Ernesto Fiallo está concentrado. Observa con detenimiento las pantallas de los dos monitores que tiene enfrente, en uno de los cubículos de edición del Centro de Producción de la Casa Productora de Telenovelas. Da un clic en el mouse de la computadora, luego otro y después otro más...

 

El realizador audiovisual está absorto en la escena donde aparece la reconocida actriz Paula Alí dialogando con una representación de la Virgen de Regla. En el plano se forma un ángulo curioso con respecto al espectador. Paula, situada en medio de dos líneas que convergen en un punto fuera de cámara y se van abriendo hacia el infinito, le habla a la efigie con desenfado; con la confianza de quien conversa con una amiga cercana y protectora. Paula encanta, parece que la vemos desde la perspectiva visual de la santa, el plano es extraño; extraño y hermoso... 

El director de la exitosa telenovela Vuelve a mirar ultima detalles en el proceso de edición de su más reciente dramatizado, con fecha de estreno el próximo 22 de agosto en Cubavisión, “El canal de todos”.

Los hijos de Pandora se titula la propuesta, y repite gran parte del elenco de esa, su obra anterior: Yohandis Aballe, Alejandro Cuervo, Osvaldo Rojas, Raquel Rey, Giselle Sobrino, Yudexi de la Torre, Roly Chiong, Tamara Castellanos, Arianna Delgado, Iris Pérez, Omar Alí y Roque Moreno; a quienes se le suman Alain Aranda, Roxana Broche, Rodrigo Gil, Damian Alonso, Darianis Palenzuela, Rosali Suen, Luis Carreres, Faustino Pérez y Laura de la Uz, entre otros.

Y, cual déjà vu sonoro -cual afirmación de que segundas parte también pueden ser buenas-, la voz de Raúl Paz acompaña los créditos de apertura del audiovisual: “Los hijos llegarán desnudos/ Sin muchas cosas que opinar/ Irán creciendo bajo el humo/ De lo que le dan, de lo que le dan/ Los hijos mirarán tranquilos/ Buscando siempre su verdad/ Un día escogen su camino/ Y su realidad, y su realidad...”.

 

Ernesto Fiallo (lentes cuadrados y pelo cano corto) pausa el video y habla con naturalidad criolla de escenas, de tramas y subtramas; establece, de forma magistral, parábolas que entrelazan realidades cotidianas de la Isla y los nudos de los más exigentes manuales dramáticos.

También, el director de televisión enfatiza en cómo las redes sociales y los grupos y páginas en que se nuclea la teleaudiencia sirven de termómetro para medir de inmediato resultados en pantalla, y para una retroalimentación constante con las matrices de opinión que allí se generan.

***

Dicen que cuando Hefesto creó a Pandora, la primera mujer del mundo griego, cada divinidad del panteón helénico le otorgó un don. La joven, fue pensada por Zeus como un arma para castigar a la humanidad, dueña ahora del fuego robado por el titán Prometeo a los dioses.

Entre los regalos le entregaron a la muchacha una caja -jarrón- con la advertencia de no abrirla nunca. Sin embargo, ya haciendo vida en la tierra, pudo más la curiosidad y al destapar el artefacto Pandora liberó todos los males e infortunios al mundo; quedando, al cerrarla nuevamente, solo la esperanza en el fondo.

Muchos siglos después y a miles de kilómetros del país europeo, el mito se torna referente para nombrar el desequilibrio en la cotidianidad de cuatro hermanos cubanos tras una noticia inesperada.

Y es que en las vidas de Reinaldo (Alain Aranda), Augusto (Yohandis Aballe), Saúl (Alejandro Cuervo) y Raidel (Rodrigo Gil) se cruzarán tramas con temas como el valor afectivo hacia los hijos no biológicos que han crecido a nuestro lado, lo imperioso de la comunicación y negociación familiar en favor de una convivencia saludable, y la necesidad de niños y niñas de completar su árbol genealógico.

