No conozco el signo del horóscopo chino para  Dulce María Hernández Céspedes, pero siempre la he visto como una hormiguita. Tampoco recuerdo si la vi primero en una de las tánganas del festival Caracol  o cuando  se encargaba de alguno de los múltiples programas en los que ha trabajado.

Filóloga por estudios, nunca ha dejado de estudiar por lo que acumula montón de postgrados que contribuyen a su actual quehacer de directora. Antes fue analista, guionista, sigue siendo asesora, y acumula numerosos reconocimientos.

-Empezaste en 1988 en Monitoreo y análisis de información en la Radio ¿de donde venias?

-Me gradué de en Filología, especialidad literatura española en 1985. Me ubicaron en la escuela de cuadros del MINCULT, (la boleta decía “cuadro en formación”). Eso se concretó en designarme a trabajar en el equipo de la oficina de la Campaña nacional por la lectura, que dirigía el célebre poeta Raúl Ferrer. Estando allí, un buen día, llegó  a una reunión de la UJC, donde yo militaba, el hoy canciller Bruno Rodríguez Parrilla, por entonces Jefe del Departamento de Cultura del Comité Nacional de la UJC me explicó la necesidad que estaba teniendo la UJC de contar con cuadros preparados culturalmente para atender las Escuelas nacionales de arte y el ISA, todas concentradas en el municipio Playa. Me sentí sensibilizada con su convocatoria y en 1986 pasé a ser cuadro profesional de la UJC en el como instructora para la atención a  las Escuelas nacionales de  arte y el ISA y luego fui promovida a cuadro profesional de la UJC del ISA, responsabilidad que ocupé hasta 1988 tuve contradicciones  con aquella tarea y decidí pedir la baja para retomar el hilo de mi formación.

 Ahí fue que llegué al centro de monitoreo y análisis de la radio cubana en 1988, (porque la instructora de la UJC que atendía ese centro siempre me hablaba de lo que allí se hacía y me sedujo su  perfil periodístico porque esa fue la profesión que yo siempre quise desempeñar y a la que no pude acceder cuando tuve que decidir qué  estudiar, porque exigía  el requisito de ser militante UJC y yo no lo era cuando entré en la universidad. Allí vi y escuche de todo, de Cuba y de otros países, especialmente Estados Unidos. A esa labor consagré  10 años de mi vida, fui especialista en medios de difusión masiva y luego fui promovida a analista de información, labor que me encantaba y varios años fui vanguardia provincial y nacional del Sindicato Nacional de Trabajadores de  la cultura. Pero aquel era un trabajo muy demandante por los destinatarios y parí en el 94, era madre soltera y comencé a necesitar un poco de más sosiego para mi vida. A ello se unió que grandes amigas de mi etapa universitaria trabajaban en la tv (Tania Licea, Tania Alarcón) y vi la posibilidad de acceder a través de ellas a la tv, un medio que siempre me fascinó.

-¿Cuándo pasaste a la TV cuál fue tu primer trabajo?

-Tal cual lo había previsto, ellas mediaron y en marzo de 1998 comienzo a trabajar en la antigua División de programas habituales que incluía Cinematografía, Programación variada e infantiles y el jefe era Freddy Suárez, hoy director de Programación de Cubavisión. Ocupé una plaza de especialista en medios de difusión masiva pero, desde el comienzo, con contenido como asesora de programas culturales, de los cuales  el primero  fue Andar  La Habana.

-Y… ¿Cuántos has hecho y haces? De todos los programas en los que has trabajado escoge los que desees y dime por qué.

-Andar  La Habana  fue un privilegio, porque, además de la cercanía con el Dr Eusebio Leal, admirado de siempre, en ese momento; alternaban en su dirección Senobio (Puri) Faget, Santiago Prado Pérez de Peñamil y Omar Pérez, los dos primeros directores de documentales de los extinguidos estudios del ICRT, con mucho prestigio y oficio. Yo me sentí muy orgullosa de poder formar equipo con  ellos, sobre todo con Puri, a quien siempre admiré por su conocida obra documental, directores que,  a pesar de mi inexperiencia y juventud,  siempre me respetaron,  y  fueron quienes dieron dos de los  avales  que años después me permitieron  evaluarme como la asesora de 1er nivel de programas de tv,  que he llegado a ser. Paralelo a Andar….me asignaron asesorar Hurón Azul, el proyecto de promoción de la vida y las actividades de la UNEAC  que la tv coproducía y dirigía, desde su fundación,  Lizette Vila, entonces, presidenta de la Asociación de cine, radio y tv de la UNEAC. En este permanecí hasta su final, en agosto del 2016,  por decisión de la dirección de la UNEAC. Sucedieron a Lizette en la dirección  del Hurón, Rafael Caldas, José Ramón Artigas y luego del congreso de la UNEAC 2008, se propone darle un vuelco al concepto de ese espacio y se convierte en un programa de polémica y debate, para discutir temas que ese cónclave dejó sobre el tapete como  su agenda de trabajo.

