Artistas

 La actriz conversa sobre su personaje en la novela que actualmente transmite Cubavisión

Es muy común verla sonreír y apropiarse de la mirada de los muy y los no tantos curiosos que se sorprenden ante su sencillez. Se trata de la joven actriz Yía Caamaño, uno de los rostros que tanto disfruta hoy la teleaudiencia. Ha dado pruebas de “ser una excelente malosa” en algunos roles. Otras veces, como en El rostro de los días, se adueña de una ternura que le viene muy bien para despojarse de posibles estereotipos.

Justamente es este el más importante desafío que asume a la hora de encarar sus personajes: “Trato de ser orgánica, que la gente cuando me vea piense que es verdad lo que estoy viviendo. Me preocupo por ser honesta con lo que hago; porque cuando uno miente actuando se percibe. Si te conmueve el conflicto, te conmueve, si llora el personaje, lloras tú, si se sonroja, adelante, si es feliz, pues a serlo uno. Hay que ser honesto en cada una de las situaciones. Ciertamente los personajes que asumo tienen un poquito de mí, a todos les presto algo, porque es mi cuerpo, mi cara; a la vez, intento que sean distintos. No quiero que alguno recuerde al anterior, porque al ser escritos ya traen un espíritu propio y uno sencillamente los pone a andar”.

En esa credibilidad se sustenta el proceso de construcción de sus personajes; a partir de esa honestidad, Yía ha dado riendas a sus roles desde una naturalidad que el televidente agradece, aunque sobre el término naturalidad la actriz coloca un ojo de atención y aunque le agrada poder ser reconocida así, de inmediato acota: “El término naturalidad puede ser un arma de doble filo, porque a veces, en el intento de serlo, rozamos con la cotidianidad, casi a ras del suelo, y olvidamos que se trata de un producto de ficción, de un producto artístico. Por tanto, no se puede perder de vista pronunciar bien, hablar con ritmo. Nosotros estamos dando vida a un ser inanimado, le estamos prestando nuestra sangre, nuestras venas, y hay que hacerlo respirar, comer, mentir, sufrir, reír como uno, sin serlo”.

Dicho así la actriz crea un vínculo de aproximación y distanciamiento con sus personajes, y deja al descubierto que ninguna de las vidas que ha asumido se parece a ella, aun cuando busca personas que le sirvan de referente para llevarlos a sus historias. “Les robo gestos, actitudes, formas, escojo situaciones que incluyo en las vivencias y en la memoria emotiva de los personajes que incorporo, así armo un acople. Ellos entran en mi vida y yo en la de ellos. De hecho, disfruto en ese sentido poder confundir un poco al público, que este dude sobre quién habla realmente, si el personaje o Yía”.

De esos personajes, Maritza, en la telenovela Con palabras propias, la condujo por primera vez por la pequeña pantalla y esto significó un aprendizaje esencial para encontrar rumbos propios, hasta que llegó el personaje de Elena en la telenovela En tiempos de amar. “creo que hasta hoy Elena es el personaje que más me ha marcado, por su fuerte carga sicológica, además, estaba alejada de mi edad. Recuerdo que por aquellos días llegaba extenuada a casa. Sucede que cuando uno se enfrenta a personajes tan difíciles, con textos tan extensos, tiene que aprender a decir para que resulte creíble. Con Elena me sucedió que después de un año de haber concluido la grabación aún sentía el personaje. Tuve que cambiar muchas cosas en mí, pero, bueno, el esfuerzo se tradujo en que Artes Escénicas me concedió el Premio Caricato en televisión. Aunque no trabajé para recibir un premio, estoy totalmente agradecida de él”.

Beatriz en El rostro de los días

“El rostro de los días ha sido un regalo para mí. Con Nohemí Cartaya y con Felo ya había trabajado en ocasiones anteriores; en el caso de Nohemí, siempre que regreso a alguna de sus propuestas, me siento afortunada de ponerme en manos de una directora como ella. Beatriz es la enfermera de la telenovela, un personaje muy dulce y, a la vez, enérgico, amante de la verdad, la justicia.

“Al entregarme ese personaje, la directora puso como una de mis contrapartes a la tremendísima Daysi Granados. No no lo podía creer, fue impactante y sí me inspiró cierto temor sin conocerla, porque escuchar su nombre es algo que suena muy grande. Imagínate, Daysi es el rostro del cine cubano, por tanto, compartir con ella, ser su nieta y sostener la relación que tienen esos dos personajes fue algo tremendo.

“Yo solo esperaba en el primer ensayo y todo fluyó. Desde el primer momento le dije abuela, todos me miraban como diciendo: ´si tú no la conoces, cómo vas a decirle abuela´, pero ella lo asimiló muy bien y rápidamente, con pequeñitos detalles como ese, fuimos ganando confianza y familiaridad. Es importante señalar que los ensayos ayudaron mucho en ese sentido, porque nos sentábamos todos como si fuera una familia. Nos contamos vivencias que tuvieran que ver con la telenovela, sin hablar directamente de ella. Y eso nos acercó.

