Artistas

Por su destacada labor, a este creador ha sido reconocido como Artista de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión y con el Premio Pequeña Pantalla

Entre los muchos ejemplos que existen en nuestro país de creadores con atributos artísticos relevantes, puede destacarse al maestro Reynaldo Montesinos Muñoz, un músico de referencia en nuestra TV Cubana. Nacido en Pinar del Río el 23 de agosto de 1944, comenzó con nueve años de edad a cantar y tocar la guitarra en su ciudad natal. Hacía un programa llamado La escuelita del aire en la radioemisora CMAB, interpretando canciones cubanas y mexicanas, además de presentarse en teatros y sociedades.

Su niñez se desarrolló en un hogar de notorias tertulias, donde primó la música, la sana alegría y cierta sensibilidad artística; allí se reunían cantantes y músicos en un ambiente de ondas raíces de arte popular, encabezados por la madre Virginia Muñoz Fernández, cantante, pianista, violinista, quien también tocaba la guitarra, aunque de forma menos profesional, y el padre Rey Montesinos Trujillo, intérprete de formación empírica. Sus estudios de música se iniciaron de la mano de los maestros René Pérez y Che Tejera.

En 1957, Montesinos Muñoz comenzó su vida profesional tocando guitarra eléctrica en el combo Los Corsarios, junto a intérpretes de rock and roll. Luego, en 1961 ingresó en la Instituto Politécnico Hermanos Gómez, para cursar la carrera de Ingeniería eléctrica, la cual no concluyó para dedicarse por entero a la música. En ese periodo estaba integrado, de forma no profesional, al proyecto Lira habanera, agrupación musical del poblado de Bauta.

Ya en el transcurso de 1963 matriculó en la escuela de Superación Profesional Ignacio Cervantes como discípulo de Hilda Juliach Mon; al año siguiente, con el objetivo de ampliar sus conocimientos, se convirtió en estudiante del Seminario de Música Popular, dirigido por el musicólogo Odilio Urfé. En este último centro, Rey recibió clases de Alejo Carpentier, Edgardo Martín, Manuel Moreno Fraginals, Vicente González Rubiera (Guyún), Alfredo Diez Nieto e Hilario González, entre otros

Poco después, estudió dirección de orquesta con Roberto Valdés Arnau y Adolfo Guzmán. Además, recibió lecciones de Jesús Ortega, Federico Smith, Italo Besa, Félix Guerrero y Víctor Zayas, de esta manera obtiene el título de Director de grandes conjuntos orquestales, iniciando así el proceso evolutivo y definitivo de su carrera como músico que, sin dudas, ha resultado ascendente y exitosa.

En La Habana, luego de trabajar como guitarrista en varios grupos, integró, a partir de 1964, la orquesta del Instituto Cubano de Radio y Televisión (Icrt). En 1970 devino asesor musical de programas de televisión y, tres años después, comenzó a dirigir la orquesta jazz band, para pasar a encabezar la de formato sinfónico perteneciente a dicho instituto. Por su destacada labor en el Icrt, Rey Montesinos ha recibido la condición Artista de Mérito, así como el Premio Pequeña Pantalla.

Como director de orquesta y orquestador ha participado en los festivales de interpretación Adolfo Guzmán, Pedro Junco, Jazz Plaza, Boleros de Oro, Rafael Somavilla y Danzón Habana. También ha representado a Cuba en diversos eventos y espectáculos internacionales. Sus composiciones abarcan diferentes géneros de la música cubana y extranjera, las cuales han grabado importantes orquestas e intérpretes.

Actualmente, Rey Montesinos funge de presidente la sección de Compositores y Autores Musicales de la Asociación de Músicos en la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac). También es el vicepresidente de los festivales internacionales Boleros de Oro y Danzón Habana, auspiciados por la Asociación de Músicos de la Uneac.

Su intensa y significativa trayectoria durante 63 años de vida artística contribuyendo al desarrollo, disfrute y esparcimiento de nuestro pueblo, le han valido merecer la Distinción por la Cultura Nacional, la medalla Raúl Gómez García, la Gitana Tropical y la Distinción Benny Moré, etc. El maestro Montesinos se caracteriza por ser un músico modesto y sencillo, con una elevada estima de la buena música cubana, es un incansable defensor del danzón, el bolero y el son, entre otras expresiones musicales.