La radio cubana se fundó en 1922 y la televisión, en 1950. Un proceso vertiginoso gestó una radiodifusión comercial que alcanzó resonancias continentales.

En los años cincuenta, dos empresas radiofónicas competidoras con redes nacionales fundaron el Canal 4 (Unión Radio TV) y el Canal 6 (CMQ TV): nuestras dos primeras televisoras.

En consecuencia, numerosas prácticas artísticas, profesionales, comunicativas y mercantiles radiales emigraron hacia el video y consolidaron una monumental sinergia entre ambos soportes tecnológicos.

Junto a ellas, arriban al audiovisual múltiples figuras y personalidades de probada experiencia en la propia radio, el teatro, el espectáculo, el arte mas diverso, el cine y la publicidad.

Desde el triunfo revolucionario -el primero de enero de 1959- artistas, técnicos y especialistas de probado prestigio se polarizan: unos emigran y otros optan por Cuba.

Entre 1959 y 1960 se produjo el proceso de asimilación por el Estado de nuestros medios de comunicación, que culmina con la intervención de las propiedades del grupo familiar Mestre Espinosa.

Este tenía una participación importante en otros sectores económicos de disímil naturaleza y lideraba el mayor y más importante grupo mediático-electrónico del país. 

Hasta el mes de mayo de 1962, cuando se funda el Instituto cubano de Radiodifusión[1] -estructura organizativa estatal que aglutina las actividades radiales-televisivas- el  entorno generado por la nueva forma de propiedad, objetivos mediáticos diferentes y cambios esenciales en nuestra sociedad, impone otra manera de gestionar la comunicación, proyectar la programación y diseñar los contenidos de los proyectos radiales y televisivos. 

De la noche a la mañana, en este peculiar momento fundacional, surgen los primeros altos ejecutivos del sector, no propietarios de las empresas, quienes junto a la sapiencia, versatilidad y aptitud, precisaban capacidad de liderazgo, claridad ideológica y fervor revolucionario.

El reto inédito en nuestra nación tenía proporciones gigantescas, pues demandaba de  los mismos protagonistas de la radiodifusión comercial una nueva visión: concentrar en un sistema electrónico único los recursos de empresas dispersas; optimizar el reordenamiento tecnológico en tiempos de crisis económica; ampliar la cobertura de las señales a todo el país y concebir, sobre la marcha, una  programación acorde a la televisión pública de una sociedad que sufría raigales transformaciones en su tránsito al  socialismo. 

Por ello no extraña que en su núcleo fundacional confluyeran por mérito revolucionario propio, combatientes clandestinos recién llegados del exilio político o que  permanecieron en las células clandestinas creadas en importantes publicitarias[2] o en las plantas radiales-televisivas radicadas en La Habana.

En otros ámbitos de la frivolidad aparente de la farándula artística, latía la conspiración y el arriesgado compromiso de artistas, especialistas, técnicos, personal administrativo y obreros de la radio y la televisión. La mayoría de sus anécdotas y nombres solo se revelaron a partir de 1959. 

La función ejecutiva de la radio y la televisión recayó en hombres y mujeres de  postura izquierdista-patriótica. La mayoría eran directores y guionistas de programas de géneros diversos que alternaban la publicidad, la actuación, la literatura u otras disciplinas del arte.

Ellos, gracias a su capacidad de trabajo, experiencia, consagración y talento, se superaron a sí mismos en las muchas y complejas funciones estratégicas desempeñadas  durante los años sesenta del pasado siglo, cuando nace nuestra singular radiodifusión. 

Entre los insoslayables se encuentran Marcos Behemaras, José Carballido Rey Amaury Pérez García, José Antonio Caiñas Sierra, Mirta Muñiz Egea, Iris Dávila[3] Munne, Jesús Cabrera, Sirio Soto, Rene García e Isabel Aida Rodríguez.

La mayoría ya ha fallecido y su valía artística-profesional y militancia resultan generalmente desconocidas para las nuevas generaciones. Recordemos hoy a:

Marcos Isaac Bhemaras Suárez. Versátil artista y militante comunista y un exitoso guionista de relatos dramáticos y humoristas en la radio y la televisión cubanas.

Fundó Unión Radio. En la emisora 1010 –del Partido Socialista Popular- fue jefe de Programación y escritor de Radiolocuras. Trabajó para RHC, Cadena Azul, CMQ Radio y en Radio Progreso por varios años consecutivos, estrenó la serie policíaca Héroes de la justicia.

Fundador múltiple de la televisión cubana, escribió desde el mismo 18 de diciembre de 1950 -cuando se inauguró CMQ TV- el espacio Tensión, del Canal 6, a partir de las series norteamericanas, nuestro primer suspenso audiovisual

Para el Canal 4 -fundado en 1952, cuando ya pertenecía a la empresa Televisión Nacional- escribió historias del dramatizado Esta noche a las 9 y El premio flaco.

