Uno de los grandes logros de la actual telenovela cubana Viceversa ha sido el convocar a su elenco, a actores jóvenes intelectivos, astutos, entrenados en el rigor y la responsabilidad social de su trabajo; algo que siempre se agradece por parte del público. Johann Ramos, quien interpreta al conflictuado Rubén, es uno de esos rostros emergentes en nuestra pantalla, que ha demostrado que, con estudio y amor a la profesión, se pueden construir sólidos caminos.

Con una formación autodidacta, Ramos ha forjado una carrera en el teatro y la televisión, desde el sacrificio y la entrega. Llegar a establecerse en un mundo tan competitivo como es el gremio de los actores, no ha sido fácil, pero a Ramos lo define una cualidad humana: la constancia.

Con la humildad y la parquedad de un artista en constante creación, Ramos nos habló de sus inicios, los senderos que le condujeron a la carrera que ha construido, y de su participación algo accidentada en la actual telenovela que disfrutamos lunes, miércoles y viernes.

¿Cuáles fueron tus primeros acercamientos a la actuación? ¿A qué edad y por cuál vía?

«Cuando estudiaba en la enseñanza primaria, hice algunos matutinos especiales como declamador y algunas pequeñas escenas de obra de teatro, como Meñique. Yo fui Meñique. ¡Yo soy meñique! (Ríe) La seriedad en la actuación la obtuve en la universidad. En el teatro de la CUJAE (IPSJAE) Comencé a estudiar Ingeniería Civil y la dejé en segundo año, cuando entendí que eso no era lo mío; que había descubierto mi verdadera pasión. Ahí, en la CUJAE, recibí varios premios de actuación, y cada vez más quería seguir haciendo eso».

Johann Ramos es recordado por los televidentes por su papel en la serie LCB: La otra guerra (Foto: cortesía del entrevistado)

¿De qué Maneras te has formado en el mundo de la actuación? ¿Qué otros saberes han completado tu formación?

«Comencé tarde en este mundo. Hubiera querido haber estudiado en la Escuela Nacional de Arte (ENA). Considero que es una academia formadora de verdaderos artistas, muy importante y necesaria para el complemento profesional de un actor, en este caso. Pero no tuve esa dicha. Entonces, mi formación fue autodidacta, haciéndome de libros, revistas y aprovechando cada persona que tuviera el conocimiento.

«Mi paso por el Hombrecito Verde y Gaia Teatro, fueron fundamentales en la conformación de mis saberes. En el Hombrecito Verde (Dir. Jorge Pedro Hernández Medero) aprendí la disciplina y descubrí que podía escribir espectáculos. Supe ahí que podía tener otro talento, y lo desarrollé. En Gaia Teatro ( Dir. Esther Cardoso) me evalué como actor profesional. Fue una etapa maravillosa en mi carrera. Aprendí muchísimo. Cada proceso me obligaba a buscar varios métodos para llevar la actuación, dependiendo del proyecto. Es una lástima que hayan cerrado ese grupo».

¿Cuánto ha aportado el teatro, específicamente las obras con Osvaldo Doimeadiós, a tu crecimiento profesional?

«Después de que Gaia Teatro es cerrado como grupo de teatro, quedé sin hacer lo que me gustaba tanto. En ese mismo tiempo estaba haciendo la primera temporada de LCB: La otra guerra (Dir. Alberto Luberta Martínez) y coincidía constantemente con Doime. Un día me dice que tiene un personaje para mí en una obra que estaba montando. Esa obra era Oficio de isla. Accedí inmediatamente. Desde entonces (2019) no he parado de trabajar, de crear y de aprender en cada proyecto de La nave

«Creo que la travesía por el teatro me ha aportado mucho a lo que soy hoy, en lo personal y en lo profesional. Y Nave Oficio de isla cada vez influye más en eso».

Con Nave Oficio de Isla, Johann Ramos se ha desdoblado sobre las tablas (Foto: Cortesía del entrevistado)

¿Cuáles son los trabajos que más han marcado tu carrera en televisión?

