La telenovela cubana Vuelve a mirar mantiene el interés en el televidente y, junto a los códigos esperados de suspenso, drama, lucha entre el bien y el mal, también sostiene un tono de fino humor que no falta, mientras que se erige un conjunto de personajes secundarios que crecen con acierto en cada entrega. Entre estos personajes se encuentra el de Mercedes— la madre de Miguelito— que es interpretado por la excelente actriz Yasmina Díaz.
Díaz es de esas profesionales que convence sin mucho esfuerzo. En esta oportunidad, si bien el personaje de Miguelito es una joya por lo creíble de la entrega del actor Yohandry Avalle, tiene un excelente soporte en esta madre sobreprotectora, amorosa y siempre temerosa de que su hijo, con capacidades especiales, sea capaz de emprender vuelo.
Un conjunto de matices queda en expresiones y cadencias lingüísticas expresadas por esta actriz de excelente dicción que no se opaca, aun cuando la emoción prime en más de una situación.
Yasmina Díaz no necesita de grandes artificios para regalar a esta madre, que como dijera el imaginario popular: “Madre siempre es madre”, y errores aparte, como leona lucha por ese “cachorro” que ya conoce el amor, y desde su mundo simple está dispuesto a no dejarlo marchar.
Mujer sola y soporte de ayuda para su muchacho. El guion ha sido pensado para un personaje complejo que, a la vez que se equivoca, erige un conjunto de valores éticos a imitar, y todos desde un espacio de interpretación coherente y orgánico.
Yasmina Díaz, actriz que combina el trabajo teatral con la experiencia como conductora en espacios radiales, nos regala en cada emisión el aplauso ante la idea de que no hay personajes secundarios simples; todo lo contrario, bien sustentados, estos dinamizan y amplían las líneas temáticas esenciales de cualquier propuesta. Y así ocurre con Mercedes en la telenovela, un personaje cuyo intenso mundo interior lo convierten en mucho más que un personaje secundario.
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