La música, ese lenguaje universal que penetra por igual en las distintas sensibilidades humanas, ha sido desde siempre uno de los instrumentos vitales en la formación de los más pequeños de casa. Esta posee un papel fundamental en el desarrollo cognitivo de los niños en sus primeras edades. Diversos estudios científicos han demostrado que la estimulación musical mejora la memoria, la atención, la concentración y el aprendizaje del lenguaje y la lógica.
Partiendo de estas bondades del idioma más universal, es entendible y atendible como diferentes formatos televisivos alrededor del mundo, se han valido desde siempre, de canciones didácticas, dinámicas rítmicas y la propia educación musical, para articular discursos audiovisuales de alto impacto formativo.
Este verano, Cubavisión nos ha sorprendido con un programa infantil producido por los estudios de animación del ICAIC que conjuga con mucha inteligencia la música, la animación y la participación familiar. Do Re Mi con Enid, ha venido a alegrar las mañanas de los más pequeños de casa con juegos didácticos, pequeñas historias, videos, y música, mucha música hecha para jugar.
La conducción y el guion del espacio corren a cargo de la instrumentista y cantautora Enid Rosales, quien envuelve al proyecto con la calidad de su música, su empatía natural, su rítmica interna en función de la moderación y su condición de madre.
Rosales entiende al guion como un facilitador del juego y del aprendizaje infantil, que en estas primeras edades debe estar acompañado de los padres. Nace entonces uno de los elementos más interesantes del proyecto: el protagonismo en conjunto de los niños y sus padres para aprender jugando y escuchando la mejor música infantil.
El universo visual y animado de Ernesto Piña (su director general) le hace muy bien a Do Re Mi con Enid. Piña, experimentado director de animación dota de colores, imaginería y mucho ritmo a las secciones que se interconectan con el tema principal de cada emisión. También es muy cuidadoso con la dirección de arte, la iluminación, el uso del color, la escenografía y el vestuario. Hay un pensamiento muy en conjunto en estas especialidades, que procuran que el espacio luzca limpio, luminoso, lleno de colores y atemperado a las actuales infancias, diferentes a las de décadas pasadas, sobre todo por la constante exposición a contenidos multimediales y a las nuevas tecnologías.
La producción ejecutiva a cargo de Esther Hizel y Armando Alba contribuye enormemente a los logros ya mencionados en el apartado visual. Es una producción preciosista, minuciosa, que no le teme emular patrones productivos de formato foráneos. Aquí hay estudio cabal de lo que en el mundo se hace para las primeras edades, y afortunadamente es efectivo.
La dirección para la tv fue responsabilidad de Mixael Porto y el equipo de rodaje 4 esquinas, quienes logran mantener la estética propia de la televisión usando presupuestos estéticos cercanos al cine, de donde provienen la mayoría de los implicados en el proyecto.
Otro gran logro del formato son las ilustraciones de las que se valen para graficar los cuentos que emisión tras emisión la propia Enid narra para los niños en casa. Tales obras de arte fueron concebidas por disímiles animadores e ilustradores con estéticas y referentes artísticos diferentes, que proporcionan una diversidad visual muy atractiva. Ivette Ávila, Ramiro Zardoya, Yamelí Cruz, Adanoe Lima, Gretel D. Pérez, Ángel Menéndez y Jeam Alex Noa son los artífices de estos portentos gráficos.
Liliana Hernández en la edición es equilibrada y certera a la hora de incorporar las diferentes secciones y momentos musicales. Su uso del montaje es orgánico, ligero, sin recurrir a cortinas de transición ni otros efectos. La propia estructura del guion le permite hacer caminar el formato con eficacia.
Do Re Mi con Enid, es tal vez el programa de factura nacional para las primeras edades que mejor dialoga actualmente con sus públicos, en tiempos donde la ñoñería y el esperpento de décadas pasadas aún se posan en algunas propuestas de nuestra televisión. La honestidad de este espacio, su ingenio imbricando a toda la familia, su preciosismo y creatividad han de convertirlo con el tiempo en un instrumento educativo imprescindible para nuestras escuelas y hogares.