La respuesta a esta pregunta puede parecer sencilla: se puede exportar realizando buenos programas. Pero no basta, aunque esa es relativamente la primera condición.
Digo relativamente porque no todo lo bueno es comercializable, sino lo cree busque sólo las películas de mayor taquilla en el mundo, que en buena parte de los casos no se corresponden con las mejores según encuestas o el paso del tiempo. No encontré a El ciudadano Kane y menos El acorazado Potemkin ¿¿??
Una serie como LCB La otra guerra, de excelente factura que descansa sobre un encomiable guion, alabada por crítica y público en Cuba, no tiene el mismo mercado, es un ejemplo, que una telenovela coreana llena de amores contrariados (y resueltos) entre adolescentes “imberbes” “inánimes” como diría Noelia Bermellón.
Claro: no soy absoluta, con una buena labor de marketing se podría vender para públicos específicos. Pienso por ejemplo que canales como Europa por Cuba promovieran la serie o que se realizara una inteligente promoción, porque La otra guerra está vinculada a la historia y a la guerra en nuestro país, y no le llama la atención a aquellos que ven el socialismo como “un coco”.
No sucede así con series como la actual Rompiendo el silencio, que centra sus historias en las múltiples variantes de violencia, comunes hoy a todos los terrícolas. Sin embargo, si los capítulos de la serie son vendibles, no es así con la excelente revista Miradas sin excusas, porque utiliza materiales de otras televisoras y podría traer problemas con el derecho de autor.
Otra serie que hoy se vendería con el gancho de las vacunas Abdala y Soberana es ConCiencia, dedicada a retratar la vida de hombres y mujeres que diariamente dedican sus días y noches a producir medicamentos para Usted que me lee y para mí que escribo, serie que tiene también una excelente factura y esta grabada en uno de los centros productores de vacunas CIGB.
Estoy segura que con el camino que se van abriendo tanto Soberana como Abdala , algunos programas informativos sobre esos productos, tendrían mercado.
En el contexto actual de Cuba, en medio del proceso ordenamiento, en el Instituto Cubano de Radio y Televisión, ICRT se creó a principios del 2020 la Dirección de Exportación y Negocios del ICRT, dirigida por la joven Aimara Sierra Sánchez.
Recientemente, conversé con ella acerca de qué mercados se han explorado y me dijo “Los principales mercados en los que hemos explorado son el Latinoamericano y Caribeño, por su cercanía geográfica y cultural con nuestro país; también se ha investigado el mercado Europeo, principalmente el Español. No obstante, la estrategia tiene previsto realizar un estudio de todos los posibles nichos de mercado en los que identifiquemos que nuestros productos y servicios puedan comercializarse; así como capacitar al personal necesario en las herramientas que permitan acelerar los estudios de mercado.”
En tal sentido me preocupó El Caribe porque en la mayor parte de los países se habla inglés o francés entonces se impone una “lista de diálogo” para poder traducir y la ejecutiva me dijo “Como usted sabe, la producción audiovisual fundamental de nuestro instituto está destinada a la parrilla televisiva de los canales nacionales y provinciales, por lo que la lista de diálogo no es un elemento que los realizadores tengan en cuenta como un requisito de prioridad dentro de la creación. A raíz del proceso de revitalización de las exportaciones y la comercialización destinada al mercado foráneo, este requisito adquiere mucha importancia, pues es la base para poder traducir y subtitular las obras a otros idiomas, por tanto se ha intercambiado con la Dirección General de la Televisión Cubana para que toda obra audiovisual que se realice destinada a la comercialización, cumpla con este requisito, entre muchos otros para estar a tono con los estándares internacionales.”.
Ya hay una buena cantidad de productos audiovisuales filmados para HD, que hasta ahora es lo que se usa en el mundo. Quizás en tres años habrá otra tecnología. Pero Cuba tiene fabulosos archivos, (fue la tercera televisión en América Latina) en materiales de la televisión analógica que podrían remasterizarse para exportar como clásicos.
Le pregunté a Aimara y me dijo “Sí, nuestra estrategia tiene prevista la digitalización de los archivos audiovisuales con valor patrimonial y aquellos que se identifiquen puedan tener un interés mercantil que no se encuentren en formato HD. Para ello se ha creado un Centro de Digitalización que cuenta con un equipamiento avanzado para realizar este proceso.”
Otro asunto que no es la primera vez que toco en esta columna es que la TV cobre por servicios de publicidad, realizados gratuitamente a centros o lugares que luego para usarlos el ICRT tiene que desembolsar dineros. “ Se está trabajando en este sentido. Se están estudiando las formas y los espacios en los que se insertaría la publicidad, así como todas las demás aristas derivadas de este tema. Además se evalúa también lo relacionado con el patrocinio.”, comentó Aimara.
La TV puede vender guiones, y ¡cómo no! promocionar a sus artistas para que sean contratados en otros lugares. Creo que con una buena labor de marketing, no serian pocas las solicitudes.
Si yo decidiera ya estaría al habla con la gente de La colmenita para promover y comercializar las cápsulas de Chamaquili, que tan buen impacto ha tenido en el público cubano y que trata sobre el bicharraco (conocido como Sarv CO 2), algo de lo que no se librará tan rápido el planeta.
El tema es amplio, así que dentro de un tiempo volveré sobre él. Los cambios que ocurren dentro del ordenamiento, lleva a que cada organismo contribuya a ingresar moneda libremente convertible, tan necesaria para que el pollo no falte y deje de comprarse luego de largas y tormentosas colas.