Con los nuevos tiempos llegó un nuevo equipo conformado por dos jóvenes pero emprendedoras y talentosas directoras que fueron Elena del Valle y Lena Fajardo, al que luego se sumó, Magda González Grau, en sustitución de  la segunda, quien viajó  al extranjero en plan  de superación profesional. El Hurón, sobre todo, en la etapa posterior al 2008, fue una gran escuela, donde tuve la oportunidad de alternar con numerosas personalidades de diversos ámbitos y esferas de la cultura y la sociedad cubanas que prestigiaron con su  talento,  pensamiento e  inteligencia  cada emisión del programa.

El otro programa que marcó mi vida en esa etapa de mis comienzos en la TV fue Entre libros. Mi llegada a la tv coincide con un momento de crecimiento de su  programación, sobre todo la de perfil cultural,  porque su dirección se propuso dar respuesta a los reclamos del congreso de la UNEAC que fue finales de los 90 y así surgieron programas como Entre libros (que originalmente fue un proyecto mío concretado con la directora Xonia Zayas y Argelio Santiesteban y Amir Valle Ojeda, como guionistas en el verano de 1999),  en él que permanecí hasta el 2008.

 Cine de nuestra América, En la vía, luego, en el 2000, Signos (dirigido a la promoción de las artes plásticas), Contra el olvido (vindicación de la memoria histórica de la tv, con los programas conservados en  los archivos), Cuando una mujer (temas de género), etc.

Imagínate qué suponía para una joven egresada de Filología poder estar en un programa que me permitía estar cerca de los escritores que había leído y admirado siempre, acceder a sus historias, a sus éxitos y también a sus dolores reclamos, vacíos…

En la etapa más reciente, 2017, me sorprende la decisión de la dirección del canal Cubavisión, entonces dirigido por Rafael Yaech y con Freddy Suárez como Director de programación,  de proponerme asumir la asesoría de la revista musical variada   23 y m, explicándome que respondían a una solicitud de Edith Massola, su

Directora general, guionista y presentadora que reconocían debió habérsele ocurrido a ellos. Es una encomienda  que asumí con mucho placer y dedicación  porque, en primer lugar, siempre he sentido profundo respeto y admiración por la excelente profesional y gran ser humano que lo lidera, cuyas iniciativas y olfato para descubrir las cosas que devendrán éxitos, celebro, así   como su receptividad para asimilar, con modestia y humildad, las sugerencias que suelo hacerle  en función de perfeccionar la calidad de cada emisión. Es  el modo que hallo de cada semana poner un granito de arena en que salga al  aire, con el mayor decoro posible, un programa que tantas alegrías le prodiga al pueblo. Si no ocurre algo especial que cambie el curso de mi vida, quizás,  en este programa aspiro a pasar los años útiles que me quedan en el ejercicio de esta labor y siento gran orgullo de que sean contribuyendo a que una artista de la talla de Edith logre concretar sus sueños porque creo honestamente que ella es una suerte de  Consuelo Vidal de nuestros días.

En el 2019, Antena, el programa que dirige, escribe y conduce Mara Roque, pasa al grupo de trabajo de programación variada al que pertenezco como asesora  y, tal como ocurrió con Edith, ella me solicitó y solicitó a la dirección del grupo,  que yo fuera  la asesora que asumiera el espacio. ¿Cómo negarme a esa excelente profesional de la divulgación científica que admiro desde que, en los años de mi primera juventud, que también eran los de la suya, contribuía a mi entretenimiento  desde el popular espacio para bailar,  de cuyo staff de animadores formó parte? Por supuesto que  también accedí y, desde entonces,  juntas trabajamos.

Los  que te he mencionado anteriormente son los programas en los que he fungido como asesora pero,  desde que comencé en esa labor , me picó el bichito de la realización y fue así que,  paralelamente, desde que emprendiera el período de adiestramiento del diplomado de dirección de televisión, que cursé de marzo del 2004 a enero del 2006, me  desempeñé como asistente de dirección de diversos espacios y, una vez que lo culminé, también he realizado labores como directora  asistente y directora de programas de la tv.

Como asistente de dirección  no puedo obviar mi extenso y fructífero período de trabajo y aprendizaje con la querida directora Gloria Torres, con quien, desde el 2008,  realicé espacios que recuerdo con gran aprecio como la revista musical variada la Noche Favorita y  el programa otros tiempos, con la conducción especializada de la maestra Zenaidita Romeu Otra  oportunidad de alternar  con  importantes estudiosos y exponentes de diversos géneros de la música cubana. A lo que se suman varias galas de los premios caricato de las artes escénicas.

