Entre tu y yo

Experiencias profesionales, emociones, constante proceso de aprendizaje son algunos de los rasgos que rodean los recuentos de la actriz Grisell Monzón, esta joven que, si bien encuentra en el teatro su gran escuela y cobijo, la actuación per se es su gran compromiso de vida. Sobre algunas de sus experiencias profesionales torna este artículo.

Con una carrera joven e intensa en el teatro, ¿qué necesitas para asumir un rol? ¿Cómo defines la relación que estableces con cada personaje?

“Ante todo, entrega, responsabilidad y rigor, eso para mí es lo primero. Hay preguntas que siempre me hago, eso no cambia: ¿Para qué? ¿Por qué lo hago? Los procesos creativos suelen ser diferentes, yo como actriz trabajo con ciertos métodos que he aprendido a lo largo de mi carrera, pero intento estar abierta a que todo eso puede variar, que nada es estático y que hay cosas que no siempre funcionan. Por eso en todo momento trato de sorprenderme.

“Creo que el trabajo de mesa con el director y los otros actores es fundamental, independientemente de toda la investigación individual que uno pueda aportar al proceso. Pero es importante tener clara la visión que tiene cada uno del trabajo que se va a llevar a cabo, pues todo parte de un ejercicio en equipo”.

Del teatro… a la televisión, ¿cómo defines ese tránsito? ¿Qué es lo que más aprecias de ambos medios?

“Todo parte del proceso de ser actor, veámoslo como un árbol, para mí el teatro es la raíz de la actuación, es ese espacio en el que te descubres como artista, donde experimentas, donde no le temes ni a la equivocación ni al ridículo. Donde aprendes qué significa el rigor y la responsabilidad.

“El teatro es ese lugar donde explora el actor o la actriz, donde se pueden tener muchas facetas, donde ganas seguridad; en él todo está vivo, no hay corte, se repite, donde una vez que empiezas solo te detiene la caída del telón, y donde miras al público directamente sin nada que se interponga.

“Luego está el tronco, las ramas, las hojas, que para mí es el cine y la televisión. El lugar en el que te haces visible, donde ya no solo tu actuación la van a ver aquellos que esa noche fueron al teatro, sino todo aquel que tenga el televisor prendido en ese momento; en cualquier lugar que se encuentre, un televidente será testigo de tu actuación. 

“El teatro es lo efímero; la televisión no, tu imagen estará grabada para siempre, y ahora que todo es digital aún más está asegurada la permanencia. Cuando haces televisión estás rodeada de un gran equipo y de muchísimos pequeños detalles antes de dar la acción, por tanto, es un medio que exige mucha concentración”.

Y hablando de teatro… ¿has pensado alguna vez en el teatro musical? ¿Te ves en él?

“Siempre, me encanta el teatro musical, creo que es un espacio lleno de alegría y eso me da mucha satisfacción, también considero que hacer teatro musical es muy divertido y, a la vez, exige de los actores una gran preparación, pues hay que cantar, bailar y actuar”.

La televisión te ha permitido intervenir en un espacio que combina humor y saber. ¿Cómo defines La Neurona Intranquila en tu vida?

“Un regalo, como bien dices esa combinación de humor y saber es maravillosa; desde que estamos en los ensayos ya nos estamos divirtiendo los actores y el equipo en general. Aprender es otra de mis grandes pasiones y durante los cinco años que llevo en el programa no he dejado de aprender algo nuevo en cada grabación.

“La Neurona… igualmente es un entrenamiento muy bueno para los actores, en cuanto a desarrollar la concentración, pues grabamos treinta programas que hacen un total de casi setenta dramatizados en una semana; por tanto, se pondera la capacidad de memorizar los textos. En ese sentido no hay margen para la improvisación, los textos tienen que ser dichos tal cual, pues se está dando una información a los competidores, una información exacta.  Por otro lado, el equipo es maravilloso y te sientes muy a gusto trabajando”.

Y del humor pasamos al drama en televisión. Tu personaje en la telenovela “Volver a mirar” es de los secundarios mejor matizados, cuéntame de la experiencia.

“Daniela ha sido un regalo, teniendo en cuenta que es un personaje en mi primera novela. Siempre agradeceré a Fiallo por hacerme parte de este proyecto y darme la oportunidad. Ella ha sido un personaje que no ha parado de sorprenderme.

“Confieso que al principio estaba un poco asustada, pero muy motivada, ya que el conflicto central de este personaje, su relación con Miguel (una persona con una discapacidad mental), es la primera vez que se trata en un espacio como este, pero a la vez me pareció muy bueno e interesante que los guionistas (Amílcar Salatti y Yoel infante) escribieran un conflicto diferente y arriesgado.

“Cuando comencé a leerme las escenas enseguida entendí que era una historia atravesada por un gran Amor, un amor sincero, un amor puro, un amor capaz de atravesar cualquier prejuicio social, y ese era el impulso por donde había que trabajarlo. Porque el amor es poderoso.

“Daniela es una muchacha emprendedora, luchadora, una mujer independiente, que, en cuanto a relaciones sentimentales, no ha tenido la dicha, por decirlo de alguna manera, de encontrar un hombre que la valore. Pero de repente todo lo que ella ha estado buscando durante tanto tiempo aparece y, cómo mismo ocurre en la vida, ese amor aparece de la mano de quien menos lo imaginamos.

“Estoy feliz por la acogida que ha tenido este personaje por el público y con muchas ganas de brindarles cosas nuevas”.

Y esa misma felicidad puede ser el impulso necesario para creer en los próximos proyectos de Grisell Monzón; afortunadamente muchos de ellos ya tienen nombre, por eso antes de despedirse adelantó que:

“En estos momentos estoy a punto de empezar a rodar ZOE, la nueva película de Lester Hamlet, a quien le mando un millón de besos y las gracias por regalarme la posibilidad de trabajar juntos. En este filme interpreto al personaje protagónico, junto a Yessica Borroto y Víctor Garcés, y es proyecto que me tiene enamorada. También estoy colaborando con el creador escénico, bailarín y coreógrafo, Abel Rojo”.

Así se despide esta actriz que va dejando una linda huella en un tránsito actoral que va desde el teatro, la televisión y alcanza el cine, con la madurez y la responsabilidad de vivir por y para el arte.