“Muchas veces estudiamos los textos y las escenas juntas, Daysi se abrió, yo igualmente, y así fue durante todo el proceso de la telenovela. A partir de ese momento hemos creado una amistad y me siento afortunada que Nohemí y la vida me hayan dado la oportunidad de poder interactuar con una Daysi Granados en pleno uso de facultades, que todavía puede regalar un personaje tan grande como Mercedes, que se ha ganado el odio de la gente porque ha cumplido su objetivo. Estar cerca de ella ha sido genial”.

Premio Lucas 2018, un acontecimiento muy especial

“Obtuve el premio de actuación por un video realizado por Yeandro Tamayo con una canción titulada “Si tu amor no vale nada”, con Cristian y Rey junto a Buena Fe. Me premiaron con ese trabajo y ahí tuve la oportunidad de ver con cuánto respeto y rigor se evalúa la actuación en el clip. En esa oportunidad, junto al asombro vino el agradecimiento, porque supe que en ese año regresaba la categoría de actuación a la lista de lauros. El año pasado fui yo quien entregó el premio de actuación y me sentí muy feliz que de mis manos lo recibiera un compañero. Me alegro que Lucas tenga en cuenta esta especialidad, porque el audiovisual de una manera u otra siempre narra una historia que se completa con un gesto, una mirada, una sonrisa o una lágrima, y eso es actuar”.

Protagonista del videoclip sobre la historia de Gerardo y Adriana

“La historia de Gerardo y Adriana fue muy especial, porque fue un trabajo que realicé con un productor con el que había trabajado en los inicios de mi carrera, en un videoclip de Baby Lores y no nos habíamos visto más. Él me encontró luego de seis o siete años y me dijo que tenía una historia de amor hermosa, que su director era el joven Hazzem Velázquez, un chico muy talentoso, que ya había visto mis fotos y le encajaba perfectamente en el personaje.

“De inmediato supe que el actor que sería mi pareja era Armando Miguel y yo encantada de trabajar con él que tiene una carrera tremenda en el cine. Enseguida acepté, me presentaron al director, se hizo un trabajo de mesa como si fuese un teleplay. Visitamos locaciones. Ese momento me dicen que se trataba de la historia de amor de Gerardo y Adriana. ¿Gerardo, uno de Los Cinco?, pregunté. Respondieron: “exactamente”.

“Y ocurre que las historias de amor suceden en cualquier ámbito, más allá de la política, las razas, los estados sociales…y ese fue el concepto del audiovisual: develar a los seres humanos, a los amantes. Tuvimos el honor de contar con ellos durante el rodaje. Son personas muy agradables y conversadoras. Adriana es muy especial e inteligente; Gerardo también, aunque tal vez un poco más introvertido. Ambos son sumamente amables y nos ayudaron muchísimo.

“Fue un día intenso, tuvimos que captar rápido la esencia de esas personas que acabábamos de conocer. Creo que una de las escenas más lindas es en la que Armando Miguel y yo nos miramos en un espejo abrazados y se disuelve a una imagen de Adriana y Gerardo en la misma posición, abrazados y mirándose en el mismo espejo. Fue una experiencia muy emotiva”.

Luego de este recuento de lo vivido, Yía confiesa que le gustaría interpretar en lo adelante un personaje que le exigiera mucho físicamente, ya sea una bailarina, una deportista de alto rendimiento o alguien vinculado a las artes marciales o la defensa personal, porque, de no haber sido actriz, tal vez el deporte hubiese sido su otro camino a elegir.

“Pero, además de estos personajes, confieso que sigo adorando la idea de interpretar otro negativo, de esos tremendísimos, al estilo mexicano o brasileño, me atraen y al público igualmente les complace. Por último, reconozco que adoraría interpretar un personaje que no fuera de mi sexo, quisiera asumir un transformista, exactamente, un hombre transformista, ya sea en teatro, televisión o cine. Quisiera “meterme” en ese reto de lleno. Como ves, necesito de roles más atrevidos”.

Y en lo que aparece uno de esos personajes, o tal vez una heroína de las galaxias o un ser mutante, de esos por los cuales también apuesta, supimos que prepara un personaje que la trae muy emocionada, en otra telenovela dirigida por un hombre cuyo nombre no devela aun, aunque sí adelantó que es un personaje con el cual se identifica sobremanera.

También en espera está su segundo cortometraje, ahora en la etapa de lectura de guion. Por último, la actriz comenta: “Tengo, además, proyectos en el teatro que también están detenidos. Siempre he tratado de mantenerme muy ligada al teatro y a la televisión, y cada vez que la vida me da la fortuna de hacer algo procuro llevarlo todo al mismo tiempo”.

Como mismo buena actriz igual es conversadora esta Yía que prometió en su momento darnos las primicias de esos próximos roles. Por ahora, desde casa, sigue estudiando y estudiándose para no repetirse. En su sonrisa y pausada manera de hablar esconde un torrente de pasiones, solo hay que esperar que las condiciones del país sean propicias para que ella se apreste a encarar nuevas vidas que entrarán en la suya.