He sido directora asistente de Elena del Valle en emisiones de varios años del noticiero de la feria Cubadisco y en un programa Contar la música por encargo del Instituto Cubano de la Música dedicado en el 2011 a los premios nacionales de esa manifestación, y que contó, en sus 10 emisiones,  con la privilegiada pluma del desaparecido poeta Sigfredo Ariel en el guion. Con ella también concreté la serie mini documental de 7 capítulos Oficio de hombre, proyecto de mi autoría, dedicado  en el 2004 a la vida y obra de Alejo Carpentier, a propósito de su centenario, que resultara premio al mejor programa educativo no didáctico del 2do festival nacional de tv 2006.

Un  hito en mi trabajo fue la incursión, a partir del 2016, en la programación dramatizada. Era un pendiente que tenía, “un enano que siempre quise matar”. Y aunque la primera experiencia la tuve con la admirada directora Mariela López Galano, a quien asistí en el cuento Infiel, ha sido  Magda González Grau  quien,  de manera más constante , y hasta la fecha ,  me ha brindado la posibilidad  de entrenarme a su lado en varios telefilmes: Piña colada, como asistente, Me faltabas  tú y Para toda la vida, como directora asistente  y ahora, por primera vez , en una serie juvenil de continuidad titulada Calendario,  escrita por Amílcar Salatti, con todos los ingredientes de actualidad para agradar, más que a su llamado público meta, a toda la familia.

Igualmente, como directora asistente de Magda,  he realizado desde  el 2017,  todas las temporadas de verano de la revista juvenil Una calle mil caminos, que incursiona en un tema de interés para ese público, a partir del telefilme  que incluye, con una sostenida preferencia por parte de la teleaudiencia.

-¿Qué ha sido la televisión para ti?

-Para mí la televisión fue y sigue siendo una gran seductora, sigo sucumbiendo a su encanto y fascinación como el primer día, me sigue ilusionando cruzarme en sus pasillos con personas, ya sean directores, técnicos, actores, que admiré por el legado que recibimos de ellos o admiro por lo que están haciendo hoy por ella. Me emociona acceder a la videoteca, al patrimonio, abrir una caja de un  casete y encontrarme con un viejo programa de los que disfruté cuando era niña o joven y cuyo contenido recuerdo perfectamente. Entonces mi lucha es cómo transferirlo al formato que se usa para poderlo incluir en un programa y que otros lo disfruten tanto como yo, unos porque lo recuerden de sus años mozos y otros porque lo descubran desde su juventud y aprendan a valorar lo que en él se ha conservado  hasta nuestros días.

Quienes trabajamos para el canal Cubavisión estamos viviendo hoy un nuevo momento de esperanzas gracias al optimismo que nos ha vuelto a insuflar  su  nuevo y joven director , Rafael Pérez Insua, con su entusiasmo y la búsqueda de soluciones y alternativas a viejos problemas y reclamos acumulados por años, sin que lográsemos ver una luz en el camino. Hoy estamos viendo que eran insolubles porque faltaba voluntad y, sobre todo, iniciativa para enfrentarlos y solucionarlos como ahora se está haciendo.

Sólo prevendría del exceso de entusiasmo y de la confianza en que todo lo que se está haciendo está bien. Para mí siempre es importante corregir el tiro con el basamento científico que dan las investigaciones sociales  aplicadas a los medios, los estudios de audiencia, las consultas con los públicos para los cuales trabajamos para que lo que llene nuestras pantallas sea lo que realmente satisfaga las expectativas del televidente  y no la voluntad de los decisores, muchas veces ajena a esas preferencias , aunque estoy consciente de que también nos toca intentar “correr cada vez más un poquito la cerca” en cuanto a contribuir con nuestras propuestas a elevar el gusto estético del televidente, muchas veces estancado en el disfrute de propuestas de dudosa valía que le llegan por diversas vías donde ya las oficiales dejaron de tener el monopolio absoluto.

Pero, no tengo la menor duda de que la televisión será mi lugar hasta el final de mi vida laboral porque todavía no he encontrado algo que me guste más hacer que esto, todavía no he logrado sentirme aburrida ni sin motivación para cada día venir y hacer en ella lo que me toca. En fin, ¡sigo siendo una enamorada de mi trabajo en la televisión ¡¿si no , cómo explicaría de donde saco energías y entusiasmo para hacer todo esto que te he contado del año 1998 para acá?

-De los 21 años de Contra el olvido ¿cuántos llevas en él?

