El locutor y director de radio y televisión pinareño, documentalista, guionista, editor, periodista, escritor, compositor y cantante, Luis Hidalgo Ramos, vió nacer su programa “Todo Música” en medio del huracán Michel

En este octubre de 2022, como consecuencia del devastador evento ciclónico Ian, el telecentro Tele Pinar se encuentra trasmitiendo solo media hora diaria, mientras sus trabajadores continúan activos, protegiendo los equipos y paredes que han defendido varias generaciones por 38 años.

Uno de esos colegas que no se rinde es Luis Hidalgo Ramos, el cual ha recibido más de 300 premios nacionales e internacionales en eventos de radio, audiovisuales y literarios, además de ser reconocido como Premio Provincial de Radio 2021; hermoso galardón para quien se adueñó de un micrófono radial a los 9 años y continúa, ante y detrás de cámara, desafiando el fatalismo geográfico provinciano. Realicé esta entrevista en días previos al paso del huracán Ian, pero Luis Hidalgo Ramos y yo continuamos intercambiando ideas, a pesar de los huracanes.

¿Cómo nació en ti el amor por el arte?

- Desde niño tuve muy claro lo que deseaba ser en la vida. Escuché una voz interior revelándome: “el arte es tu camino”. Mi madre: una adicta a Radio Progreso, me inculcó el amor al sonido, ¿quién iba a decirnos entonces que me convertiría en protagonista y director de radionovelas y series?. Por su parte, mi padre adoraba las emisiones vespertinas de “La Discoteca Popular” de Radio Guamá y  las disfrutábamos juntos.

“En lo más oculto palpitaba mi fascinación por el medio televisivo. Cuando la cámara salía del marco aforado y atisbaba el resto del espacio, permitiéndome entrever la dinámica televisiva, sentía un literal encantamiento. Con un juego de piezas para armar figuras, construía pequeños estudios.También elaboré cámaras y micrófonos de cartón, esos eran mis entretenimientos favoritos.

“Y si a eso le sumas que en la escuela primaria Ciro Redondo me daba a la actuación, al canto y a la presentación mediante actividades pioneriles… comprenderás que cuando visité por vez primera el Estudio Teatro de Radio Guamá, con el fin de interpretar canciones en el espacio para niños “La escuela del Aire”, supe que ahí estaba mi futuro.

“En efecto, pasó el tiempo y me convertí en la figura principal de aquel programa abordando el personaje de Guamacito: mascota de la planta provincial, cantando con varias voces cada domingo en vivo al piano y siendo el animador de uno de los proyectos radiales en los que dejé sembrado el corazón”.

Inspirado por esa fuerte vocación, ¿de qué manera continuaste en la radio?

- Nora Peláez: Mujer-Radio, primera gran maestra y pedagoga natural, es la culpable de mi versatilidad. En el Círculo de Radiodifusión de la tranmisora pinareña, la destacada radialista tenía el concepto de que debíamos dominar todas las especialidades, igual que lo hacían muchos de los prestigiosos artistas de la planta Guamá.  Si en  la infancia me invitaban al abordaje de roles infantiles, declárandome uno de los fundadores del programa “La Edad de Oro”, en mi adolescencia y primera juventud mi espectro actoral se amplió, hasta que tuve la suerte de que se me otorgaran la plaza como locutor: mi profesión más amada, la que considero que más se ajusta a mí.

Lograste encauzar tus aspiraciones artísticas en una emisora provincial. No obstante ese buen comienzo, ¿crees en el fatalismo geográfico?

- El fatalismo geografico existe y si no te eriges poderoso frente a él puede demolerte con la energía de los huracanes. No es solo un conflicto cubano; por su causa, Lola Flores abandonó Jerez de la Frontera y Rocío Jurado partió de Chipiona con destino a Madrid.

“Mientras cursaba estudios para trabajadores en la FAMCA y durante el más cruento periodo especial, por cinco largos años me levanté a horas muy tempranas de la madrugada. Viajaba toda una noche, cada 15 días, desde Pinar del Río a La Habana pescando el sueño en vehículos de cualquier procedencia. Después caminaba casi dormido, aún entre las sombras de la noche, desde la Estación Central de Ómnibus Nacionales hasta la escuela ubicada en 5ta y 20, Miramar.

“Sin embargo, en una ocasión, por dificultades con el transporte, llegué 10 minutos pasadas las ocho de la mañana y el profesor Enrique Colina me prohibió recibir su conferencia. Fue extremadamente claro: “si quieres estudiar en este centro, no puedes dormir. Sal de tu casa más temprano aún”. A pesar de mi no extinta admiración por él, ese día me dio una enseñanza contraria a la que quizás supuso: jamás he podido yo ser tan injusto con un alumno mío.

