Si le preguntan a Lola el personaje, con certeza dirá que sí, que llegar a la televisión era cosa segura. En los códigos de una jerga criolla, y a la velocidad de su verbo acelerado, ella, la Diva de Guasimita, la desgracia hecha poesía, afirmará que hoy es “más feliz que jicotea en ruedas”.

Y puede que, con ánimos de reforzar ese argumento, recorra con una de sus manos el pelo negro azabache domado por dos grandes hebillas amarillas tipo clip, luego suspire y después contonee los aretes de aros rojos y las pulseras plásticas una roja y otra amarilla de su brazo izquierdo. Todos complementos de ese look tan suyo que llama outfit al descuido.

En cambio, si le preguntan a Danay la actriz, dirá con una dicción casi perfecta que desde niña quiso vivir la experiencia de estar en pantalla; ese deseo, entonces, le dio bríos para estudiar en la Escuela Profesional de Arte de Bayamo, tras aprobar las pruebas de aptitud de la especialidad de Actuación con apenas 15 años de edad.

En la actualidad, Danay Cruz Estupiñan, a veces Lola Mento, perfecciona sus habilidades en el Instituto Superior de Arte, con el objetivo de vivir bajo otras pieles y darle vida a los más variados personajes.

Por el camino, ha participado en dramatizados y otras experiencias televisivas y teatrales; ha conducido el programa Banda Sonora, del capitalino Canal Habana; encarnó a Judith, una joven que se debate entre emigrar a Inglaterra junto a sus padres o quedarse con su abuela en Cuba, en la telenovela cubana Vuelve a mirar; y ha sido parte del elenco humorístico de Ottoxotto y 25xsegundo, proyectos de Cubavisión.

Lola tiene mucho de Danay, lo ha repetido la joven una y otra vez: ambas son guajiras orgullosas de su terruño y cultura; ambas son carismáticas y disfrutan con hacer reír; ambas son mujeres que han apostado por el humor, un escenario creativo dominado por hombres...

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Martes 5 de julio, irrumpe en la parrilla nocturna veraniega de Cubavisión el proyecto musical Alianza en la casa. A sus anfitriones, Tahimí Alvariño y Bárbaro Marín, los acompaña en cada entrega Lola Mento, el personaje medio estrafalario interpretado por Danay Cruz.

En el show televisivo, la muchacha-personaje le ha recriminado a la pareja de actores no esperarla para la despedida pues, después de todo, “ella es el horcón de este programa”; y también ha intentado formar parte de la agrupación femenina de música popular bailable Anacaona, con el fin de que Purrichy y su pareja la jabá patiflaca de los Gómez mueran de envidia al verla cantar en el televisor “gua gua gua, llora si te duele”.

En tanto, la muchacha-actriz agradece la oportunidad de trabajar con artistas a quienes admira desde niña;  en un proceso divertido y disfrutable, donde tuvo total libertad para escribir sus diálogos y monólogos. Ella considera confiesa que ser humorista es muy difícil, y ha intentado desarrollar esa arista con sumo respeto. “He apostado por él, precisamente, porque me trae muchas gratificaciones”, señala.

¿Cómo llega Lola Mento a Alianza en la casa?

“Telo Eleuterio González fue el encargado de organizar toda la parte humorística, o sea, contactar a quienes participarían. Había coincidido con él en el programa Ruta 10, donde asumí sketches como Lola por varios meses. Me vio allí y se le ocurrió llamarme más tarde para proponerme este proyecto, donde necesitaban un personaje que sirviera de enlace entre cada situación. Telo creía que Lola podía encajar fácilmente y yo acepté gustosa”.

¿Quién es Purrichy?

“Un personaje ficticio, el ex insuperable de Lola. Muchos me preguntan si algún día lo mostraré, pero no pienso hacerlo;  prefiero que cada persona lo imagine como desee”.

¿Cuánto de tu pueblo natal hay en el Guasimita de Lola?

“Hay mucho de mi pueblo natal, Báguanos, en el Guasimita creado por Lola. Guasimita existe, y también pertenece a la provincia de Holguín. Mis abuelos maternos eran de allí. Yo nunca he ido. No obstante, me he inspirado en mis raíces y en mi gente para crear todo este mundo que rodea al personaje”.

¿De dónde le vienen a Danay los dichos e historias que usa Lola?

“Muy fácil, nací y me críe en el campo, me nutro de ello. Cada vez que regreso a mi casa estoy muy atenta a todas las conversaciones, pues siempre hay algo simpático que termino guardando y diciéndome ‘Esto me sirve para Lola’”. (Risas)

Lola Mento posee perfiles en redes sociales y plataformas digitales como Facebook, Instagram y YouTube, ¿por qué apostar por esa presencia? ¿Han servido de vías de retroalimentación con la audiencia?

“Totalmente. El personaje aún vive gracias a esa retroalimentación, pues estuve una larga temporada sin aparecer con constancia en pantalla. Decidí que Lola no muriera y  comencé a crear contenido para las redes, de manera fundamental en la etapa más dura de la pandemia de la COVID-19.

“Me alegra mucho el vínculo que he creado con mis seguidores, llevándome sorpresas tan grandes como la de ver a muchísimas niñas imitando al personaje. Siento que he asumido con mi público un compromiso ya inquebrantable”.

A modo de contrapartida, ¿cuánto han expuesto estos canales a Lola y a Danay? ¿Cómo asumir las apreciaciones negativas?

“Hay algo que se debe tener muy claro: no se puede gustar a todo el mundo. Mi trabajo no tiene por qué agradarle a todos, aunque intente con él arrancar una sonrisa. Eso lo entiendo y lo respeto. Claro que he recibido comentarios negativos; muchos han estado llenos de odio y los he desechado, otros sí los he tenido en cuenta, pues me han ayudado a crecer.

“Sin embargo, siempre me he  sentido arropada por el cariño de gran parte del público. En lo profesional, quizás lo más negativo sea que muchos me ven como el personaje e imaginan que solo puedo hacer humor, y de ahí al fastidioso encasillamiento…”.

¿Qué significa ser humorista joven y mujer en la Cuba de hoy?

“Un desafío, pues el humor en nuestro país ha sido defendido, en su mayoría, por hombres. Prevalecen también muchos prejuicios, a veces hasta entre las mismas mujeres; pero aún así nunca han dejado de existir maravillosas exponentes del género como Eloísa Álvarez Guedes, Consuelo Vidal y María de los Ángeles Santana, paradigmas todas”.

¿Existen suficientes espacios para ti y para tus colegas mujeres en el humor cubano?

“Considero que el humor cubano, más que un resurgimiento, necesita renovación, como sucedió en la década de los años 80 del pasado siglo. Hay mucho talento joven y ser mujer no debe constituir impedimento para hacer reír. Somos muy pocas quienes estamos apostando por el humor; espero que con el tiempo se sigan sumando mujeres y se nos dé siempre el apoyo y el espacio para seguir creando”.

 

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