-Bueno, pudiera decirte que estoy vinculada a  Contra el olvido desde el 1er día de los 21 años  de existencia que ya acumula. Su génesis estuvo en una sugerencia que hace Freddy Suárez, cuando yo era especialista principal de la programación cultural, de crear un espacio donde se retransmitiera lo mejor de la semana. Yo llamo entonces a Elizabeth Griñán Medina , una directora que en varias ocasiones me había pedido tenerla en cuenta para algún proyecto nuevo que surgiera y es ella quien propone que en lugar de un programa repitiendo lo mejor de la semana, que estaba tan reciente , porqué no hacer uno que visibilizara la riqueza que guardaban nuestros archivos, poco explotados porque todavía el síndrome de la retransmisión no se había viralizado como ahora, que ya la televisión es un gran  contra el olvido .

La  idea gustó y comenzamos a trabajar en su posible estructura. Elizabeth y su entonces compañero en la vida, el ingeniero Tony Caballero, también director y editor  Avid implicado en el proyecto, me mantenían  al tanto de todo e intercambiábamos criterios. Tanto es así que yo soy quien propongo el nombre, basado en un programa que hacía en Radio ciudad ( de La Habana ) la ya desaparecida talentosa poetisa y directora radial, Albis Torres,  que se titulaba “palabras contra el olvido “.

Pero mi participación más efectiva se concretó a partir del 2008,   cuando la mencionada directora  me pide incorporarme como guionista porque había decidido alternar las emisiones de contenido diverso con programas monotemáticos de homenaje a personalidades, los cuales requerían más investigación y localización de materiales específicos para graficar lo que se decía sobre el invitado o este refería, casi siempre directores  o actores de ese período. Fueron los programas que hice dedicados a Verónica Lynn , al director Ernesto Piñero Padrino (el Jockey)   y a Zenia Mirabal , quien falleció justo después de haber conciliado con ella,   en una larga sesión de trabajo de mesa en su casa, los contenidos que irían al guion, razón por la que acordamos realizarlo , aún sin ella.

En esa posición, me sorprende en el 2011 la propuesta de mi jefe de que asumiera la dirección de Contra el olvido en sustitución de Elizabeth, quien no podría continuar al frente del mismo y, ¡desde entonces a la fecha, lo escribo y dirijo yo!

-¿Cómo consigues aunar las efemérides con los materiales de archivo?

-No siempre resulta fácil poder conciliar los materiales de archivo con las efemérides. Yo visiono muchos materiales  y cuando tomo nota de los datos sobre los mismos que necesito para escribir el guion, pongo para qué fecha es conveniente reservarlo. Integrantes del equipo me cuestionan ese afán mío de concebir programas sujetos a fechas, pues muchas veces sucede que por alguna razón deja de salir el programa en la fecha prevista y ya se  desactualiza. Pero a pesar de que “ese perro me ha mordido ya varias veces”, yo siempre insisto porque lo prefiero  pues creo que es una oportunidad para recordar, rendir homenaje a las personas que han dejado su impronta en la memoria histórica de la televisión.

-¿Cuál es el programa que desearías hacer?

-¿Pero Paca, con todo lo que he hecho tú crees que todavía haya otro programa que yo quiera hacer? Bueno, pues no te equivocas. Pero si te lo revelo aquí en público, corro el riesgo de que alguien se apropie de mi sueño y ya dejé de serlo. Sólo te adelantaré que promovería la lectura entre los niños y tendría como figura central  a Obelia Blanco, con esa  cálida voz que me cautivó desde mis días de estudiante universitaria, en los que me sorprendían las horas de la madrugada trabajando en la tesis  de grado mientras la oía en radio taíno dialogar con Alden Knight en el pintoresco programa que, creo recordar,  se llamaba Hablemos de Cuba, placer que se incrementaría al  conocerla  personalmente cuando yo era asesora de Andar La Habana y ella la voz de la ciudad que emanaba de aquel inolvidable programa .

-Lo que no te haya preguntado…

-Entre las mayores satisfacciones que me ha dejado el tiempo que he dedicado a la televisión, que ya suma  23 años,  es haber llegado a ella con mi única hija Daniela de la mano con  4 años y que, para mi orgullo ,  ella sea hoy mi compañera de trabajo, a la  que todo el mundo halaga y respeta por su desempeño profesional como editora !Es que el bichito de la televisión pica fuerte!.

No quisiera terminar sin agradecer a la televisión por haberme permitido merecer  reconocimientos que me enorgullecen como los  sellos aniversario 65 y 70 de la Televisión cubana  el premio Pequeña pantalla y la condición de Artista de Mérito del ICRT, que me fuera conferida el pasado año. ¿Qué más puedo pedirle a la vida? Sólo que me conceda la mayor cantidad de años de vida con la lucidez imprescindible para poder seguir dedicándoselos a la televisión.

 

 

 

 

 

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