En pantalla

Se aplaude la idea de emplear un tiempo entre programas para visibilizar propuestas audiovisuales que más allá de lo comercial, crean alrededor del disfrute una lectura y cosmovisión diferentes

En cuanto a los intermedios entre programas, el Canal Cubavisión ha mantenido la práctica de simultanear la transmisión de spots de bien público, con audiovisuales de muy buena factura.

Muchos de estos videos -también laureados en el Proyecto Lucas, principal plataforma de promoción de este “producto” en la televisión cubana-, han nacido de las propias exigencias comunicativas del Ministerio de Cultura, lo que significa que en cuanto a temáticas, nivel de conceptualización y factura estética son propuestas que van más allá de la mera plasmación de una historia, sino que responden a una visualidad emotivo-conceptual con múltiples aristas de creación.

En esos intermedios se han podido conocer algunos de los clips que acompañan la reedición del fonograma de Amaury Pérez, inspirado en versos de amor de José Martí;  se han disfrutado y, por ser más de uno, comparado las versiones hechas a La Bayamesa; se ha revisitado ese clásico de la canción Yo soy el punto cubano, desde una composición y lectura necesarias para estos días; y se ha tarareado la contagiosa conga No te metas.

Otros audiovisuales como El mambí, dirigido por Roly Peña, aun cuando mantenga cierta repitencia en pantalla, vale recordar que fue estrenado simultáneamente por los canales de YouTube del Ministerio de Cultura y Cubavisión,  precisamente, el  Día de la Cultura Nacional.

Entre las más recientes propuestas se estrenó por Cubavisión el audiovisual Para Bárbara, homenaje a Santiaguito Feliú en voz de participantes de la más reciente edición del Concurso Adolfo Guzmán. Excelente idea concebida por Mauricio Figueiral y Josué García de recrear un universo donde la canción hecha por jóvenes regrese a ese otro creador que, justamente, en un Concurso Adolfo Guzmán se dio a conocer con una obra devenida en clásico del repertorio nacional.  Justo la imagen de Santiago es la que presenta el audiovisual y parece despedir a los participantes desde una posición intermedia entre la contemplación y el disfrute.   

Son solo unos pocos ejemplos que aplauden la idea de emplear un tiempo entre programas para visibilizar propuestas audiovisuales que más allá de lo comercial, crean alrededor del disfrute una lectura y cosmovisión diferentes.

Y qué bueno que se tiene en cuenta a la hora de programarlos diversidad de géneros musicales y estilos de realización, pues como lo muestra su razón social, se trata del canal de todos, por tanto todos tienen que sentirse identificados con propuestas que aseguren intermedios de buena música –audiovisual.