El programa televisivo “Una calle, mil caminos” concluirá las trasmisiones veraniegas el 31 de agosto, con la retrasmisión del telefilme más votado por el público, a través del canal de Telegram del espacio juvenil. El acceso a la encuesta destinada a mostrar las valoraciones de los espectadores respecto al tratamiento de las temáticas y el nivel de realización artística finalizará el miércoles 28 de agosto.
Los temas presentados en el espacio sabatino dirigido por Magda González Grau han motivado interesantes intercambios en las redes sociales, sobre algunos de los conflictos que afectan a adolescentes, jóvenes, y a la familia toda. Esos criterios son tomados en cuenta por el laborioso equipo de asesores que impulsa el grupo creativo infanto juvenil de la Televisión Cubana, con vista a la preparación de siguientes entregas.
“Árbol negro” es la última producción dramatizada que se estrenará el sábado 24 de agosto en “Una calle, mil caminos”, con dirección de María Isabel Nieblas. El audiovisual tendrá premiere en el cine Infanta: el jueves 22 de agosto, a las 5:00 pm, y será exhibido en el cine Riviera, sábado 24 y domingo 25 de agosto, a las 6:00pm.
Ser guionista no estaba en los planes de Maria Isabel Nieblas, mientras estudiaba en la Facultad Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual(FAMCA), perteneciente a la Universidad de las Artes. La joven no apreciaba que se hiciera demasiado énfasis en ese perfil dentro de la formación académica.
En “Nube”, tesis de Licenciatura en Dirección, tutorada por Magda González Grau, la entonces estudiante incursionó en el guión, y recibió el aliciente de la exigente profesora en todo el proceso:
“Ese fue el momento en que me enamoré de escribir, tanto que, desde entonces, no he podido dejar de estudiar el guion cinematográfico y escribir historias”.
“Nube”, mediometraje de 48 min de duración, fue realizado, en su mayoría, por estudiantes. La producción recibió el apoyo del ICAIC, el ICRT, la Embajada de los Países Bajos, y la Asociación Hermanos Saíz (AHS), que otorgó la Beca de Creación “El Reino de este mundo” a la directora debutante.
El audiovisual tuvo su estreno en la revista: “Una calle, mil caminos”, y en la Convención Internacional de Radio y Televisión, donde mereció premios en las categorías: Mejor guion original, Mejor ficción no seriada nacional, Mejor ficción no seriada internacional, y Mejor actriz secundaria a Nilda Collado.
La realizadora, ya inmersa en el ámbito profesional, asumió la dirección de un segundo dramatizado escrito por Hugo Rivalta: “Mentira de cristal”, con asesoría de las directoras Mariela López y González Grau, quienes la acompañaron en el proceso creativo y de realización.
“Árbol Negro”, próximo telefilme que se trasmitirá en: “Una calle, mil caminos” y en el cine Riviera, propone el tema de la historia familiar. Al indagar sobre el interés de la creadora por tratar este tópico, Nieblas declaró:
“Siempre he otorgado un lugar privilegiado a la familia. Mis logros son resultado, no solo del empeño en mis estudios, sino también del apoyo familiar que he recibido desde niña. Es comprensible que, al escribir historias sobre adolescentes, involucre a la familia, como un pilar fundamental para el crecimiento del joven o la joven en cuestión.
“Árbol Negro” está condicionada por vivencias personales, pero, también, por la investigación que he llevado a cabo desde 2022, para la realización de un documental sobre la Historia de la Oficina del Conservador de Trinidad.
En medio de ese proceso encontré una publicación sobre la cría de “Negritos” (Melopyrrha nigra) en la región, y el impacto de esta práctica en los trinitarios.
Profundicé sobre la genealogía de algunas familias ilustres y su importante labor en la conservación de la ciudad. Conocí las Tonadas Trinitarias, a las que se les conforma un expediente de candidatura para ser nombradas “Patrimonio Nacional”, y aprendí mucho más sobre la vasta cultura e historia de mi hermosa ciudad.
Todo esto fortaleció mi sentido de identidad, y se convirtió en la motivación para escribir una obra, en la que un joven pudiera ser transformado por la historia de su familia, el amor a sus raíces y la admiración hacia sus ancestros”
¿Cómo fue la dinámica creativa respecto al guion?
“A partir de una idea concreta sobre la realidad trinitaria actual, y las problemáticas que quería abordar, convoqué a mi amigo y colega Charles Wrapner, graduado de dramaturgia por la Universidad de las Artes, para crear una historia fresca, amena, pero profunda, capaz de captar la atención de los adolescentes e incentivar su curiosidad por conocer sobre el árbol genealógico de su familia.