“No creo que las dificultades necesariamente lo forjen a uno. Muchas de ellas desgastan. Y el fatalismo geográfico te priva de muchas cosas y en alguna medida te desgarra. Pero si tienes un sueño y en tu tierra natal no están creadas las condiciones para construirlo, debes atravesar las fronteras. Alicia Alonso me lo confesó: “Cuando se me mete algo entre ceja y ceja, voy hacia adelante…” Así es el artista obsesionado por extender las alas de su arte. No es un asunto de desamor al terruño, sino de satisfacción por los vuelos altos”.

El género musical está presente en tu quehacer como solista y director de radio y televisión, ¿estudiaste música?

- De niño, le sacaba notas al viejo piano de una vecina. Entonces componía pequeñas e inocentes canciones. Cantaba a todas horas. A los 15 años comencé a estudiar piano con la maestra Zoila Rubalcaba. Ella me enseñó el solfeo, la teoría y la ejecución del instrumento. Posteriormente tomé clases de canto profesional, de la mano de Alba Cruz y José Rolando Valdés, en la Escuela de Superación Profesional de Pinar del Río, debido a que en la radio me propusieron interpretar el personaje del compositor pinareño Pedro Junco en la radionovela “A la luz del amor”.

“Nunca intenté ser cantante, pero personalidades tan admiradas como Consuelo Vidal y Germán Pinelli tenían esa habilidad y yo, que adoraba ser un animador completo, primero incorporé el canto a la locución y después, por admirar también a Ana Nora Calaza e Irela Bravo, me hice un actor que cantaba.

“Nunca imaginé que iba a cantar mis composiciones. Después vino mi disco, producido en España, pero todo partiò de una vocación educada que me hizo darme a la música en muchos sentidos”.

En la radio tuviste la oportunidad de dirigir variedad de géneros, ¿con qué espacio debutas en la dirección televisiva?

- Mi querida colega Sissi Izquierdo González me propuso la co-dirección del documental “Candil de Nieve”. Ambos cursábamos el primer diplomado que auspició la FAMCA en La Habana. Era preciso realizar una obra teórica y práctica con la que pudiéramos graduarnos. Además de una calificación excelente, logramos el Gran Premio, el Premio al Mejor Documental y el reconocimiento a los directores más jóvenes, en el Festival Nacional de Telentros.

“El medio televisivo había sido mi ambición. Fui el primer niño en conducir un espacio infantil habitual en la programación del telecentro pinareño, pero antes había presentado ocasionalmente “Escenario Escolar” en el Canal 6. Cada experiencia me enamoraba más y por eso, cuando dispusieron para mí una plaza como presentador en Tele Pinar, no dudé ni un minuto en dar el salto de la radio a la televisión.

“Desde entonces he presentado y dirigido programas de todos los géneros: infantiles, de concursos, informativos, documentales, culturales, campesinos, variados, hasta deportivos. Pero si tengo que elegir el que considero más sobresaliente, digo, sin temor a equivocarme: “Todo Música”, pues me ha impuesto muchos retos ante la casi total ausencia de recursos, pero la superamos a golpes de ingeniosidad.

“No por gusto hemos recibido, durante 20 años, los premios más relevantes en su categoría en el Festival Nacional de la Televisión Cubana, el Festival Nacional de Telecentros y el Concurso Caracol de la UNEAC y el más importante: el que otorga el público que nacionalmente nos ha seguido por Cubavisión, Cubavisión Internacional, el Canal Educativo, el Canal Educativo 2 y, ahora, a través de la Señal Musical de Clave”.

¿En que circunstancias nació “Todo Música”?

- En 2002, el huracán Michel separó a Pinar del Río del sistema nacional de televisión. Vivimos 11 días sin electricidad. Fue necesario improvisar transmisiones nocturnas provinciales, y la dirección de Tele Pinar me pidió que asumiera un musical de dos horas.

“Dias atrás yo había dirigido un espectáculo protagonizado por la cantante María Elena Lazo en el Cabaret Rumayor. Lo titulé “Todo Música”. Así nombré al proyecto televisivo de emergencia, conformado por videos cubanos y extranjeros que yo presentaba desde una escenografía antigua. Fue tal la aceptación popular que, tras reconectarnos, los directivos del canal me propusieron mantenerlo.

“Para la radio, durante la década anterior, dirigí los Festivales provinciales y nacionales del medio. A través de ellos conseguí posicionar a los artistas de la provincia pinareña en el gusto del público, por lo que orienté “Todo Música” a la muestra del talento local, imprimiendo mi punto de vista como realizador. Hoy transita de lo puramente territorial a lo universal”.

