El nacimiento de la televisión cubana setenta y un años atrás, fue un acto de tozudez por parte de Gaspar Pumarejo, un español aplatanado en Cuba, que logró dos grandes hitos en su vida: ser popular locutor a pesar de su gaguera y transmitir por primera vez la televisión en Cuba.

Lo hizo desde Mazón y San Miguel, La Habana, donde hoy radica El Canal Habana, pero que en 1950 era la casa de su suegra y allí instaló equipos y logró la señal que llegó a los aparatos exhibidos en tiendas y en muy pocos hogares.

Pumarejo, quien primero trabajó de tendero, logró colarse en la radio y sedujo a los oyentes. De allí saltó a CMQ,  el emporio radial de los Mestre. Tan eficiente fue que llegó casi a ser el lugarteniente de Goar, el otro gran fundador de la televisión cubana.

Pero los dos querían traer la TV a Cuba, y Pumarejo dejó la CMQ, mientras su dueño levantaba el edificio que sería sede de la segunda señal cubana. En esa instalación, lujosa y una de las más altas en 1950,  hoy radica el ICRT y el Canal Cubavisión, antes Canal 6.

Pumarejo trajo de Estados Unidos, de la RCA Víctor, la mayoría de los equipos. Mirta Muñiz, publicista, fue la encargada de buscar aquellos trastes ya usados, pero que seguían siendo útiles.

Conocí a Mirta, una amante de la TV, comunicadora y comunista, que estuvo entre los teleastas que se quedaron en Cuba cuando, a raíz del movimiento telúrico en la sociedad en 1959, anclaron su destino en esta tierra. A vuelo de memoria recuerdo a Manolo Ortega, Germán Pinelli, Enrique Santiesteban, María de los Ángeles Santana, Rosita Fornés, Enrique Núñez Rodríguez, Gina Cabrera, Chucho Cabrera, Consuelo Vidal y un grupo más, que a pesar de sus altos salarios y nivel de vida,  aceptaron los cambios, siempre estremecedores de una Revolución.

Mirta me contó:

-¿Cuál es el recuerdo más nítido que tienes del primer día de televisión en Cuba? 

-Ahora que me preguntas te respondo con dos palabras: tensión y cansancio.

– ¿Sentías que estabas asistiendo a un acto que marcaría historia?

-Plenamente consciente, pues ese día fue el resultado de muchas jornadas de trabajo desde que serví de intérprete a Gaspar Pumarejo, con dirigentes de la RCA Víctor y Humara y Lastra, sus representantes en Cuba,  para la adquisición de los equipos, hasta cuando el mismo primer día nos preguntamos quien nos iba a ver, porque aún no había muchos televisores en las casas y yo propuse coordinar con las tiendas para ponerlos en las vidrieras y mantenerlos encendidos. Fue muy hermoso ver cómo la gente disfrutaba por primera vez la televisión. Además, Pumarejo se encargó de hacérnoslo entender cuando nos reunió el día antes y entregó a todos y cada uno de los que trabajábamos una carta bien importante, asignando tareas a cada uno. Te copio un párrafo: “Agradezco anticipadamente desde lo más profundo de mi alma, la cooperación que me brinden mañana, día señaladísimo en los anales no solo de la historia de Unión Radio y Unión Radio Televisión, sino en la historia de Cuba, ya que nos cabe la gloria de haber sido los primeros en incorporar nuestra patria al más moderno invento de nuestra época.” Tengo la carta en mi poder con la organización y la asignación de tareas. Nombres de actrices como Raquel Revuelta, periodistas como Juan Emilio Friguls, locutores como Roberto Canela, entre otros que aparecen en esas listas que son realmente  los verdaderos fundadores de la televisión en Cuba.

En Mazón y San Miguel hubo tremendo fiestón. Entre sus invitados se encontraban Pedro Almendáriz, Carmen Montejo y Raquel Revuelta. Carlos Prío Socarrás, entonces Presidente de la República, fue el primero en salir por las pantallas de Unión Radio Televisión, el 24 de octubre de 1950.

Cuba fue el tercer país de América Latina, después de México y Brasil,  en tener televisión nacional.  El 15 de diciembre nacería CMQ Televisión y comenzaría una competencia Goar- Pumarejo, que al final ganaría el primero con mayores recursos.

En esa década de los 50 se hicieron telenovelas, teatros, programas humorísticos, musicales, y todos amparados por la publicidad de diversas firmas.

En 1959 la televisión siguió a los barbudos. Ahí están las imágenes de Fidel, joven, apuesto, sonriente, entrando a La Habana, con una escolta de decenas de rebeldes cubiertos de collares de Santa Juana.

El 12 de septiembre de 1960, unos 800 empleados de los Mestre, en una asamblea en el Teatro Martí, apoyaron la Resolución No. 20.042 del Ministerio del Trabajo, que disponía la intervención del Circuito CMQ y de CMQ Radio.

