Tv-Historias

 Reflexiones en torno a la retransmisión de dramatizados en la televisión cubana

En un contexto signado por la covid-19, que ha obligado a posponer varias producciones televisivas, en la pequeña pantalla nacional se han retransmitido dos telenovelas que en su tiempo acapararon la atención de los televidentes. Bajo el mismo sol volvió a exhibirse por Cubavisión tres veces por semana, a las 2:00 p.m., y La otra esquina, por el Canal Habana, a partir de las 10:00 p.m., excepto los miércoles.

Ambas obras constituyen reflejos de la sociedad contemporánea cubana, exhiben estilos narrativos diferentes: la primera segmentada en temporadas; la segunda, de corte unitario, muestra problemáticas que se universalizan a partir de la visión de la familia. Las dos producciones pueden ser nuevamente aplaudidas por su alto nivel actoral y por ser creíbles a partir de la solidez de lo que cuentan.

Bajo el mismo sol en su primera parte contrajo el reto de mostrar las historias de tres exconvictas y su reinserción en la sociedad, pero el guionista, no satisfecho con las complejas historias de esas mujeres, fue enredando la madeja e incluyendo subtramas que de alguna manera conectan con las vidas de las protagonistas, y lo logran sin atropellamiento, sin buscar un dramatismo barato sustentado solo en lágrimas.

En la segunda parte de la telenovela, cuya línea temática es la soledad, se va desde la ancianidad sin apoyo filiar, pasando por la violencia no denunciada hasta el esfuerzo de una madre soltera, de escaso nivel adquisitivo, con un hijo adolescente. Todo ello contado con una naturalidad que conmueve.

La otra esquina repite con la inolvidable presencia de Raúl Pomares y la convincente actuación de Tamara Castellanos, ambos también intervienen en Bajo el mismo sol. Las noches de Canal Habana han quedado premiadas además con la presencia en este dramatizado de Enrique Molina, Blanca Rosa Blanco, Fernando Hechavarría, Paula Alí, Roque Moreno, Yasmín Pérez, entre otros valiosos actores y actrices.

Cuando se toman como referentes propuestas como estas telenovelas, vuelve a ponerse la mirada de atención en qué ocurre en muchos de los dramatizados de estos días que se quedan en “el intento de…”. Y entonces vuelve la palabra mágica, guion, a ponerse sobre la palestra, y con él aquellos nombres que realmente puedan encarnar lo que desde el papel se sueña.

Sigue siendo el talón de Aquiles qué se dice, y si bien nombres como los de Magda González Grau, Lil Romero, Amílcar Salatti, Yoel Infante, Mariela López y otros van dejando referencias obligadas, hay que ponderar la invención dentro de las propuestas televisivas. Historias se tejen a cada paso, solo hay que atinar el ojo en cuáles serán las que realmente deberán ser contadas y luego ponderar dentro del equipo de trabajo la dirección de actores, especialidad indispensable cuando se quiera llevar a la pantalla todo cuanto fue bien imaginado y escrito.

Contar la cotidianidad trae el riesgo de no ser del todo objetivo, pues narrar siempre implica un distanciamiento necesario de lo que se ve; no obstante, resulta un riesgo necesario cuando se quiera reflejar los días que corren con toda la complejidad que ellos revisten. El público lo agradece, si no, las telenovelas Bajo el mismo sol y La otra esquina no serían felizmente revisitadas bajo el presupuesto de que “recordar es volver a vivir”.