Muestras una arraigada fidelidad hacia Pinar del Río y sus artistas. Entre ellos es imprescindible mencionar a Polo Montañez, ¿puedes referirte a tu relación con el Guajiro Natural?

- No fui su amigo, pero le tuve el cariño y la admiración que todo Pinar del Río le profesa aún. Le hice una extensa entrevista que, por primera vez, reveló algunas de sus interioridades. Como parte de aquel programa llamado “Confesiones”, surgió la idea de una de sus páginas más famosas: “Lo que me inspira a hacer esta canción es una sensación que yo no imaginaba…” . La compuso entre nosotros, mientras descansaba, en el estudio de Tele Pinar.

“Después vino su accidente, su agonía y su muerte. Como tributo presenté la producción televisiva más abarcadora que se ha hecho en Cuba sobre el Guajiro Natural, producida por el Canal Educativo 2. Se llamó: “Entre surcos de cuerdas”, título de una canción que escribí en su memoria”.

Además del documental dedicado a Polo Montañez y “Candil de Nieve”, reúnes otros títulos en tu producción documentalística, ¿qué te condujo a ese género audiovisual?

- La cineasta Belkis Vega fue mi profesora en la Universidad de las Artes, y me inculcó el amor por el documental. Ella no es solo mi principal paradigma en el cultivo del género, sino también una de mis maestras ícono. Lo que soy en el campo profesoral lo debo a todos mis maestros, pero en especial a Belkys, pues sus conferencias, además de instruir en materia audiovisual, desbordaban pura pedagogía.

“Octavio Cortázar fue mi otra base sólida en este género. Una noche de invierno llegó a mi casa de Pinar del Río junto a Francisco Alonso, entonces presidente de la UNEAC vueltabajera. Octavio me propuso ser su director asistente, para acompañarlo en el documental testimonial: “Soy como soy”, inspirado en la vida y la obra de Pedro Junco. Sin titubear, acepté la proposición. Resultó una experiencia nutricia.

“Después, dirigí a dúo y en solitario muchos documentales: “Un lugar para no morir” y “Añorado Encuentro”, el primero sobre la escritora Dora Alonso y el segundo sobre el compositor Alberto Vera. (Co-dirección de Sissi Izquierdo González), “Pintar la vida”, dedicado al Mural de la Prehistoria en Viñales, “Alejandro, Brazo Fuerte y Jardinero”, con las vivencias de un guajiro que entrenaba bueyes en medio del valle viñalero, “Desde un castillo en ruinas”, protagonizado por la autora Marcelina Rodríguez Quintana, “Los Trazos de la inocencia” (A partir de personas que viven con Síndrome de Down), “La vida que vuelve” (Basado en Rubén, un bailarín que sobrevivió a un tumor cerebral), “El Don” (Acerca de un deportista de alto riesgo); estos tres en co-dirección con Marco Alfredo Fonseca Guerra. También cuento con “Danza de crines”, inspirado en Alicia Alonso y su padre, y “Pedro Junco: el mito de Nosotros”, una vez más con Pedro Junco como personaje principal.

“Muchos han sido los premios que me han otorgado por mis documentales dentro y fuera de Cuba y todos ocupan un sitio especial en los caminos de mi vida”.

¿Qué es lo que más te atrae del documental y por qué incluyes dramatizaciones en muchas de tus producciones?

- Creo que nunca podría ser director de obras de ciencia ficción porque la realidad me resulta fascinante. Las historias verdaderas me llaman la atención y trato con ellas que la gente se emocione, busque lo poético, la maravilla y hasta lo fantástico que habita en lo real.

“En ocasiones incluyo dramatizaciones porque los actores pertenecen al mundo ficcional, sin embargo trasmiten una seductora veracidad que enriquece y aporta al objetivo básico de los documentales.

“Tuve el privilegio de ser actor radial y desde entonces siento en carne viva que los actores son extraordinarios instrumentos expresivos en manos de un director, no solo porque quien dirige los orienta, sino porque ellos, en su autonomía, se integran al discurso y la obra termina siendo la composición de todos, aunque desde la barita directriz”.

Tiene tu firma el volumen: “Directores y Locutores: notas de acordes en el aire” y eres un autor premiado en el género poesía, ¿cuál ha sido tu experiencia al escribir para la radio y la TV?

- Pienso que al escritor de radio y televisión se le discrimina, se le subestima desde la ignorancia. Solo el que ha escrito para los medios conoce la complejidad y el significado de hacerlo y las condiciones que se requieren. El guion radial y el guion televisivo son literatura para representar al igual que el texto teatral y cinematográfico. Cada uno con sus particularidades de lenguaje, pero todos con tantos valores como el texto literario que se publica en formato de libro.

