Confieso que si en un momento sintonicé siempre Vuelve a mirar, no lo hice por placer, sino porque en algún momento tendría que escribir acerca del espacio. Pero la historia me fue atrapando.
El guion de Amílcar Salatti y Yoel Infante describe un gran mosaico de la sociedad cubana actual. Si el núcleo narrativo se centra en personas de la tercera edad (un alto por ciento de cubanas y cubanos), también incursiona en la prostitución, el proxenetismo, el VIH, los actos delictivos, las redes sociales, personas con retraso, diferentes niveles de vida, impotencia, cardiopatías, Alzheimer y otros asuntos que son comunes en muchas familias.
Tal variedad de temas hace que, sino por un asunto por otro, se quiera ver cada capítulo a fin de conocer que sucede.
En los múltiples grupos de Facebook se alaba la entrega y no es para menos. Tiene todos los ingredientes de los culebrones clásicos con secretos escondidos por tiempos, amores contrariados, incluso un posible incesto entre un hombre y una mujer que se aman.
Teresa Orosa, presidenta de la Cátedra del Adulto Mayor de la Universidad de La Habana, escribió: “al preguntarme a mí misma sobre qué nos deja la telenovela, creo en primer lugar, que es esa narrativa de la vejez desde una nueva perspectiva, para nada habitual sino el de haber logrado pensarse la vejez y expresarla a través de proyectos de vida, que desbordaron los tradicionales escenarios domésticos y familiares. Ello sin duda, contribuye a esa nueva cultura gerontológica que nos describe desde paradigmas en tránsito entre lo tradicional y lo nuevo, que expresan miradas nuevas ante vejeces nuevas y que nos coloca en espacios de desarrollo y continuidad. Un abordaje gerontológico adecuado y actual, pues la vejez, el envejecimiento y las personas mayores conforman un tema de relevancia, no solo debido a retos provenientes de cambios demográficos, sino también de cambios de tipo generacional.”
Y abundó: “Considero que la telenovela nos deja la impronta acerca de lo diverso que somos dentro de esta edad. Mujeres y hombres con diferentes historias de vida, de rangos de edades, de características persono lógicas y de proyección en la vida. Razón de gran valor pues ello constituye un mensaje también gerontológico correcto y necesario, tanto para la población en general, como para nosotros mismos como personas mayores y hasta para quienes nos atienden a través de nuestras políticas públicas. Somos muy diversos y ello nos convierte en un desafío para cualquier producto comunicacional que nos aborde, así como, para el diseño de proyectos comunitarios, estrategias y políticas”.
A su vez, la colega y periodista Soledad Cruz apuntó: “Tiene Vuelve a mirar todos los ingredientes clásicos de una telenovela tradicional, hasta villanas y villanos, pero están usados con inteligencia para provocar la atención sobre las pérdidas y las probables recuperaciones con eficacia en los recursos expresivos y el alcance comunicativo”.
Vuelve a mirar tiene a su favor escenas como la de erotismo entre la pareja de Manolín Álvarez y Miriam Socarrás, una evidente señal de que los abuelos no están solo para buscar mandados, que tienen el humano derecho del placer. Así se manifiesta el sexo en otras parejas pues hacer el amor no es cosa solo de jóvenes.
Amílcar declaró al inicio: “Estamos acostumbrados en Cuba a que los protagonistas de las telenovelas sean jóvenes, lindos, y esta novela me preocupaba, porque son viejos; y he tenido la experiencia de otras novelas que tienen subtramas de personas de la tercera edad y la gente hace un cierto rechazo cuando se besan o se muestra cierta intimidad; pero bueno, hubo que asumirlo como riesgo porque creo que hablamos mucho de que nos estamos poniendo viejos, de que somos un país de gente vieja, pero no estamos realmente preparados para eso”.
Los guionistas trabajaron sobre una idea original y un argumento de Pavel Alejandro Barrios Sosa, Ernesto Fiallo se encargó de la dirección general, y Julio César Ramírez en la codirección tuvo a su cargo los actores.
En el elenco se encuentran, entre otros actores y actrices, Paula Alí, Rubén Breña, Osvaldo Rojas, Nieves Riovalles, Héctor Echemendía, Miriam Socarrás, Manolín Álvarez, Manuel Porto, Beatriz Viñas, Roque Moreno, Tamara Castellanos, Yerlin Pérez, Yudexi de la Torre, Yuni Bolaños, Alejandro Cuervo, Raquel Rey, Arianna Delgado, Roly Chiong, Armando Valdés y Melissa Brouhgton.
