Conversación con el joven actor que interpreta el personaje de Cristian Almaguer en la telenovela cubana Renacer

Para Christian Jesús Pérez Castillo, el recién finalizado 2024 fue un año de crecimiento porque “tuvo la combinación de éxitos y derrotas, de logros y fracasos. Creo que es importante que se combinen esos dos factores: no todo puede ser gloria, sobre todo en esta etapa de crecimiento y de formación en la que uno se encuentra”, dijo.

Tres momentos que marca como significativos fueron: formar parte del elenco de la telenovela Renacer, haber tenido mucho trabajo en el teatro y graduarse de la Universidad de las Artes (ISA).

“Realmente fue un gran reto para mí. Aprendí mucho técnicamente y como persona, sobre asumir el peso que significa dedicarse a una profesión que te expone tanto, en público, a la crítica, a dejar tus emociones frente a un público, tu imagen, tu cuerpo entero, en fin, es un trabajo que te desnuda emocionalmente, y a veces, físicamente también”, confiesa.

Cuando le pregunto por sus propósitos para este año me responde: “Esperemos que el 2025 también sea de muchos éxitos, que sigamos creciendo y que sigan llegando proyectos atractivos, incluso más atractivos que los del 2024, que ya fueron bastantes”.

– ¿Cuáles fueron las motivaciones para interpretar el personaje del productor musical Cristian Almaguer en la telenovela cubana Renacer?

–La principal, el hecho de tener mi primera oportunidad en la televisión, en específico en una novela. Antes lo había intentado y no me habían dado la oportunidad, aclara que aunque lo vimos primero en el rol de Alberto, el traficante de drogas, de la telenovela Viceversa, había aprobado primero el casting de Renacer.

“Cuando Rey Castañeda, el director de casting de Renacer, me llama para hacer las pruebas, me puse muy contento, y mucho más cuando logro aprobar, después de tres fases eliminatorias. Ese fue uno de los días más felices realmente que he tenido en mi corta carrera.

“Creo que los actores siempre tenemos que probarnos en diferentes medios. Ya había probado el cine, el teatro, que es mi hábitat natural, y la televisión se me había hecho esquiva. Y bueno, se pudo concretar”.

– ¿Cómo fue la preparación para este papel?

–La preparación inició con el trabajo de mesa de la mano de Ana Rojas, la coach de actores, que fue mi profesora en el ISA, de voz y dicción, y realmente trabajar con ella es muy cómodo porque tiene mucha habilidad para la docencia, mucha calma para explicarte, para hacerte encontrar el camino, y es una persona que transmite mucha paz, muy buena vibra, y eso me ayudó mucho.

“Lamentablemente no pudo continuar con nosotros en el rodaje. Hubiera sido muy importante que hubiera seguido con nosotros asesorándonos en la filmación, pero, por cuestiones de trabajo, solamente pudo estar en la pre-filmación. Igualmente fue de mucha ayuda en todo el estudio de la psicología del personaje, la gestualidad, la parte externa, la postura, la mirada.

“También obviamente los directores me asesoraron. Individualmente hice un estudio con un amigo del ISA que estudiaba en aquel momento ingeniería de sonido, Javi León, que es músico e ingeniero de sonido y trabaja en los Estudios Abdala, y me puse en contacto con él para que me ayudara en todo ese estudio del mundo de la música que me queda un tanto distante.

“Incluso tuve la oportunidad de ir a Abdala, y ahí estuve viendo cómo funciona, a nivel técnico, la producción musical, pero lo que más me interesaba era conocer la dinámica de la interrelación del productor con el músico, con las cantantes en específico, con las mujeres cuando les toca producir un disco, cómo se proyectan, cómo manejan el ego. Y estar ahí realmente fue de mucha ayuda.

“Y obviamente el trabajo que hace uno solo en casa, estudiando el texto, los objetivos por escena, el superobjetivo del personaje, es decir, toda una serie de elementos técnicos, que ya es más un trabajo individual”.

– ¿Qué desafíos enfrentaste al interpretar este papel?

–Los desafíos fueron múltiples. Estaba haciendo teatro, pero a la misma vez estaba haciendo dos novelas, porque coincidieron en algún momento los rodajes de Viceversa y Renacer, y muchas veces salía de una filmación, de un set para otro, o salía de un día de rodaje para una función en el teatro, o para un ensayo.

