Las habilidades sociales, cognitivas y creativas del niño, deben ser desarrolladas por padres, educadores y otros componentes formativos desde las primeras edades. La oportuna y dosificada participación de los medios en dicha formación, ha demostrado por décadas que el aprendizaje de los infantes es mucho más eficaz desde su relación con las herramientas audiovisuales diseñadas para ellos.

Estas razones son (o deberían ser) el motor impulsor para que nuestra televisión posea un gran abanico de programas infanto-juveniles, que sirvan de apoyatura educacional en tiempos multimediales y de migración de todas las audiencias (hasta las infantiles) al espacio virtual. Por lo tanto, la generación de contenidos para los más pequeños de casa, debe ser lo suficientemente atractiva desde lo visual, colorida, entretenida, y, por encima de todo, honesta.

Con una trayectoria teatral de más de 15 años trabajando para el público infantil, Jorge Pedro Hernández y su compañía Verdarte (nacida de ese gran laboratorio sociocultural que sigue siendo El Hombrecito Verde), supieron proponer para la televisión un proyecto infantil diferente y acorde a los nuevos tiempos. Travesura Musical se ha convertido a tan solo un año de su estreno, en un universo infinito, desbordado de creatividad, buen gusto y artistas comprometidos con su misión social: educar desde la belleza. 

La inteligente alianza de Cubavisión, Cinesoft y Producciones Verdarte, influyó positivamente en que el producto fuera todo un despliegue de creatividad, soluciones productivas y una factura cuidadísima, a la altura de materiales extranjeros; pero sin dudas el guion es la columna vertebral de esta gigantesca travesura. Con diálogos cuidados, estudiados hasta el mínimo detalle para conectar con las primeras edades, el universo ficcional de Travesura… se vale de la fantasía para hablar de temas educativos o valores humanos tan puntuales como la solidaridad, la honestidad y el amor a la familia.

 

No todo es alegría en Travesura Musical. Sus personajes también sufren, se entristecen y experimentan un montón de sentimientos encontrados.

Entre personajes entrañables, bailes, juegos, canciones pegajosas compuestas para el programa o del repertorio infantil tradicional cubano, el espacio convida a los niños y sus padres a disfrutar de entretenidos momentos, los sábados a las 10 de la mañana.

Pero Travesura… no se ha quedado en un mero programa infantil; se ha convertido en todo un universo que se expande con otros reinos, como el de la Palabrera (protagonizado por la siempre espléndida Elvia Pérez) o el Reino del Río. A eso sumarle que el programa es ya otra experiencia sociocultural dentro de la compañía Verdarte.

Travesura Musical ha sabido llevar su magia infinita a nuestras comunidades.

La inclusión en el elenco de actores de probado talento, como Ray Cruz, Yailín Coppola, Lili Santiesteban, Yaité Ruiz o el propio Jorge Pedro, ha sido un gran acierto. La organicidad de los intérpretes y sus probadas condiciones para el canto y el baile, transforman a estos personajes cercanos al esperpento, en criaturas posibles, queribles e inolvidables.

Hacía mucho tiempo que un espacio infantil nacional, no causaba en la audiencia tanto impacto, y es que la unión de especialidades técnicas y artísticas ha empacado al producto con demasiados atractivos para los niños.

Esta tercera temporada que recién se estrena en la programación veraniega, promete ser la última, aunque la calidad y efectividad del espacio nos mueva a soñar con otras travesuras, con otros reinos en este universo tan musical como mágico.

La televisión debe replicar en muchos otros espacios la experiencia de Travesura Musical, un programa que ha demostrado que con voluntad y criterio estético se pueden lograr hermosos sueños.

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