El aire de un estudio de TV ha sido el más puro que he respirado…”

Lolina Cuadras, la destacada directora de nuestra televisión, estará soplando velitas este 23 de septiembre, y no queremos pasar por alto la trayectoria y los éxitos alcanzados por ella en los programas en que incursionó como directora, además de tener la gentileza de facilitarnos fotografías y materiales de algunos de los espacios que dirigió.

Como la excelente comunicadora que es, comenzó la entrevista contando de inmediato sus avatares a lo largo de su vida como ser humano y en los medios:

Se educó con una mentalidad abierta, un pensamiento lógico y mucha ética. Nos dijo que terminado el bachillerato en la querida Santiago de Cuba, su ciudad natal. Matriculó la carrera de Derecho, en la que tuvo a excelentes profesores como los doctores José Antonio Portuondo y Francisco Prats. Antes de finalizar el curso, abandonó la carrera, comprendiendo que ella no podría defender a un acusado o convicto como se pretendía. Considera la abogacía como un sacerdocio…

Vino para la Ciudad de La Habana y comenzó a trabajar como maestra en el Instituto Superior Pedagógico Enrique José Varona, pero por muy poco tiempo. La docencia tampoco la hacía muy feliz.

Regresó a su natal Santiago de Cuba, allí tiene a su querido hijo Frank y se entera de que en la recién inaugurada Tele-Emisora provincial habían abierto un curso de dirección, se matricula en él y es de los pocos casos que aprueba, junto con otro excelente director que es el maestro Roberto Ferguson. A partir de ahí comenzó a hacer pequeñas cosas en la televisión.

Sus primeros trabajos los realizó con el desaparecido locutor Don Germán Pinelli, al que ella le confesó que estaba buscando a un director con cultura... Nos dijo Lolina, que con él aprendió muchísimo, sobre todo a moverse en un estudio de televisión y el quehacer de un programa en vivo. Más adelante llegó el video.

Lo primero que dirigió sola para la TV fue Casos y Cosas de Casa, con guion de ese mago del humorismo que fue Enrique Núñez Rodríguez y un grupo de excelentes actores, entre los que se destacaban: Martica del Rio, Finita, José Antonio Rivero, Ignacio, Coqui García, Domingo y Ana Lasalle, Tecla; más tarde llegaron otros actores.

Posteriormente dirigió Detrás de la fachada, escrito por otro grande, Carballido Rey, y con un elenco de lujo: Consuelito Vidal y Cepero Brito como conductores, Enrique Arredondo, Bernabé, Rosario Carmona, Monga, Alfredo Perojo, Manolo y Rosario Carmona, Cuca y otros actores que dejaron una impronta con sus personajes como: Wilfredo Fernández, Yolanda de la Torre, Miriam Vázquez y Manolín Álvarez.

Hay una anécdota que no quiere dejar pasar: “las cosas que Arredondo le hacía a Consuelito, ella casi siempre lo ignoraba hasta que salían a escena”. Nos reitera que el colectivo era muy bueno, pero tuvo de limar muchas asperezas con el paso de los años.

Dirigió un programa titulado De viernes a viernes, pero duró muy poco. Cuando Carballido Rey se jubila lo sustituyó en Detrás de la fachada Marcos Miranda y a la muerte de este, entró como guionista Marcelino Feal. Y ella abandona el programa por desavenencias con algunos directivos.

Pasó a dirigir San Nicolás del Peladero, también con una pléyade de actores que han pasado a la historia de nuestra televisión; y crea los programas Cinco y media en el seis, y Listo Estudio, que escribía otro grande, el director Orlando Quiroga; todos estos programas eran en vivo.

También realizó otros variados y hubo uno que la marcó mucho, sobre los hechos del «13 de Marzo», este resulto tan verídico y vívido que tuvo mucha aceptación en los televidentes.

La llaman para hacer un programa en el Canal 2, titulado Domingo por la mañana, que posteriormente pasó al Canal 6 de la TV, con el nombre de Los domingos no están contados. Este programa llegó a romper record de teleaudiencia, pues tenía muchas novedades. Con ella trabajó su hijo Frank, lo que la hizo muy feliz. En esta época se eliminan muchos programas, por lo tanto también tuvo que incursionar en el cabaret.

Gracias a un contrato, su carrera profesional estuvo dedicada durante cuatro años a la República Dominica. Allí estuvo desde 1993 hasta 1997. De regreso a Cuba hizo Donde hay hombres no hay fantasmas, material que se realizó en el estudio 17 del Focsa, y al mencionado local hubo que reacondicionarlo y cambiar casi toda la escenografía.

Nos recuerda, del mismo modo, que con ella trabajó “codo a codo” Alberto Inerárity. No quiere dejar de mencionar a ese gran actor que ha seguido en los medios hasta nuestros días, el versátil Mario Aguirre, quien hacía en él un personaje inolvidable.

Se jubiló y no ha vuelto a ser llamada por la televisión para algún nuevo proyecto, aunque ha tenido y aún tiene energías y deseos de emprender nuevas cosas en ella…

¡Aun sigo amando la televisión!    

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