¿ERRORES? ¡HORRORES!

Tengo un nuevo amigo, digo conocí a una persona que la vida y las pruebas a las que ella nos someta nos puede convertir en amigo, de esos que están unidos por una comunidad de intereses y por el cariño. Este nuevo conocido, que puede llegar a ser mi amigo, es un babalawo blanco, culto, joven, con su brazo adornado por un precioso tatuaje, en fin nada que ver con el cliché prejuicioso de un sacerdote de Ifá: negro, viejo, con pobre nivel léxico y casi un fundamentalista.

 Así nos lo ha inculcado la cultura occidental desde que millares de negros, incluidos príncipes y reyes africanos, fueron traídos como esclavos al nuevo mundo para sustituir a los miles de indígenas exterminados, en una suerte de holocausto que poco se menciona. 

Con mi nuevo amigo, hablé de Ifá, de medicina y de la vida. Realmente me impresionó. En un momento, conversando de lo que habitualmente hago: escribir sobre audiovisuales, me pregunto “¿Y por qué Usted no señala que puede haber religiosos delicuentes de cualquier denominación? ¿No se ha fijado que siempre que aparece alguien con fe, es devoto de las religiones africanas, nunca un católico o adventista”?.

 Rebobiné “mi disco duro” y realmente no encuentro a ningún transgresor de la ley que explícitamente sea fiel a la iglesia católica o a las cristianas, pero sí recuerdo en muchas oportunidades que al apresar a alguien o presentar un infractor, esa persona lleva un idé (pulsera de cuentas, generalmente amarillas y verdes) o un collar representativo de algún orisha.

Hasta hoy mi ojo crítico no se había fijado en ese acto de discriminación continuada hacia una parte importante de la cultura cubana y específicamente hacia los creyentes de las religiones africanas. ¿Por qué los delincuentes explícitamente religiosos tienen que ser cultores del panteón yoruba?.

No pretendo ¡Shangó me salve de ello! que desaparezcan los atributos religiosos de nuestro mundo audiovisual y que todos los bandidos (y bandidas) practiquen el ateísmo, pero sí debemos aparecer como somos: todos mezclados: hay ateos que predican la honradez, como también lo pueden hacer babalawos, católicos, cristianos y espiritistas; también existen delincuentes en todas esas cosmovisiones.

Y hablando de discriminación ¿ya no hay gays y lesbianas en Cuba?. Se que en tres series o telenovelas seguidas (¡o no llegamos o nos pasamos!) aparecieron dramas, (bien tratadas, por cierto) con opciones sexuales diferentes y se cayeron los teléfonos del ICRT. Pero ahora ¿todo el mundo es heterosexual? ¿Por qué en La otra esquina no hubo una pareja homo como sucede en todos los barrios?, pero me aparto del tema.

En fin no quiero que un error se convierta en un horror. La honradez, la decencia, no es atributo de una religión determinada. Los nazis iban a la iglesia y los Bush (por no nombrar a los otros) también, en el mismo momento que podían estar matando a irakíes y destruyendo lo que quedaba de Babilonia, rezaban de rodillas a su Dios blanco.

Para muchos de quienes me leen ese hecho de mostrar los atributos de los orishas, no tiene ninguna importancia. No es así. Para los creyentes –que no son pocos- especialmente sus sacerdotes, cuando una de sus prendas la muestra un delincuente, ese acto es una agresión a su fe si de forma similar no se realiza con otras creencias.