Obreros, artistas, locutores, autores y periodistas apoyaron la intervención. En esa ocasión habló Violeta Casals, secretaria general de la Asociación Cubana de Artistas Teatrales y voz de Radio Rebelde.

El 15 de diciembre de 1960 un sabotaje provocó un incendio en los pisos 4 y 5 del Radiocentro, que destruyó el control maestro de televisión, la cabecera de microondas nacionales y otros equipos de importancia. Ese atentado con fósforo blanco costó más de un millón de dólares. Los trabajadores de CMQ acordaron donar el plus de Navidad y una semana de sueldo para sufragar las reparaciones. Incluso, como no podían transmitir desde 23 y M, lo hicieron montando la planta en los estudios del Focsa.

Los anuncios de las firmas comerciales se eliminaron el 27 de marzo de 1961 definitivamente de la TV. Desde entonces entre programas habría promociones y campañas sociales.

Ahí comenzó otra odisea. No hay otra palabra que usar, aunque algunos consideren que le echamos la culpa de todo lo malo al bloqueo. Por esa política  genocida del gobierno yanqui, no se podían sustituir los equipos, y los técnicos cubanos tuvieron que inventar para mantener la señal al aire.

Poco a poco se realizó un cambio de tecnología: de la norteamericana a la soviética, alemana o checa, hasta que se derrumbó el campo socialista y hubo que volver a máquinas de diversas procedencias.

Se pasó por el kineskopio, el betamax, los CD, del blanco y negro al color, todo eso con poquísimos recursos financieros y con mucha inventiva, ¿acaso no es un acto de tozudez?

 

Con el tiempo nacieron doce telecentros y la Televisión serrana, a la vez que se  estructuraron los canales Educativos, Multivisión, Clave y el Canal Caribe.

Actualmente, la televisión transita hacia su transmisión en alta definición, como ya se hace con Rusia Today, Cubavisión y Tele Rebelde HD.

¿Y de la programación? Nos quejamos, siempre nos quejamos, porque esa es nuestra televisión, no hay ningún dueño de por medio, entonces la queremos perfecta.

En numerosas ocasiones los programas no salen a la hora definida, a veces sin ninguna justificación;  se producen espacios que dejan mucho que desear en los que se invirtió dinero y esfuerzo humano; en no pocas ocasiones se han dejado de publicar escenas o programas porque son “dañinos” (que conste sé que en todos los lugares existe la censura, aplaudo la que se hace de forma inteligente); es una asignatura pendiente ver la TV como sistema (no hay que poner a competir un programa con otro, con similares características), en fin existen lagunas que se pueden llenar de buenas propuestas.

Pero junto a esos problemas, también hay que hablar de programas que viven en la memoria  de todos como En silencio ha tenido que ser, Tierra Brava, Sabadazo, Con dos que se que se quieran, Bravo, El naranjo del patio, LCB La otra guerra, ConCiencia, De tarde en casa, Hola Habana, Al mediodía, Rompiendo el silencio, Entrega, La séptima puerta, Historia del cine, y por supuesto las transmisiones de olimpiadas, panamericanos, centroamericanos, campeonatos de fútbol, entre otros programas que me asaltan la memoria ahora, cuando escribo.

En los dos últimos años la tozudez con que nació la televisión la acompaña, generalmente para bien, e hizo posible que no se dejara de transmitir nada,  a pesar del bicharraco, ese animalejo que se nombra Covid-19. Nada impidió que estuviéramos informados debidamente del desarrollo de la pandemia en el mundo y en Cuba.  Y también, cómo no, de la heroicidad de nuestros científicos que crearon y han producido tres vacunas y más candidatos vacunales. Si hoy navegamos hacia la normalidad se debe a las Soberanas y la Abdala, y de cada paso supimos por la TV.

Entonces, no más recuento, felicidades a todos los hombres y mujeres que han permitido y permiten que las cajas mágicas nos llenen nuestras casas de música, dramas, noticias, y que cada día lo hagan mejor.

 

 

TELECENTROS DE CUBA

 

Islavisión TV Yumurí
Telecubanacan Centrovisón Yayabo
Perlavisión
Televisión Camaguey Tunas Visión
Tele Cristal TV Serrana
CNC Granma TV Santiago
Solvisión

LO ÚLTIMO DEL SITIO

Entre tu y yo

Jordanis Guzmán Rodríguez
Entre tu y yo

Félix A. Correa Álvarez
Eventos

José Carlos Zaragoza Suárez/facebook

Plataforma WEB de la Televisión Cubana Copyright © | tv.cubana@icrt.cu  |  23 y M, Vedado | Código Postal 10200 | La Habana CUBA          

SIGUENOS

CARTELERA DE CANALES NACIONALES