Son muchos los personajes interpretados por Jorge Luis López a lo largo de su carrera artística. A principios de este mes de octubre está de cumpleaños y queremos congratularlo, repasando su vida y todas esas actuaciones que, tanto en producciones teatrales como televisivas, han quedado en la memoria de los espectadores.
Cuando era niño, en Sagua la Grande, Jorge Luis era asiduo al cine Alkázar y a la biblioteca. Comenzó en un grupo de aficionados y descubrió el gusto por la actuación. Deslumbrado por su nueva afición, dejó atrás la costumbre de bañarse en el río y cazar con tirapiedras y se enfocó en el teatro, montando obras con sus amigos de la secundaria.
Jorge no olvida el impacto que le causó entrar en el túnel de La Habana por primera vez, llegado de Sagua, y conocer a Luis Alberto García, Bebo Ruiz y Pedro Ángel Vera, quienes lo admitieron en la Escuela de Instructores de Arte. Al terminar sus estudios, dos años después, regresa a casa, con el propósito de ayudar a la madre, quien se encontraba sola con sus hermanos, en condiciones difíciles.
Es llamado al Servicio Militar y designado como director de la Brigada artística de la EJT, responsabilidad que le permitió dar los primeros pasos en la dirección de espectáculos y viajar a Angola para realizar presentaciones artísticas ante las tropas cubanas. Al concluir esa etapa, comienza como profesor de la ENIT en Santa Clara, se incorpora al elenco radial de la CMHW y continúa dirigiendo con éxito en el movimiento de aficionados, por lo que el Grupo de Teatro Escambray en 1980, le ofrece la oportunidad de unírsele.
Jorge Luis recuerda la emoción de trabajar con Sergio Corrieri y otras figuras de ese importante colectivo, junto al que realizó espectáculos trascendentes de la escena nacional, durante 14 años. Con esa agrupación recorrió varios países e inició su carrera televisiva, actuando en La Emboscada, Mala Yerba y la serie La semilla escondida, hasta que, dirigido por Mirta González Perera, graba La verdadera culpa de Juan Clemente Zenea, proyecto en el que pudo nutrirse de los conocimientos de José Antonio Rodríguez, Aramis Delgado y Jorge Hernández. Valora el aprendizaje cerca de esos colegas, que lo introdujeron en la dosificación de la energía en los distintos medios, el valor del silencio y cómo utilizarlo.
Considera otra escuela a Cuando el agua regresa a la tierra. En esa novela, también a las órdenes de Mirta González, pudo coincidir con figuras tan admiradas como Manuel Porto y Enrique Molina.
Viviendo ya en La Habana de manera permanente, actúa en los colectivos teatrales Rita Montaner y Teatro El Círculo, con directores como Rafael González, Miguel Montesco y Pedro Ángel Vera, realizando otras giras internacionales con las obras El lobo, el bosque y el hombre nuevo, por el que obtuvo el Premio Segismundo en el Festival del monólogo y el Premio UNEAC de actuación masculina, y Habla bajo, si no yo grito; hasta crear su propio grupo, Blanco y Negro.
Jorge Luis continúa su trayectoria televisiva con los directores Rafael González, Miguel Sosa, Paco Anca, Willy Franco, Rafael Hernández y muchos más, en espacios tan gustados como Memorias de un Abuelo, El Eco de las Piedras, Los pequeños fugitivos, Doble Juego, Las Huérfanas de la Obrapía y Los tres Villalobos.
Recientemente fue exhibido en televisión el cuento ¿Qué harás después de mí?, un trabajo que lo dejó realmente satisfecho, lo cual reconoce inusual, pues es muy exigente consigo mismo.
Por estos días, se encuentra grabando la telenovela Asuntos Pendientes, interpretando un personaje que seguramente recibirá el cariño de los espectadores. Jorge Luis López valora el afecto del público, aun cuando se aleja de los personajes positivos.
El artista ostenta la Distinción por la Cultura Nacional y en el cine ha actuado en los filmes Como la vida misma, Roble de Olor, Kangamba, Cuba, José Martí, el ojo del canario y en co-producciones y películas foráneas, de las que recuerda Papá Hemingway, Habana Kirit y El Tigre.
Jorge Luis López, como director general de Blanco y Negro, continúa junto a su hija y esposa mostrando sus espectáculos, tanto en Cuba como en el extranjero, profundizando en hitos trascendentes de nuestra cultura, como son el género bufo o la obra de Ernesto Lecuona. Sigue apreciando al teatro como una escuela, en la que cada día puedes perfeccionar el personaje y experimentar.
Desde que comenzó a hacer televisión, siempre ha rechazado las actitudes envanecidas de aquellos que piensan que ser conocidos en la pantalla es triunfar y que solo por ser actor valen más que otros. Valora altamente cualquier oficio o profesión bien hechos y lo que más respeta es la forma de enfrentar el trabajo.
Este actor agradece tanto la ayuda y los consejos recibidos de los que considera sus maestros, que trata de apoyar a los jóvenes actores, pues piensa que la actuación es otra carrera, en la que nunca se termina de aprender, tal y como le escuchó decir a su profesor de actuación, Luis Alberto García (padre).
Debido a la inmediatez del cine y la televisión, que condiciona el resultado actoral, recomienda a los que empiezan, no confiarse ni dormirse en los laureles porque el siguiente rol puede no contar con la misma aceptación que el anterior. La investigación y el estudio del personaje, según las pautas de Stanislavski, lo han llevado por buen camino. Esas son sus mejores armas y no teme compartirlas.
CARTELERA DE CANALES NACIONALES
