que propuse a los actores invitados buscar nuevas facetas dentro de sus modos expresivos. Ensayé mucho con los intérpretes más jóvenes, para que comprendieran a profundidad las motivaciones de los personajes. El telefilme es protagonizado por: Bryson Espinosa, Isabella Vale, Luis Antony Romero, Mariana Valdés, Oscar Viñas, e intervienen también: Yailin Coppola, Danay Cruz, Michel Pentón y Liana Milanés».
El telefilme El camino hasta aquí, con fecha de trasmisión 16 de agosto en el espacio Una calle, mil caminos, reafirma el interés de Luis Abel Oliveros en el trabajo minucioso con los actores. La experiencia resulta un recuerdo imborrable de superación y el primer paso en una vertiente de la dirección audiovisual que desea repetir.
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- Escrito por: Giusette León García / CubaSí
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Le cayó La Majomía de la música y la descarga entre amigos al verano en la Televisión cubana. El pasado jueves 3 de julio disfrutamos la primera entrega de una temporada que promete «de todo un poco» durante 27 programas.
Alain Finalé no solo es el director de La Majomía: es el tipo que la soñó y la ha moldeado con la insistencia a la que se refieren allá, en nuestra Matanzas natal, cuando usan el término que escogió para nombrar este nuevo hijo, ¿hermano mayor de La Palangana?
Hay que decir que él insiste en que esta es una obra colectiva y, si pudiera, llenaría las entrevistas de nombres a los que agradece el trabajo en equipo, la resistencia verdaderamente creativa para, contra apagones y otros imprevistos, decir al final del día en el estudio de La Tiza: ¡lo hicimos!
A propósito de este espacio que nos llega ya en las noches del jueves, después de la novela, conversamos con Finalé:
—¿Con qué novedades nos cayó esta Majomía?
—Como novedades, primero te digo que tenemos nuevos conductores, Yosander y Belinda, que son músicos y tienen sus respectivas agrupaciones: A Granel, en el caso de Yosander, y B-Jazz es el grupo de Belinda. Seguimos con la modalidad de tener cuatro conductores que se van rotando en parejas por los diferentes programas. Esta vez, tenemos en la Dirección de Arte a Daniel Arévalo, que es fotógrafo y que –digamos– ha rediseñado un poco la imagen del programa, manteniendo los mismos presupuestos de trabajar sin una cuarta pared, a 360 grados.
—Siempre insistes en esa estructura, por llamarle de algún modo. ¿Por qué?
—Realmente no es un capricho, eso es realmente lo que posibilita que en estas descargas se pueda hacer de manera que las personas se puedan sentar frente a frente, mirarse a las caras y que, además, se asemeje a las descargas reales, esas que surgen después de un concierto o en un encuentro casual en las casas, en los locales de ensayo, para que los músicos tengan esa sensación de que están en un espacio propio.
«Yo creo que la escenografía de La Majomía y el ambiente del programa, intentan recrear un local de ensayo donde los músicos están ensayando, descargando, haciendo cosas nuevas donde vienen otros músicos a visitarlos, a generar proyectos compartidos, por eso La Majomía insiste en reunir en el escenario, a la vez, a diferentes proyectos; por lo menos, dos o tres proyectos musicales, o uno que venga acompañado de otros artistas. Nosotros propiciamos esa mezcla para que de ella salgan cosas nuevas y productos que le puedan gustar al público.
«Este año, además, mantenemos la idea de tener un amplio abanico de géneros musicales. Yo creo que hemos abarcado incluso mucho más de lo que hasta ahora hemos podido lograr, pues, por ejemplo, hay un par de programas con proyectos dedicados a la rumba, como Muñequitos de Matanzas y Rumba All Stars; hemos podido incorporar también un poco más de trova, estará la Trovuntivitis; incluimos por primera vez la música antigua con Ars Nova.
«Incorporamos, además, una línea de programas donde traemos a familias musicales. Hemos tenido, por ejemplo, a la familia de Aldo López-Gavilán y Daiana García con sus hijas, y es algo que viene a recrear esas descargas que se producen en las familias de músicos cuando se reúnen para divertirse, para entretenerse. Así mismo tuvimos a Rodrigo García con su mamá, Rochy Ameneiros, y su esposa, Tania Haase; también a las hermanas Corina y Marta Campos.
«La Majomía trae otra vez rock and roll, mucha música popular cubana, hay presencia de la música de cámara, coral, o sea, el abanico es bastante amplio. Nos dimos el lujo de tener a una Premio Nacional de Artes Plásticas, Zaida del Río, junto a Francis del Río, es decir, dos artistas de la plástica que también cantan».
—¿Podría decirse entonces que la diversidad ha sido una marca en La Majomía?
—Sí, los programas han sido muy diversos. Seguimos apostando por la idea de que el programa se parezca a sus invitados, esa es una premisa muy importante para nosotros: que el programa logre adaptarse a los proyectos, a los grupos que vienen; que sea flexible, dinámico, y que cada uno sea diferente al siguiente.
—Y, además, romper esquemas, ¿cierto?
—Siempre. En esta temporada tenemos otro programa que se aparta un poco de lo tradicional, es con el Mariachi Real Azteca, liderado por el actor Rolando Rodríguez, y donde un grupo de actores muy conocidos de telenovelas, telefilmes, vinieron a descargar, a pasarla bien, pero sobre todo a cantar, a hacer música en el programa. Eso también es una novedad en esta temporada.
—¿Qué más nos puedes adelantar de lo que veremos en esta temporada de La Majomía?
—Tendremos programas espectaculares como el de Anacaona, que vinieron Georgia y Dorita Aguirre con todas sus muchachas, con el tresero César «El Lento»; la pasamos súper bien. Sé que van a disfrutar mucho el de Haila María Mompié, que vino acompañada de su quinteto todo de muchachas talentosísimas, un nuevo formato que está promocionando ahora mismo.
«Hay otros muy especiales como el de Enid Rosales y el de Ernesto Parra, director de Teatro Tuyo. Aquí hay otra novedad, pues Ernesto se va transformando en el escenario en el clown, y tenemos juegos musicales con él y Enid. Otra novedad es un programa dedicado al humor musical con Visti Cárdenas, Pagola la Paga y El Chiqui, de Punto y Coma.
—Y todo esto con la música en vivo…
—Esa es otra particularidad del programa, seguimos apostando por la música en vivo, eso es una constante: toda la música, toda, absolutamente toda, se hace en vivo en el programa.
—Dice el refrán que para gustos se han hecho colores y, al parecer, La Majomía, con reunir una paleta tan amplia, tiene muchas papeletas para volver a conquistar la preferencia de los públicos. ¿Cuáles son tus expectativas?
—Creo que esta temporada le va a gustar a la gente justamente por eso, yo siento que lo principal y lo más novedoso es la diversidad en cuanto a géneros, estilos a conformación de los proyectos, algo que, en gran medida, fue posible realizar con total coherencia, gracias a la asesoría de nuestra Cary Diez, una musicóloga de mucha experiencia.
«Yo creo que La Majomía se va saliendo ya de ser un programa solamente musical para ser un programa más abarcador, se va convirtiendo en un proyecto que intenta transformar el escenario del programa musical en un lugar donde puedan confluir invitados de diferentes procedencias que, al final, tienen el mismo objetivo: hacer música, descargar, cantar y tocar».