Asimismo, conoceremos a Petra, personaje interpretado por Paula Alí, quien es el horcón de la familia y se ha encargado de la crianza de sus nietos luego de que una desgracia sacudiera el núcleo familiar. Pero, a veces los recuerdos con que hemos crecido vienen entretejidos de secretos... y de ella y su progenie nos sorprenderá más de uno.

Acerca de Los hijos de Pandora nos habla, en exclusiva, su director.

“Esta es la historia de una familia disfuncional, a partir de ahí salen todas las demás subtramas. Es un dramatizado fresco, que intenta retratar un entorno familiar donde se reúnen muchos de los problemas de los seres humanos. A lo largo de toda la obra iremos descubriendo qué padece cada cual”, destaca Ernesto Fiallo.

Hay elementos medulares de la dramaturgia a la hora de construir los personajes, pero ¿cómo hacerlo sin abusar de los estereotipos y de una forma que regale representaciones contemporáneas?

“Siempre digo una frase, y hay gente que la considera un disparate: 'Yo no trabajo con actores, trabajo con seres humanos'; entonces, partir de eso, de los seres humanos que, por ejemplo, salen del ensayo y deben coger una guagua para regresar a su casa, te ayuda a poner al personaje en contexto, a hacerlo más cercano. Es mucho más fácil alejarse así del estereotipo, aunque el personaje tenga un poco de ello”.  

Durante el rodaje de Los hijos de Pandora se trasmitía Vuelve a mirar, un dramatizado en el que participaron gran parte del elenco y del equipo creativo actual. Dada su buena recepción en la teleaudiencia nacional, ¿se asume el presente proyecto desde la visión de que habrá comparaciones inevitables entre ambas obras?¿Hay un listón al que llegar?

“Pienso que uno siempre está aprendiendo. Aquella novela tuvo su aceptación, y esta la asumimos con las mismas ganas. Habría que ver cómo reacciona el público ahora. Yo empiezo cada obra como si fuera la primera, pero con las enseñanzas que la anterior me dejó. Sé que al final van a faltar muchas cosas. Vuelve a mirar, por ejemplo, nadie se puede imaginar todos los defectos que luego le vi como creador.

“Hay que escuchar a todo el mundo. Tengo un equipo súper bueno; quienes lo integran son grandes seres humanos primero, y después grandes profesionales. Me retroalimento mucho de ellos.

“Tampoco puedes creer que te lo sabes todo, eso sí es un disparate. Si llegas al set pensando que porque otro proyecto tuvo éxito este también lo tendrá, cometes el error más grave del mundo”.  

La responsabilidad creativa ante una obra audiovisual no finaliza al trasmitirse. Hay un componente que le aporta el público, y la complementa. La teleaudiencia le pone, por así decirlo, un sello de calidad que valida si el material funciona o no. En ese sentido, ¿qué esperan Fiallo y su equipo de este nuevo proyecto?

En Los hijos de Pandora los personajes pueden ser tus vecinos, pueden ser tus conocidos. La familia protagonista la integran un médico, un pelotero, un bartender, una profesora de gimnasia, una inspectora de la Onat y un mecánico que, además, es un genio en matemáticas y dejó de estudiar debido a problemas familiares. Ello abre el diapasón hacia una gran diversidad de profesiones, y ayuda a que muchas personas se vean representadas.

“Están, también, las preocupaciones y problemáticas de los seres humanos, los conflictos del día a día: la envidia, el miedo, el amor, el desamor, la emigración, la mentira, el racismo, la homofobia...

“Creo que en 50 capítulos está resumido un poco, digamos, un año de la vida de cualquier cubano. Por supuesto, con los elementos de un género como la telenovela que llevan esos conflictos a un clímax y a un desenlace.

“El deseo es que la interpretación de quien la recibe sea favorable. Para eso uno trabaja, para que le guste a la gente, la disfruten, les llegue y se vean reflejados en ella”.

 CORTESIA DEL CANAL CUBAVISIÓN 

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