“Escribo desde niño, pero encaucé mis intereses principalmente hacia la locución y la dirección, por lo que mis narraciones y poemas no radiales ni televisivos permanecieron engavetados mucho tiempo. Un dia decidí publicar; comencé compilando algunos de los guiones de Nersys Felipe que dirigí para la radio pinareña y le sumé al volumen una entrevista que le hice a la escritora sobre su casi desconocida, pero trascendente labor radiofónica.

“Ediciones En Vivo aceptó el proyecto. Después, Ediciones Loynaz me abrió las puertas naciendo:“Todo Música: Confidencias de pentagrama”, un libro que aborda las vidas y obras de estrellas del arte musical cubano, que durante 20 años han sido focalizadas por la cámara de mi espacio televisivo nacional. Le siguió: “22 sonetos para no morir” que, tras ganar Mención en el Concurso de poesía José Álvarez Baragaño, se convirtió en el primer video libro cubano. Son también de mi autoría: ”Danza de crines”, décimas a personajes cubanos y españoles, que contó con el auspicipio de la editorial zaragozana Comuniter.

“Todavía reposan en mi computadora aproximadamente 20 nuevos libros, entre cuentos, poesías, entrevistas y locución, mientras espero la publicación de “La carta de Mélany”, Premio Nacional Chicuelo de Narrativa para niños”.

Tras concluir  tus propuestas para la programación de verano ¿en qué proyectos trabajas actualmente?

- No soy de quedarme tranquilo en mi casa esperando a que me llamen. Tengo ideas y las escribo y presento. Lucho por ellas como un guerrero y procuro llevarlas a buen puerto. Tal vez por eso, bajo un huracán, gesté “Todo Música” y ahora, a pesar de las graves afectaciones provocadas por Ian, no dejo de escribir.

“Preparé un segundo libro de entrevistas, vibro por la segunda edición de “22 sonetos para no morir” en la cual laboramos actualmente, entregué a Cubavisión proyectos de rodaje de un documental sobre la vida y la obra de la pinareña Verónica Lynn, un musical especial titulado “Bajo el sol de Lecuona”, en relación con la Compañía de Teatro Lírico de Pinar del Río, y un unitario bajo el nombre “Puentes de un Valiente Falcón”, inspirado en el disco “Clásico entre puentes” de los maestros Iván Valiente y Alejandro Falcón con la orquesta Solistas de La Habana, en su aniversario número 20.

“La discográfica Abdala, gracias al Instituto Cubano de la Música, licenciará en Cuba “Caminos desde mí”, que incluye 18 de mis composiciones producidas por el sello español Delicias de Zaragoza, con interpretaciones de figuras como Waldo Mendoza, María Victoria Rodríguez y Marta D´ Santelcies.

“A la par, me preparo para celebrar las dos décadas de emisiones nacionales de “Todo Música”, y continuar conduciendo reportajes para el popular espacio “Entre tú y yo”.

Eres uno solo y trabajas al mismo tiempo proyectos musicales, literarios y audiovisuales, ¿cómo logras culminar tus proyectos? 

- He encontrado inmensas oportunidades en Pinar del Río, a pesar de  las obsolescencias tecnológicas y la falta de recursos de las televisoras territoriales, las cuales priorizan la misión informativa, respondiendo a la necesidad que les dio origen. La Habana me ha abierto con creces las cortinas desde el punto de vista profesional y España ha sido un país desbordado de amor por mi trabajo, en el que pude grabar documentales, video clips, reportajes y entrevistas a figuras cumbres, además de presentar mis libros y audiovisuales en sitios tan ilustres como la Real Escuela del Arte Ecuestre Andaluz, El Centro de Historias de Aragón o el Auditorio de Zaragoza.

“Veo la creación como un desafío y a la vez como un placer. No le llamo trabajo a lo que hago, sino desbordamiento de amor y goce. Incluso cuando, como todo artista, tengo que saltar rocas crecidas, siento felicidad.

“Habrá quien le llame masoquismo, pero las artes que cultivo son mi esencia. Me declaro ante todo locutor, sin embargo, a estas alturas, no puedo renunciar a ninguno de los retazos que arman la vestidura de mi vida. Me inspiro por naturaleza  porque tengo musas fáciles que, como inofensivos huracanes, me levantan del suelo. Dice mi colega Roberto Arada que soy un torbellino creativo. Tiene razón, me gusta vivir entre aciclonados, pero positivos vientos”.

 

 

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