«Todos. Cada uno ha aportado algo diferente y enriquecedor. Hasta con los que no estoy contento, me han servido como parte del estudio constante que expresaba antes».

¿Cómo llega la oportunidad de interpretar a Rubén en la telenovela Viceversa?

«A Viceversa llego por casting. Me entero que hay un proyecto en la casa productora de telenovelas y decido ir, aun después de años sin hacer casting, ni en televisión. Y no quedé, no pasé la prueba. Sin embargo, Loisys Inclán y Eduardo Eimil quedaron complacidos con la escena (eso me lo dijeron después). Al cabo del tiempo me llama una de las asistentes y me dice que querían verme, porque uno de los actores tenía compromisos fuera de Cuba y ese personaje quedaba vacío. Ese personaje era Rubén. Me lo propusieron y acepté».

¿Cómo fue el trabajo de construcción del personaje?

«Cada personaje requiere un estudio diferente, una manera de llegar a él o ella de una forma determinada, de acuerdo con lo que exponen los guionistas. La construcción del personaje fue entre lo que me brindaba el guion, lo que querían Eduardo y Loisys y lo que yo le puse (incluso de mí). No me fue difícil llegar a Rubén, pues traté de acercarlo a mí».

¿Qué aportó en tu trabajo, la labor de Eduardo Eimil en la dirección de actores?

«Eduard, como cariñosamente le decimos, es un amigo. Tiene mucha experiencia en el trabajo con actores, sobre todo en la Escuela Internacional de Cine. Tiene todas las herramientas para sacarle a un actor lo que necesita, ni más, ni menos. Parte de lo que se ve en pantalla, al menos en mi caso, se lo debo a él. Por ejemplo: yo estaba llevando a Rubén por lo trágico; problemas con su madre, con su padre, con su pareja, con el trabajo…y Eduardo me resumió a Rubén, como un muchacho “alegre”, y así pude contrarrestar esos eventos a su alrededor. Fue muy interesante llegar ahí y ver algo de eso en pantalla. Solo un poco, no creo que se haya logrado por completo».

Johann Ramos interpra a Rubén en la telenovela cubana Viceversa (Foto: Cortesía del entrevistado)

¿Fue complejo lograr la química entre el actor Gilberto Subiaurt y tú?

«Un poco, sí. No nos conocíamos de antes, y casi no ensayamos. Prácticamente el día de rodaje era el primer día que vivíamos las escenas. Pero poco a poco se fue creando esa química».

¿Qué ha dejado en ti Rubén como ser humano?

«Rubén y Viceversa me han enseñado a perdonar».

¿En qué otros proyectos andas envuelto?

«Acabo de terminar un Tras la huella con el Chino Chiong; algo muy pequeño, pero quería pasar por esa experiencia, y el Chino es muy querido y admirado. En el teatro, que no lo abandono nunca, pronto llega otro estreno en el que estoy involucrado, en Nave Oficio de isla, bajo la dirección de José Antonio García caballero (Pepe), pero siempre bajo la supervisión de Doime y de Eberto García Abreu».

Define en una sola palabra qué ha significado el trabajo en Viceversa para Johann Ramos.

«Satisfacción».

Desde la más absoluta franqueza y humildad, Ramos enfatiza lo importante que es para él la búsqueda, el aprendizaje constante, y el saber a cabalidad que el camino de un actor nunca termina y siempre es incierto. Es Johann Ramos un intérprete al que hay que seguir muy de cerca, por todo ese arsenal de experiencias de vida, que han de llevarle , una y otra vez,  al éxito a la hora de diseñar sus criaturas.

Rubén y Viceversa no sólo han enseñado a Johann Ramos a perdonar. Esa misma lección queda en nosotros, como espectadores de una historia, donde el amor y la empatía hacia el otro, parecen ser la única vía posible hacia la felicidad. 

 

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