Conversamos con dos periodistas de Canal Habana para conocer sus dinámicas de trabajo en la institución
Quince años han pasado de aquella idea de fundar un canal de televisión para la familia de La Habana, un medio de comunicación que se convirtiera en la voz y el rostro de la capital de Cuba. Ese propósito lleva hoy el nombre de Canal Habana, cuya sede se encuentra en la esquina de Masón y San Miguel, en el municipio de Centro Habana.
El tiempo, la constancia y el prestigio entre los televidentes hizo que Canal Habana ampliará sus transmisiones a nivel nacional. Propuestas diversas caracterizan su programación, siempre con un toque de elegancia en cada espacio que llega a la pantalla chica para reflejar la sociedad que somos y sus matices culturales, políticos, educativos y de cualquier índole.
Con el propósito de conocer las experiencias relacionadas con la búsqueda de las noticias en Canal Habana conversamos con los periodistas Wendy Oceguera Ayala y Miguel Moret Jiménez.
“Cada nuevo día es un reto —explica Moret, reportero especializado en temas culturales—. Nos movemos hacia donde el interés de la audiencia nos dirige. La televisión representa un aprendizaje constante, pues siempre hay novedades técnicas, artísticas y periodísticas con las que actualizarse y dialogar. Lo más complejo en el cambio del lenguaje es adaptarse a la síntesis. También hay que fusionar la imagen, con la palabra dentro de la poética del espacio noticioso y hacerlo entretenido”.
Formar parte del equipo creativo de Canal Habana ha sido, en palabras de Oceguera, un camino de crecimiento profesional: “Empecé haciendo el noticiero y me ofrecieron la oportunidad de colaborar todas las semanas con un programa tan importante y de compromiso social como Libre Acceso. Además, la presencia de Bárbara Doval, una periodista de gran respeto, no solo por su sapiencia, sino por su humildad, su cercanía a los jóvenes, a la acción periodística, siempre está renovándose para tratar de que nosotros cada día seamos mejores, y eso también es un ejemplo de cuánta familiaridad tenemos.
“Tengo dos secciones fijas en Hola Habana sobre manualidades y consejos útiles caseros para optimizar el tiempo y el dinero en el hogar. Una de mis proyecciones es llevar esas secciones a un programa semanal, porque no existe en la televisión cubana un programa de factura propia así. Es el plan futuro o el deseo más cercano que me gustaría lograr, entre otras cosas”.
Con respecto a la permanencia laboral en Hola Habana añade la periodista: “Cada vez que hay una fecha significativa o algo especial yo formo parte de los programas especiales. Me siento feliz y honrada de que ellos cuenten conmigo y tomen mis consideraciones como valiosas dentro del programa”.
La inmediatez del periodismo
El hecho de realizar un reportaje diario para el espacio de Habana Noticiario significa un ejercicio de disciplina y constancia en el trabajo de Oceguera. “Tengo la oportunidad de conocer personas brillantes e importantes de La Habana y de Cuba, que se vinculan a temas diferentes. Siempre aprendes algo nuevo porque, además, si bien todos tenemos una preferencia marcada, por ejemplo, a mí me encanta hacer reportajes de deporte, ninguno escapa a hacer temas diversos. Entonces eso da la oportunidad de aprender cada día algo diferente, de prepararte un poco más”.
Por su parte, Moret detalla la importancia de varios aspectos decisivos en el éxito de la televisión. Se trata de la inmediatez, las declaraciones de personalidades involucradas en el hecho noticioso y el lugar adecuado para las trasmisiones diarias, en el caso de ambientes exteriores.
“Muchas veces la noticia no espera por nadie y tenemos que estar alertas para conseguir la entrevista precisa, evaluar la locación, hasta el clima influye. Si uno de estos factores falta entonces hay que desdoblarse, por eso la mayoría de los periodistas sabemos de edición, de cámara y cada recurso expresivo es imprescindible para lograr un producto audiovisual de calidad que informe a los televidentes”, especifica.
Crecerse ante la realidad
Mejorar con el tiempo y las nuevas realidades es un propósito a cumplir en Canal Habana. Los planes van encaminados a mostrar cada vez más en su programación las inquietudes y el sentir de la población capitalina.
Sobre ello aclara Wendy Oceguera: “Desde mi visión profesional, creo que deberíamos volver o replantearnos nuestros orígenes. Canal Habana surgió como un medio informativo en primer orden, que fuera el rostro y reflejara lo que la población habanera vivía y le preocupaba.
“No es que lo hayamos perdido, pero sí nos hemos dejado caer en la propia rutina del día a día y creo que debemos recuperar ese aspecto crítico, el salir a la calle a buscar problemas reales que tiene el habanero hoy, el ser su voz y darle rostro a todo lo que los habaneros piensan. Además, es un compromiso tan gran poder representar a una ciudad maravillosa y con tanta luz propia como La Habana.
“Hemos ganado muchas cosas. Somos un canal joven, osado, divertido, familiar, pero creo que nos falta trabajar en la crítica, en la reflexión para que la gente para quienes nosotros trabajamos sienta que estamos vivos y que, a la altura de 15 años, continuemos con esa vitalidad y esos valores con los que fuimos fundados”, reconoce la joven reportera.
De igual forma, el contexto cubano requiere de un tratamiento especial y riguroso desde el periodismo. Así lo entiende Miguel Moret: “En estos tiempos donde confluyen tantos criterios y hasta noticias falsas nuestro sistema de prensa asume la tarea de estar en cada espacio donde ocurra un hecho notorio dentro de la sociedad.
“La televisión y nuestro canal busca siempre ser reflejo de la gente, contar las historias que vamos encontrando, nos falta mucho camino, muchos rostros por acoger en cámara, pero la intención es constante”.
Tras cumplir tres lustros, Canal Habana tiene el compromiso de parecerse cada vez más a su gente. Por esas razones su colectivo desarrolla un sistema de trabajo efectivo y de impacto en la sociedad. Aún con aspectos que mejorar, es preciso destacar el buen desempeño de los trabajadores del telecentro, que se expresa en la preferencia de la población al sintonizar cada día la señal que transmite desde la capital de todos los cubanos.
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