A esta actriz le ha sucedido lo que a otras populares figuras de la televisión cubana, cuyos nombres de pila cedieron lugar al de ciertos personajes arraigados en el aprecio y la memoria de los televidentes, como fuera antaño el caso de Armando Soler -que un buen día y para siempre se convirtió en Cholito-, y más recientemente el de Luis Silva, conocido y reconocido por todos como Pánfilo.
Por eso el nombre de Niurka Castellón quizás no sea identificado por muchas personas en nuestro país. Pero si se les dice que se trata de Bombón, de inmediato evocarán con agrado la imagen de esa mujer de pequeña estatura, maneras sencillas, talante criollo y sonrisa a flor de labios, que le debe al chocolate el color de su piel, y ese dulce y sugerente sobrenombre que le viene como anillo al dedo.
Desde hace bastante tiempo se le ve en la pantalla, no con mucha frecuencia, pero sin pasar jamás inadvertida, por ser -como ella misma dice- una actriz muy funcional que hace su propia elaboración de cualquier personaje, sea cual sea su complejidad y permanencia en el set televisivo.
Debe ser por eso que aquel ya lejano papel de Bombón que asumiera hace treinta años se le quedó a la gente en el recuerdo, a la vez que a Niurka le concedió el privilegio hacerse de una identidad perdurable. Y así se evidencia cada vez que aparece en la pantalla o cuando alguien se tropieza con ella por las calles, pues a nadie le cabe duda de tener ante sus ojos a Bombón.
Quién sabe si alguna vez imaginó que así sería, cuando en su infancia pensaba -con esa desmesura con que los niños asumen ciertos sueños- que si de grande no era artista se moría. Pero artista llegó a ser. Y el camino hacia el fascinante mundo de los estudios y las cámaras se lo debe a esa gran actriz de carácter que fue Parmenia Silva, quien al percibir la vocación de la entonces adolescente Niurka, la condujo al Departamento de Talento Artístico de la Televisión Cubana para que fuera tomada en cuenta; del mismo modo que a esa imprescindible actriz que es Alicia Bustamante le debe sus posteriores conocimientos de actuación.
Recuerda Niurka Castellón que su primera aparición en pantalla fue como extra en la telenovela Cuando la noche muere, para más tarde incursionar en Un bolero para Eduardo. Eran tiempos en que su desconocimiento de la técnica debía suplirlo con esas inmensas ganas de hacer bien las cosas que han marcado desde entonces su trabajo.
Eso logró demostrarlo cuando en el humorístico Las hormigas locas asume el papel de la joven empleada de una tienda a quien todos llamaban Bombón. Andaba por la mitad la década del ochenta del pasado siglo, y como ya se sabe aquel apelativo “prendió” de tal manera en los televidentes, que no les hizo falta memorizar el verdadero nombre de esa querible y simpática muchacha para identificarla en cualquier momento, lugar y circunstancia.
Luego de eventuales apariciones en diversos espacios en los que invariablemente se le llamaba Bombón -porque así ya se había acuñado su presencia en la pantalla- no fue hasta 2008 que el guionista Ernesto Daranas retoma dicho sobrenombre -digamos “oficialmente”- para el personaje interpretado por ella en la telenovela Si me pudieras querer.
Claro que después ya no sería Bombón al interpretar con tanto desenfado y ternura el papel que Rolando Chiong le deparara en Santa María el Porvenir; como tampoco lo fue en su breve y convicente rol de menesteroso en un reciente capítulo de la serie policíaca U.N.O., dirigida por Roly Peña y Alberto Luberta Martínez. Sin embargo, no hay quien la llame de otro modo a lo largo y estrecho de nuestra geografía, aunque se sepa que anda metida “en otra piel”.
Y quién sabe si Niurka Castellón preferiría ser reconocida por su verdadero y sonoro nombre, para no suponerse una mujer que ha perdido su propia personalidad. Pero para nadie es un secreto que, lejos de hacerse irreconocible, a través de treinta años ha tenido la suerte de afianzarse en la memoria y el afecto popular con un sobrenombre que la hecho inconfundible como actriz. Una actriz, por más de una razón, muy parecida al chocolate.
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