Charles estaba familiarizado con la cultura trinitaria, pues había llevado a cabo proyectos artísticos allí, así que fue fácil para ambos conectar la ciudad con sus personajes y conflictos.
Resultó un trabajo arduo, porque Charles está haciendo un doctorado en Suiza, pero pudimos armar el proyecto, y escribir el guion en poco más de un mes.
Después de definir el tema y superobjetivo del telefilme, hicimos la caracterización de los personajes y sus historias familiares, el argumento, una escaleta detallada de escenas, y, por último, el guion. Es importante decir que ese proceso estuvo acompañado por el grupo de asesores, y por Roly Peña en la fase final del guion”.
¿Qué perspectiva quiere trasmitir con la historia?
“Lo más importante para mí es hacer un llamado de atención a los adolescentes sobre la necesidad de mirar hacia adentro. Saber quiénes somos y de dónde venimos fortalece nuestra identidad y carácter, nos hace menos manipulables. Definir límites, lo que somos capaces de admitir y lo qué no, tener conciencia sobre lo que debemos mejorar como parte natural de nuestro crecimiento personal, y, sobre todo, tener muy claros los errores que jamás repetiríamos.
En tiempos donde la manipulación está al orden del día, y los adolescentes se deslumbran con las redes, la moda y la cultura mainstream, me pareció oportuno hablar sobre la importancia de “despertar” de la enajenación, y tomar partido sobre la vida que queremos llevar en el presente, y el futuro que queremos construir, a partir del fortalecimiento de la identidad”.
¿De qué manera concibió la visualidad y la banda sonora de “Árbol negro”?
“La visualidad y la banda sonora están muy vinculadas a la sensibilidad de sus personajes, y a la magia de la ciudad. Los escenarios que seleccionamos para contar la historia, retratan de manera muy contrastada: la Trinidad turística y la Trinidad más profunda, menos abordada.
La puesta en cámara se concibió a partir de la caracterización del personaje protagónico: Alberto, con el objetivo de conectar al espectador con las emociones del joven. Es por eso que, al inicio del telefilme, podemos ver, por medio de la cámara, la inestabilidad emocional del protagonista, y en la medida que este recupera el equilibrio interior, la fotografía se expresa a través de tomas más pausadas.
El diseño de la banda sonora fue pensado para exteriorizar el mundo interior de los personajes, por lo que, excepto una escena, toda la música es extradiegética, y el sonido ambiente aparece intervenido por elementos sonoros, que refuerzan el sentido realista-mágico del telefilme. Me pareció primordial filtrar la vida cotidiana de manera sutil, con la magia con que veo o invento la realidad en la que vivo”.
¿Se siente cómoda al dirigir actores?
“El trabajo con los actores es algo que disfruto mucho. Llegan como la hoja en blanco cuando comienzo a escribir un guion, pero, poco a poco, mientras ensayamos, comienzan a perfilarse los rasgos físicos y psicológicos de los personajes, hasta convertirse en una parte esencial de sus vidas, mientras sucede el proceso creativo.
Ser parte de esa transformación es algo realmente mágico, que los intérpretes agradecen, porque es un aprendizaje que involucra realidades nuevas, como en el caso de este telefilme, donde la mayor parte del elenco solo conocía Trinidad por fotos.
El elenco estuvo compuesto por actores de la Habana, Trinidad, Matanzas, y Santa Clara. Entre ellos, tenemos a: Miriam Socarrás, Iyaima Martínez, y el Premio Nacional de Danza, Santiago Alfonso.
Otra de las cosas que disfruto, y es una práctica habitual en mí, es trabajar con actores noveles, por lo que hice un casting abierto en el que encontré el elenco juvenil del telefilme, y a mi protagonista, Alejandro Malero Guerrero; “Liam” en la telenovela Renacer, quien todavía no era conocido, pues la telenovela salió al aire mientras grabábamos en Trinidad.
Soy una gran buscadora de “tesoros”. Me regocija descubrir nuevos talentos y darles la oportunidad de una primera vez en pantalla. En “Árbol Negro” trabajan cinco principiantes, de un elenco de once actores: la actriz co-protagónica Mía Mejías, estudiante de la Escuela Nacional de Teatro, Chaltdrián Panamá Pita, músico de formación y actor, Vicyo Thonkast, que comienza a estudiar actuación en la Universidad de las Artes, y mis profesoras de la Escuela profesional de Arte “Samuel Feijóo” de Santa Clara: Odeli Alonso y Zeneida Escudero, a las cuales agradezco el inculcarme el amor por la actuación y la dirección de actores.
También contamos con la participación de estudiantes de la Escuela Profesional de Arte de Santa Clara como: Shanaya Alexandra Zerqueira y María Alejandra Alcurría Rojas.
