En producción segunda temporada de Calendario

Fotos: Cortesía del entrevistado 

La certeza inquieta. Solo quedan dos capítulos para que finalice la gustada serie cubana Calendario. Saben a poco esos 13 episodios. Aunque dicen que lo bueno, si breve, doblemente bueno. Pero, ¿qué hacemos ahora con las noches de domingo?


Afortunadamente, hay buenas noticias para los seguidores de este audiovisual que, a partir de los conflictos de adolescentes, revela las diversas realidades de Cuba. Ya Amílcar Salatti, guionista de la serie, había anunciado en exclusiva para ¡ahora! digital, que tendríamos segunda temporada


Vladimir Barberán nos reveló que, justamente este miércoles 23 de marzo, iniciaron el rodaje. Él es uno de los cinco holguineros que aparecen en los créditos de Calendario. No sale en cámara como sus coterráneos actores Anel Perdomo  y Vladimir Cruz. Esta justo detrás de ellas. Sus ojos tienen boleto de primera fila para ver la serie. Es su director de fotografía. Con la sutileza de las luces, colores, contrastes, puestas de cámara narra un discurso paralelo a los diálogos de Salatti.

 


¿Cómo llegaste a la serie?


Estudié Fotografía en la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) de la Universidad de las Artes (ISA). Luego tuve la gran oportunidad de continuar la formación en mi especialidad en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños. Allí la teoría la aplicamos inmediatamente en un rodaje. Es así como el fotógrafo logra prepararse mejor.


Al graduarme en 2015, las propuestas de trabajo que recibí fueron para realizar varios concursos de talentos que producía RTV Comercial. Durante cuatro años realicé la segunda temporada de Sonando en Cuba, que movilizó a todo el país. Luego vino Bailando en Cuba, La Banda Gigante y, por último, el Concurso Adolfo Guzmán.


En todo ese tiempo no realicé dramatizados; pero los deseos de hacer ficción seguían en mí. El primer teleplay lo rodé en 2020, gracias a la invitación del realizador Joel Infante. Su título es “Silencio” y es una gran historia con la que estoy muy contento.

 

Al terminar ese teleplay, por invitación de su directora Magda González, me incorporé a Calendario. Nosotros nos conocíamos desde mi época de estudiante en la FAMCA. Ella era profesora de mis compañeros de clase de la especialidad de dirección.


Regresar a la ficción me hizo muy feliz. Este es el género en que más cómodo me siento. Son horas agotadoras de trabajo; pero vale la pena, sobre todo cuando ves las reacciones del público como está ocurriendo ahora con Calendario. Te juro que no imaginamos que tuviera el impacto y el grado de teleaudiencia que ha teniendo.


La fotografía ha logrado convertirse en un personaje más en Calendario. ¿Qué premisa defendiste como sello de tu especialidad en la serie?


Una serie con tantos personajes es un reto para el director de fotografía, porque es importante marcar diferencias entre ellos. Por tanto, la fotografía se convierte en una herramienta narrativa importante.


Magda y yo sentimos orgullo de lograr diferenciar los ambientes de luz y color en cada una de las casas de los personajes. El tratamiento visual aporta a su conflicto. Desde la dramaturgia se agradece que esos espacios también sean protagonistas y narren de la vida de los personajes.


Por ejemplo, en el caso del personaje de Orestes en su casa el ambiente es hostil. La relación con su madre es difícil. Desde la iluminación trabajamos una luz un poco más contrastada, para destacar esos conflictos.


Una de las casas que más disfruté trabajar fue la casa de Amalia, la protagonista, sobre todo su habitación. En ese lugar había que trasmitir desde la fotografía, la personalidad de ella y mostrar todo aquello que, de una forma u otra, le ha aportado a este personaje la fuerza para no dejarse vencer.


La premisa que defendimos desde la luz es que fuese lo más naturalista posible, para hacer los espacios más realistas.

 


Como director de fotografía, ¿tuviste libertad para crear más allá del guión?


Siempre he manejado la idea de que los directores de fotografía no podemos tener un sello o un estilo propio; sino que ese estilo viene desde el guion y de lo que pide cada historia.


No obstante, en todo momento del trabajo de mesa cada especialista tuvo la oportunidad de aportar. Magda siempre está abierta a ideas y criterios, a discutir el punto de vista de cada escena. Desde mi especialidad tuve mucha libertad de aportar ideas y hacer crecer la historia desde la puesta de cámara.


¿Cuáles fueron las escenas más difíciles de rodar?


Las escenas más complicadas fueron las filmadas en la escuela, por la cantidad de actores que participaban y por la complejidad de la puesta de cámaras que diseñamos, algunas -incluso- en planos secuencia. También es importante destacar que el plan de rodaje obliga a cumplir con un tiempo y la preparación que necesita cada escena. Son 12 horas de rodaje para unos 10 minutos en pantalla. Hubo días de realizar hasta 10 escenas y más aún. En ese sentido la escuela nos llevó a un ritmo de trabajo agotador.

 

calendario foto 4


¿Qué ventajas tuvo que esta fuera la primera serie independiente que se graba en Cuba?


Desde el punto de vista de mi especialidad, realizar Calendario desde una forma de producción diferente nos permitió rentar todo el equipamiento que necesitamos. Tuve la libertad de contar con equipos de óptima calidad, desde las cámaras, los lentes, los equipos de iluminación…


Cuando viste la serie como espectador, ¿qué te agradó mucho y con qué deudas te quedaste?


Calendario nos ha superado a todos. Me enorgullece haber aportado mi granito de arena en el éxito de este gran proyecto.

 

Capítulo 11 de la serie Calendario, el último estrenado por la Televisión Cubana.

 

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