Tv-Historias

Un 24 de marzo de 1959 nace el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), la gran casa constituida por realizadores, técnicos, músicos y, por supuesto, actores

Un 24 de marzo de 1959, a solo tres meses del triunfo revolucionario, nace el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), la gran casa constituida por realizadores, técnicos, músicos y, por supuesto, actores… que apostaron por la gran pantalla para mostrar la realidad cubana en toda su complejidad y diversidad.

El reconocido intelectual Alfredo Guevara lideró un movimiento cultural que involucró, en torno al cine, a diferentes exponentes de otras manifestaciones artísticas en pos de lograr, como ha resultado, un discurso propio.

Hoy destacan voces y rostros de muchas historias nacidas para el celuloide que han trascendido nuestras fronteras y otros que han llegado a otros medios, mostrando su valía. La televisión es una excelente muestra de ello.

Si de cine y televisión se trata, el nombre de Salvador Wood, Premio Nacional de Televisión salta rápidamente. El  “Finlay” que protagonizó en la pequeña pantalla, revivió un dueto que había hecho historia en el cine de casa: “El brigadista”, dirigida por Octavio Cortázar. La actuación de Salvador  junto a su hijo Patricio, en 1977, marcó a  toda una generación de cubanos por la gran carga emotiva e histórica del  largometraje.  

El nombre de Eslinda Núñez es escrito en mayúsculas dentro del cine cubano, una de las tres “Lucía” de Humberto Solás y Premio Nacional de Cine en 2011, es admirada por la misma dulzura y depurada técnica actoral con la que  se ha movido también en telenovelas como “Cuando el agua regresa a la tierra”,  dirigida por Mirta González , “Pasión y prejuicio”, liderada por Eduardo Macías, o una serie como “Doble juego”, en la que aceptó el reto de la mano de Rudy Mora. 

Por su parte la primera de esas “Lucía”, la maestra Raquel Revuelta, Premio Nacional de Teatro (1999), se convirtió en todo un hito en la  televisión; no ha habido con los años una “Doña Bárbara” con la exacta combinación de dureza y pasión con que la interpretaba ella.

En un momento en que se recuerda la creación del Icaic, la televisión cubana repone, con una versión digitalizada, uno de los filmes icónicos de cosecha nacional: “Memorias del subdesarrollo”, de Tomás Gutiérrez Alea. Creación de 1968 donde se disfrutó del entonces joven Sergio Corrieri, quien inmortalizó luego al agente Fernando de la Seguridad Cubana, en la serie televisiva “En silencio ha tenido que tenido que ser”.

“Melesio Capote”, personaje humorístico inolvidable de la televisión y la radio encontró en Reynaldo Miravalles su mejor defensor. Un actor que en el filme “El  hombre de Maisinicú”, 1969, de Manuel Pérez, dejó una estela de rigor y excelencia. En 1984 devolvió la risa costumbrista en la película “Los pájaros tirándole a la escopeta”, junto a  Consuelito  Vidal. Filme que la televisión cubana conserva y exhibe con regularidad por la buena acogida que tiene en el espectador.

Frank González distingue la nómina de Premios Nacionales de Televisión (2019), nuestro siempre bienvenido “Elpidio  Valdés” y otras voces del filme homónimo, en la década del noventa  nos regaló el personaje “del amarillo” en la telenovela “Si me pudieras querer”, un personaje de marcada cubanía.

Por su parte está la actriz Irela Bravo, la “María Silva” o “Fernanda”  de nuestro cine, hoy la vemos asumiendo disímiles roles como la  abogada de “Amores y esperanzas”, la mujer violentada en la serie “Rompiendo  el silencio”  y otras veces la auténtica conductora del espacio sabatino “Entre  tú y yo”.

Decir Daysi Granados  es decir “Retrato de Teresa”, filme dirigido en 1979 por Pastor Vega ; “Cecilia”, creación de 1982 de Humberto Solás; Plaff,1988, de Juan Carlos  Tabío; por solo citar estas pocas. Mujeres valerosas, enérgicas, transgresoras, defensoras de su familia, por cierto este último rasgo, a su manera, fue “defendido”, en el rol de la abuela posesiva en la novela “El rostro de los días”,  un regreso por todo lo alto a la televisión de esta dama del cine.

La inmensa Isabel Santos, siempre convincente, en filmes como “Se Permuta”, “Barrio Cuba”, “Miel para Oshún”; rostro de la escena final de “Clandestinos”, en 1987, junto a su pareja actoral por excelencia Luis Alberto García, desde muy temprano demostró que serían una promesa cumplida. La serie “Algo más que soñar” hablaba por sí sola. A ella aún se le agradece su paso lleno de sapiencia en la serie “Con conciencia” de Rudy Mora.

Y por estos días todos los cubanos hemos celebrado el  otorgamiento a Mario Balmaseda de la condición Premio Nacional de Cine. “El hombre de Maisinicú”; “Baraguá” - filme donde interpretó al propio Antonio Maceo- y “Se Permuta” junto a Isabel Santos y la inolvidable Rosita Fornés, fueron muestra fehaciente de su veraz manera de asumir roles muy distantes. Fue una fortuna verlo protagonizar la telenovela “Un bolero para Eduardo”, además de reafirmarse, aún con el paso del tiempo, en el l Reynier de la serie “En silencio ha tenido que ser”.

No podía faltar en medio de este breve recorrido por rostros que nos han acompañado desde el cine a la televisión, con igual acierto, la inolvidable Alina Rodríguez, la María Antonia del celuloide que llegó a convertirse en la peculiar madre de la telenovela “La séptima familia” y la eterna Justa del clásico “Tierra Brava”.

Serían muchos los nombres de actores que han brillado en el cine y han llegado a la televisión para hacer que el espectador siga batiendo palmas por su entrega. Y en ese tránsito  ganamos  todos, por tanto es un aniversario compartido para el público: que desde una luneta o desde casa puede valorar el alcance de la creación actoral.

El agradecimiento, entonces, a los espacios televisivos  De cierta manera y Cine de nuestra América por la labor de rescate de la memoria del cine cubano también desde la televisión.