“Y además todavía estudiaba en el ISA. Fue un año muy cargado y era un desafío para un actor, con poca experiencia y poco oficio, poder asumir varios retos a la vez, personajes que eran diametralmente opuestos. Eso me llevó a una dinámica de trabajo muy intensa, pero realmente la disfruté.

“Prácticamente no decía que no a ninguna propuesta, y lo hice con mucha pasión, quizás ahora en la distancia, creo que quizás debí haberme enfocado en menos trabajo para poder sacarle más jugo, pero en ese momento creí que era lo mejor, y no me arrepiento, porque fue desafiante pero atractivo a la misma vez.

“Además tuve que buscar la manera de caracterizar al hombre seductor. Yo como persona, no soy tan extrovertido como Cristian, el productor, y eso también fue un gran reto. Tuve que buscar dentro de mí, a nivel de energía, a nivel de expresión, a nivel de forma de comportamiento”.

– ¿Cuál es tu percepción del personaje en Renacer?

–Creo que es un joven muy apasionado, tanto en lo profesional como en lo personal. Para lograr sus éxitos en el mundo de la música, tuvo que ser muy perseverante, muy persistente en un mundo muy competitivo: Cuba es un país con muchos músicos, y para llegar a tener un éxito, como lo tiene él, tuvo que vencer obstáculos.

“Obviamente en el guion no salen los antecedentes, pero uno como actor construye una biografía, y en mi construcción lo veo como un hombre muy tenaz, muy objetivo en sus metas, y muy perseverante. Y eso también lo muestra en su vida íntima.

“En una primera etapa, se nos muestra a un Cristian mujeriego, que disfruta mucho en los bares, pero esa vida también la defiende desde la pasión, desde el disfrute, desde la objetividad de decir: esto es lo que quiero, sentir placer y no me importa más nada.

“Cuando llega Lili a su vida se transforma, y ve que no solo quiere un placer físico, quiere un placer espiritual, crear una familia, y a eso le entra con toda la pasión del mundo, con las metas y los objetivos claros, y se ve su perseverancia y su capacidad de vencer obstáculos, porque la relación no es fácil, pero él persiste, y es capaz de sacrificarse por tal de conquistar completamente a Lili, sin saber, realmente, qué es lo que le pasa, se mantiene fiel, apoyándola. Esa es una actitud muy altruista de su parte”.

– ¿Con qué aspectos de la trama empatizaste más?

–La parte de la trama que más me atrae es la relación que tiene Cristian, en lo personal y profesional, con su pareja. En un principio, se muestra un tanto tóxico y sobreprotector. No quiere que Lili trabaje con otros productores, con otros músicos, por miedo a que la estén acosando, a que la manipulen, pero luego se da cuenta de que tiene que darle libertad, que ella tiene que chocar, de alguna manera, con la realidad.

“Cuando logra entender eso, logra armonizar la relación con ella, y la guía. Le explica realmente con objetividad, que no va a ser fácil triunfar, le habla con la verdad siempre, sin utilizar su profesión para aprovecharse de ella, eso me parece muy admirable”.

– ¿Cuál es el mensaje que quisieras transmitir con tu personaje?

– La multiplicidad de interpretaciones me parece algo maravilloso del arte. A mí como artista me parece mucho más interesante que el arte te lleve varios mensajes, que sean múltiples las lecturas, que haya incluso ambigüedad dentro de la percepción que puede tener un espectador sobre una obra. Uno no debe subestimar nunca al público, y mucho menos al cubano. Creo que el público también forma parte de la creación de la obra de arte.

– ¿Cómo ha sido la recepción del público?

–Me gusta mucho escuchar lo que dice la gente en la calle o leer los comentarios en las redes sociales. He escuchado y leído cosas muy interesantes. Lo importante es tener conciencia de que uno como artista está expuesto a que lo exalten, lo alaben, lo glorifiquen y también lo cuestionen, porque no es lo mismo cuestionar que destruir.

“Hay personas que hacen comentarios muy malsanos y uno también tiene que asimilar eso porque elegimos exponernos. Claro, esas cosas tendenciosas, uno intenta no recibirlas, pero los comentarios críticos, que se hacen con argumentos y con buena intencionalidad, hay que escucharlos porque soy un actor joven que está dando sus primeros pasos, sobre todo en la televisión. Aún me falta mucho por crecer y me parece mucho más interesante escuchar las críticas constructivas que los halagos, aunque siempre para el ego vienen bien los halagos”, concluye.

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