En el caso de las actuaciones, Yohandis Aballe (Miguelito) destaca del resto, bastante parejas, y por momentos con ademanes, voces y hasta guiños que hemos visto en otros personajes de telenovelas y cuentos.
Obra de la Casa productora de telenovelas, la producción es de Oigres Suárez, la edición de Ernesto Reyes y la fotografía de Ernesto Águila, con la presentación de Leandro de la Rosa.
La música original de los 80 capítulos, de 45 minutos de duración cada uno, es de Raúl Paz, y, de alguna manera, las letras de las canciones se mezclaban con los parlamentos, de tal suerte que más que aportar a la dramaturgia, molestaba.
Por otra parte, en uno de los grupos de Facebook encontré esta opinión: “Hola mi querido grupo. Les quería comentar algo relacionado con el capítulo de ayer y la escena donde Andrés le explica a su familia lo que le dijo su amigo notario, según él no hay nada q hacer. Soy notaria, sin embargo, tengo otra opinión sobre este asunto. Si bien es cierto que Soledad estaba legitimada para realizar el acto de Permuta amparada por el Poder Especial otorgado a su favor por su papá, que el apoderado actúa en nombre y en representación del poderdante a su favor o en su contra como si fuese este mismo quien hubiese obrado, también es importante que todos conozcan que existen declaraciones que se hacen por las partes en el proceso de Permuta, donde estas declaran que la misma se realiza sin compensación monetaria, vuelto quiere decir.
“En primer lugar, si Felito no especificó en el Poder que se haría de esa forma, esto no pudo quedar plasmado en el Contrato y en este caso también estarían llevando a cabo un negocio jurídico distinto al declarado. Por lo que sí creo que tendría una feliz solución legal. La familia solo necesita asesoría adecuada. Disculpen lo extenso del texto, pero lo creo necesario para que luego al aparecer una solución favorable en la novela no comenten que quebraron la Ley”. Pero…no hay una feliz solución legal.
Este es un ejemplo: cuidado con los públicos cubanos, llenos de profesionales que detectan un fallo fácilmente, aunque disfruten de la obra televisiva.
Asimismo, Fiallo tiene en su haber La otra esquina, la segunda historia de Bajo el mismo sol y En tiempos de amar, por las dos primeras tuvo el aplauso casi unánime, en la tercera dividió las opiniones debido al guion casi siempre. Sobre esta afirmó: “lo más importante de la novela es la temática que trata. Hace mucho tiempo que no se tocaba el tema de la tercera edad dentro de la televisión, sus conflictos propios, los conflictos intergeneracionales y por ahí más o menos va la historia”. Pero en una obra audiovisual la temática no lo es todo.
Es cierto, a la vez, que se filmó una buena parte en medio del azote del bicharraco (conocido como SARS-CoV-2), incluso la actuación se cortó en algún momento. Los actores variaron y la filmación se hizo aludiendo a un tiempo atrás, cuando sucedían acontecimientos que ya no son así.
Pero, paralelamente a esta telenovela se transmitieron los 12 capítulos de la serie Promesas, también de la Casa Productora, y la diferencia en el empaque es rotunda. Desde la presentación con luces de carros transitando por el malecón habanero hasta la toma reiterada de las fachadas de edificios puntuales, especialmente de La Habana Vieja, en Vuelve…. y una fotografía bella, con papel protagónico, en Promesas.
En las puestas en escenas en las habitaciones, comedores, de las distintas casas no hubo intención de diferenciar los planos. Solo de ver la fachada de la casa de Nora se sabía que la próxima escena se desarrollaría en el sofá, así sucedía en la casona de Felito, por poner dos ejemplos. Promesas pudo resolver diferencias y similitudes de los sets.
En las conversaciones entre personajes faltaron los primerísimos planos a ojos, bocas, manos, no por gusto sino con una intención dramatúrgica para complementar los diálogos, y ofrecer un mejor ritmo al televidente. Una edición más eficaz pudo conseguir el dinamismo que lleva un drama o un chiste.
De todas formas, extrañaré a Vuele a mirar. Y no solo yo. Según estudios preliminares del Centro de Investigaciones Sociales del ICRT tuvo altos niveles de teleaudiencia y de gusto, con una evolución ascendente muy favorable a partir del 9 de agosto, con rating por encima de 70.
Espero que TÚ, la propuesta liderada por Lester Hamlet, cubra mis expectativas (y la de muchos televidentes).
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