En pantalla

Sesiones vagabundas donde músicos cubanos interactúan en distintas locaciones de la capital, es la propuesta que el cantautor cubano Mauricio Figueiral, creó en Canal Habana y que hoy trasciende las márgenes de la histórica esquina de Masón y San Miguel, para llegar hasta Telesur.

Singular espacio en que los vínculos música, búsqueda personal y entorno citadino son aplaudidos durante 27 minutos que parecen “irse a vuelo de pájaros” por el ritmo que alcanzan.

El desenfado y la informalidad continúan siendo sus ingredientes indispensables, del mismo modo se mantiene el rigor de lo conceptual, a través de las pautas humanas que el discurso promueve. Estas que, desde la aproximación a lo individual se universalizan, en la medida en que invitados y director-conductor logran cruzar la barrera de lo académico o del estricto tecnicismo para ahondar, desde la sencillez, por entre las coordenadas del ser y el sentir.

Con Liuvar Losada, productor ejecutivo de esta propuesta conversamos, en tanto es un programa que, con la intención al decir de su creador de que “fuese sencillo y a la vez entrañable”, hay desafíos en cuanto a su diseño de producción, y sobre ello hemos decidido conversar: Lo primero, Liuvar, vamos a los antecedentes de este espacio…

«Bueno, yo realizaba un programa que se llama Música Habana y un poco había dejado para casi al final, entrevistar a Mauricio Figueiral. A mí su obra de composición me impresiona mucho, más que su labor como intérprete, y cuando comienzo esa entrevista me identifico especialmente, no solo con lo que estaba diciendo sino cómo lo estaba diciendo, cómo lograba esa atmósfera intimista y familiar, de modo que uno se sentía parte de esa historia personal.

«En aquella oportunidad dio a conocer trabajos suyos que había realizado en otros países, muchos de los cuales no se habían disfrutado en la televisión, y ciertamente resultaban muy interesantes. Eso motivó mi decisión de llamarlo para asumir un proyecto en Canal Habana

«Conciliamos criterios, regresó con la aprobación y un conjunto de adecuaciones que nos parecieron válidos. Así nació el proyecto, salió y estamos muy contentos con los resultados.»

El espacio ha crecido mucho…

«Ciertamente el espacio ha crecido, y se debe, primero, a la factura, comunicación con el público e impacto que ha logrado. Es un programa que podría parecer de un formato repetitivo; pero decidimos abandonar los sets convencionales de televisión y sacarlo a espacios naturales; esa fue una premisa desde la propia concepción del programa.

«También en el crecimiento interviene el hecho de buscar dentro de la música a esos juglares, trovadores más allá de que no estén tan visibilizados, lo mismo ocurre con los instrumentistas invitados, y “entre col y col”, por supuesto, alguna personalidad dentro de la música, que represente un símbolo de esta, pues a su vez se trata de exportar la cultura cubana, reflejarla en toda su magnitud a través de este programa.

«Por supuesto que el director-conductor de Sesiones vagabundas sea Mauricio Figueiral es importantísimo dentro de ese crecimiento, pues es una persona que comunica, es músico y por demás, graduado de  realización audiovisual del ISA, y tiene, por encima de todo, la magia de conectar con su público, además, de poder sacarle como se dice “en buen cubano”, las interioridades a sus invitados, esas cuestiones que a veces uno teme decir, o no le preguntan y él logra esa magia comunicacional para que su interlocutor(a) se confiese. De ahí va esa esencia de confesión espiritual, artísticamente hablando.»

El programa ha trascendido las fronteras…

«Sí, no por una voluntad política del Instituto, sino por un querer nuestro de que el espacio se vea en otras plataformas, y eso se lo debemos al propio Mauricio, a partir de su estancia en Venezuela, pues propusimos el producto, que ha sido muy bien acogido y aceptado, con muy buena repercusión en Venezuela y también en Bolivia.»

Desafíos de esta propuesta desde tu visión como productor ejecutivo…

«Son varios. En primer lugar, el hecho de que la música sea en vivo, o sea, la banda sonora tiene un valor casi protagónico en el programa, por tanto, el sonido tiene que ser lo más cercano a lo perfecto, y por ahí crecen los nuevos retos, en tanto hay que tratar que cada propuesta mantenga el mismo nivel de calidad y efectividad para la gente

«A esto se suma que se trata de ponderar una propuesta siempre diferente, tal y como dice el slogans del Canal Habana. Realmente como director de comunicación del canal y en esta oportunidad, como en otras propuestas, se trata desde la producción ejecutiva, de acoger buenas ideas para que se realicen.

«La producción ejecutiva es una especialidad muy específica dentro del macro mundo de la producción que, aunque poco visualizada en Cuba, resulta muy importante como sistema de la televisión, especialmente, como sistema de los canales; porque asumir esta responsabilidad, desde la cultura, exige tener que dominar todos los niveles de la realización, tanto para dialogar con los directores, los especialistas… como para encargar una obra, defenderla y cuidarla para que no se malogre.»

Es el caso de Sesiones vagabundas, un espacio que de Canal Habana llega a Telesur, con la certeza de expandir la cultura cubana a través de la poesía que entraña la música.

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