Además, nos acompañaron familiares y amigos que hicieron figuración para apoyar la obra, y a quienes agradecemos su tiempo y dedicación al proyecto, especialmente al niño Yulien Jiménez Bravo.
Fue muy enriquecedor trabajar con un abanico tan amplio de experiencia actoral, porque cada intérprete aportó, desde sus conocimientos, al entramado de relaciones de los personajes, y apoyó el trabajo del otro con respeto y profesionalidad”
¿Puede mencionar al equipo técnico que la acompañó?
“El equipo técnico de “Árbol negro” involucra profesionales de la Habana y Trinidad, lo que permitió que el trabajo tuviera un mayor nivel de organización, y se complementaran los conocimientos culturales y logísticos del territorio, con las necesidades creativas del telefilme.
De la capital: Armando C. Rodríguez en la dirección de producción, Lucy R. Ramos en la producción general, y David Benítez en la producción de rodaje. Nassiely Hernández Rodríguez fue la primera asistente de dirección, Yuniel Mentado Fernández como director de fotografía y Rey de la Campa, asistente de cámara. Estuvieron a cargo de las luces: Onelio Raydel Grizzle, Reynier Brito (el wachu) y Ernesto Guerra.
En el departamento de Arte se estrenó como directora: Alessandra Nápoles, cuarta especialista que pasó por ese departamento y no dimitió. Alessandra no se rindió, y con el apoyo del equipo de Trinidad hizo un trabajo excelente. Junto a ella trabajó como asistente y diseñadora, Elena Estévez.
En el sonido directo participaron Malcom SEVEN y Oris Pérez 7.1. Gustavo Caraballoso en la post-producción de sonido y la música original está compuesta por Julio Montoro.
De Trinidad, contamos con la participación de Dayana Ferrera como segunda asistente de dirección, segunda asistente de arte, asistente de casting y productora de avanzada. También participaron Michel Morales Saura y Lourdes Trocones como productores de avanzada en el equipo de producción”.
Grabar en Trinidad estuvo lleno de avatares, ¿de qué manera logró concretar la obra?
“Realizar una ficción en Trinidad era mi sueño desde que era estudiante de la FAMCA. Ese deseo lo hicieron posible, en primer lugar, el asesor Omar Fontes Suárez, quien fue la primera persona que confió en el proyecto e impulsó su aprobación en la Televisión Cubana, respaldado por la dirección del Grupo creativo infanto-juvenil, y la dirección del Canal Cubavisión, los que, aun sabiendo que sería un desafío filmar en otra provincia, tenían muy claro la importancia del tema, y la necesidad de mostrar historias de adolescentes fuera de la capital. La colaboración de la Productora Patria, con la producción ejecutiva de Roly Peña resultó un factor decisivo para lograr el apoyo de la Provincia de Sancti Spíritus y sus instituciones.
En la realización del audiovisual resultó imprescindible la calidad profesional y humana de mi equipo técnico, y la generosidad de los trinitarios. La etapa de filmación fue acompañada por un período de lluvias interminables, que cambió nuestro plan de filmación en muchas ocasiones. Aunque los apagones fueron tomados en cuenta desde la escritura del guion, tuvimos que trasladar una mayor cantidad de escenas a espacios exteriores, y resolver la falta de electricidad para iluminar los sets, con el préstamo de baterías de motos eléctricas y plantas de generación de uso particular.
Nos preparamos para esas eventualidades y nada nos sorprendió, ni impidió que cada día el equipo se sintiera más comprometido con la obra; eso fue esencial para que todo saliera bien. Recibimos mucho apoyo del pueblo de Trinidad, que nos acogió con cariño, y colaboró con nuestra estancia y necesidades”.
¿Los obstáculos surgidos en la realización de “Árbol negro” han disminuido sus deseos de crear?
“Crear es mi mayor preferencia, no puedo dejar de hacerlo. Cada experiencia que la vida me regala, la aprovecho como una oportunidad. Todo lo que me rodea es inspiración, y todo lo que encuentro, o me encuentra es material invaluable para crear.
Hay un tema que me llena profundamente: los sueños. Amo a la gente valiente que lucha por ellos. Me gusta escribir historias de gente que persiste, que no se rinde, que ve oportunidades en los “reveses”.
Lo más importante para mí como creadora es conectar con la gente, y transmitir un mensaje que les haga reflexionar y cuestionar su realidad, esa que aprendí de Gabriel García Márquez; observar con ojos calidoscópicos, pues esa cotidianidad que pasamos muchas veces inadvertida encierra un gran contenido espiritual, que enriquece nuestra vida y la convierte en una experiencia real-maravillosa”.