Cuando en 1953 se fundó el Canal 2 (Telemundo) escribió allí Las aventuras de Charlie Chan y Mi sombra y yo.

Desde 1956, de nuevo en CMQ TV, escribe humorísticos como El programa de Garrido y Piñeiro, Música y risas, Me embarcaste Sirope, y un año mas tarde, Detrás de la fachada. A ellos suma el dramatizado El rostro del destino y la telenovela Mama. En esa década es contratado en exclusiva por la Publicitaria Siboney. 

Desde el 2 de julio de 1960,  intervino y dirigió la cadena nacional Radio Progreso y posteriormente funda Radio Habana Cuba, nuestra primera planta radial de cobertura internacional.

Cuando en 1962, se funda el Instituto de Radiodifusión; a Marcos lo nombran Director del sistema televisivo, donde aporta innumerables iniciativas para elevar el nivel artístico de la programación.

Propuso las obras de la literatura universal en la novela; creó desde 1964 el Teatro ICR,  para difundir clásicos de la dramaturgia nacional e internacional; gestó el bloque de programación infantil e impartió conferencias en el Curso de superación de actores, dirigido por Alejandro Lugo. 

El 16 de noviembre de 1966, mientras supervisaba la recepción de la señal televisiva inaugurada un año antes en Baracoa, falleció en un accidente junto al director de programas Enrique Iñigo y el chofer Pedro Sierra.

José Manuel Carballido Reyera un notable revolucionario que, además de escribir hermosos cuentos, era maestro normalista, pedagogo y publicista, sin que ello le impidiera ser guionista de relatos dramáticos y humoristas en los soportes electrónicos.

Desde los años 40 en RHC Cadena Azul, escribió su aventura Roldan el temerario, y junto a Mario Barral, Dora Alonso, Iris Dávila y Aleyda Amaya,  consolidó las temáticas sociales en las radionovelas de ambiente nacional.

Para el Canal 6 (CMQ TV) escribió también el musical El casino de la alegría y a fines de los años 50,  era exclusivo de la Publicitaria Siboney. 

Durante la década de 1960 dirigió la programación dramática de la televisión, y por añadidura, creó el proyecto costumbrista San Nicolás del Peladero. Asumió Detrás de la fachada cuando falleció su autor Behemaras, y para 1968 estrena sus aventuras Los mambises, dirigida por Antonio E. Vázquez Gallo. 

En esta hornada también estaba Amaury Pérez García, que en CMQ TV había dirigido La escuelita, con German Pinelli; revistas musicales televisivos como Jueves de Partagas, Melodías de ayer y espectáculos diversos en cabaret;  hasta que emigra por su actividad revolucionaria al exilio político junto a Alberto Luberta, Gabriel Palaus, Manolo Rifat, Salvador Wood y Juan Carlos Romero. 

Mirta Muñiz Egea, tras fundar nuestra primera televisora, escribió, actuó, dirigió programas e hizo publicidad en diversas agencias mientras combatía la dictadura. Tras el triunfo, participa en la intervención de las publicitarias habaneras y en 1961, al recesar en febrero la publicidad comercial en los medios de comunicación cubanos, dirige el Departamento de ventas de publicidad,  radicado en Radiocentro,  donde se concentra la gestión de  las antiguas firmas comerciales. 

Jesús Cabrera, fundador de nuestra primera televisora de Cuba y de Colombia. Es camarógrafo y director de programas diversos. En el decenio de 1960 también lidera la programación televisiva, hasta que en 1968 parte hacia Santiago de Cuba, al proyecto Tele Rebelde.    

José Antonio Caiñas Sierra fue director de programas dramatizados radiales y televisivos de la Publicitaria Siboney. Desde 1962 dirigió la programación del sistema radial e impartió conferencias en el Curso de superación de actores, organizado por Alejandro Lugo.

René García e Isabel Aida Rodríguez integraron la Comisión  interventora de los negocios de los Mestre, dueños de CMQ. Ellos y otros muchos asumieron responsabilidades nunca soñadas en los momentos fundacionales de la TV cubana. 

Para estos ineludibles de nuestra historia, nuestra gratitud en este aniversario 65.


[1]              En mayo de 1962. Posteriormente denominado Instituto cubano de radio y televisión. 

[2]                Para muestra un botón: La agencia Siboney, concentraba en su célula del Movimiento 26 de julio a Iris Dávila, Eduardo Saborit, José Manuel Carballido Rey, Marcos Bhmaras y José Antonio Caiñas Suerra.  

[3]                Directora de programas dramatizados en Radio Liberación.

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