José Cotta es un especialista en maquillaje y peluquería del teatro y la televisión, que se entusiasma con cada uno de las producciones en las que participa. Su crédito aparece en algunos de los cuentos y telefilmes de mejor nivel de realización televisiva de los últimos años. Además, es colaborador asiduo de las compañías teatrales: A teatro Limpio, El Cuartel, y Jazz Vilá Project.
Con gran capacidad de trabajo, estudio e imaginación, Cotta puede caracterizar de manera creíble y deslumbrante, a una reina del siglo XVI o a un joven de la contemporaneidad. También disfruta hacer heridas y cicatrices, habilidad que aplicó en el cuento televisivo “La burla”, dirigido por Ariel Prieto-Solís, al maquillar la evolución de los hematomas de la tortura de forma gradual.
¿Cuál es el secreto de José Cotta para lograr tan buenos resultados?
Le pone amor a lo que hace, investiga, intercambia con los directores, y piensa sus propuestas con detenimiento.
El profesional siempre está enrolado en algún proyecto televisivo monotemático. Los directores confían en él, incluso para una sugerencia de casting. Esto se debe a que los especialistas de maquillaje y peluquería logran la compenetración con el actor, conocen sus sentimientos y preocupaciones antes de entrar a escena; transforman el rostro común en una imagen trascendente, y acompañan al actor en el proceso de la metamorfosis.
Conversé con el artista en un diálogo lleno de ocurrencias. José reconoció su preferencia por trabajar con jóvenes, porque le trasmiten alegría y vivacidad, aunque asegura que todas las edades tienen sus encantos y los actores de larga trayectoria le aportan sus experiencias.
Cotta comenzó su labor como peluquero de salón, dió los primeros pasos en el maquillaje de quinceañeras, hasta profesionalizarse en Teatro El Público, agrupación dirigida por el Premio Nacional de Teatro, Carlos Díaz.
Sin tapujos, admite que no le interesa la docencia por el momento, y asegura entre carcajadas: “Cuando me falle el pulso para utilizar el pincel de maquillaje, cogeré la tiza para enseñar”
El especialista se refirió a su labor en el teatro:
“El camerino es un espacio encantador. Disfruto cuando el actor se prepara para la representación, porque es el momento de maquillarse, vestirse, revisar el texto. Lo que más feliz me hace es el aplauso final de cada espectáculo; siento que hay cosas mías en el resultado, parte de la energía que compartí con los actores”
Como conclusión de su cercanía con los intérpretes sostiene:
“Si el actor no cree en su personaje, no hay maquillaje que lo salve”.
El telefilme “Días de novios” fue uno de sus trabajos televisivos más relevantes, pues logró con éxito varias propuestas de caracterización de ambos sexos, enmarcadas en los años cincuenta del siglo XX.
“Disfrute mucho la pre filmación, el proceso de búsqueda, las propuestas y la oportunidad de contribuir al casting. Aún me comentan sobre los buenos resultados de ese audiovisual dirigido por Yoe Pérez. También la serie humorística “Na’megando”, de la misma directora, me ofreció muchas oportunidades creativas”
Otra obra audiovisual de la que se siente orgulloso es el documental: “Alas, fuego y color”, con dirección de Prieto-Solís, en el que realizó la caracterización de José Martí. En esa ocasión, el especialista vió su nombre en los créditos iniciales y se emocionó ante el reconocimiento por el buen resultado de su trabajo, y la perseverancia para conseguir los postizos que utilizó. Desde hace años, debido a la escasez de suministros, los maquillistas y peluqueros de los proyectos audiovisuales y el teatro emplean gran parte de sus recursos personales para trabajar.
Los comentarios de José revelan su conocimiento de autores, géneros, estilos, el deseo de integrar el staff del cineasta Fernando Pérez e incursionar en el largometraje, ya que ha tenido experiencias anteriores en el corto y el mediometraje.
En estos momentos, el maquillista y peluquero se encuentra en la grabación de algunos de los telefilmes que saldrán al aire en el espacio de verano: Una calle, mil caminos, mientras hace suya cada historia, y apoya a los jóvenes realizadores y actores que se abren paso en la televisión.
La amena conversación permite constatar la ilusión, el amor y el optimismo con que José Cotta concibe la imagen de cada personaje, la entrega para lograr que los personajes deslumbren al espectador, en la pantalla o en el teatro.