La historia suele ser caprichosa. Pocos años después de que, en diciembre de 1946, se realizara en La Habana nuestra primera demostración pública televisiva –que fue rechazada por los más importantes propietarios radiales–, la mayoría de ellos pujaba por invertir en la fundación de la televisión.
Pocos años después, muchos de los propietarios-ejecutivos radiales que entonces repudiaron a sus organizadores (María de los Ángeles Santana y su esposo) emprendieron la aventura de la televisión. El primero de ellos fue Amado Trinidad Velasco, propietario de RHC Cadena Azul, quien en 1946 rescindió el contrato radial de la Santana en su cadena.
Durante 1948, intentó adquirir transmisores en EE.UU., para operar su propia planta de video. Antes de que su cadena radial cayera en bancarrota y se suicidara, acusó públicamente a Goar Mestre de boicotear su negociación con las electrónicas norteñas; éxito logrado por las excelentes relaciones que el alto ejecutivo santiaguero de CMQ Radio poseía en EE.UU. Por ese entonces, Mestre anunciaba:
(…) La planta de La Habana tendrá 5 Kw. y alcanzará 35 millas a la redonda –todo el perímetro de la ciudad y pueblos limítrofes–. Ya está en marcha el entrenamiento del personal de estudio, operador de video, cámaras, micrófonos y otras especialidades, el que estará listo para iniciar acciones en el momento adecuado.
Se están adaptando en el décimo piso de Radiocentro, los estudios donde se originarán los programas de video. En esta empresa no se sabe dónde termina el romanticismo y comienza el negocio, puesto que la línea divisoria no es nada. La inversión que vamos a hacer para dotar de televisión a La Habana se eleva a $500 mil. Si nos decidimos a llevarla al Interior será mayor y sabemos una cosa: durante tres años vamos a experimentar pérdidas cuantiosas. Tomaremos una buena parte de las ganancias que nos proporciona la Radio para perderla en la TV; más de este modo estaremos haciendo una inversión en un nuevo arte, en una nueva industria que ha de imponerse en el futuro. (…)
El consenso nacional indicaba que Goar, al frente del poderoso consorcio CMQ, sería el ganador en la carrera por el video cubano. Ejemplo (Anuncio):
“Hasta el momento se sabe que el inquieto y avizor Goar Mestre presentará la televisión en 1950 y que (…) ya CMQ ha organizado un Departamento de programas de televisión, un Departamento Técnico, etc. Salvo accidente no obviable los equipos difusivos de imagen-sonido estarán en sus primeros escarceos antes de fin de año.
Pero (…) no serán los únicos. Una firma amplia y prestigiosamente conocida del radio fans está en este momento en conexión con cierto fabricante norteamericano de equipos de televisión. De un día a otro le entregará (…) miles de dólares. ¿De qué firma cubana se trata? ¿Cómo se llama la fábrica norteamericana de equipos? (…) Esa es la noticia. Goar Mestre y la CMQ no serán los únicos”.
El 4 de febrero de 1950, el Diario de la Marina informaba:
“Dan al Circuito CMQ, el Canal 6 para el servicio de televisión. El primero autorizado para transmitir aquí de 82 a 88 MHz.
La televisión se acerca. Ya el Circuito CMQ ha recibido la notificación oficial del Ministerio de Comunicaciones (…). En Radiocentro se realizan los trabajos para la instalación de un transmisor de 5 Kw. del ultimo diseño de la RCA, será instalado en el décimo piso, empleará antena de tres elementos, que permitirá emitir señal eminentemente intensa para dar servicio a La Habana, Marianao y Regla, cubriendo una distancia de hasta 35 millas.
Goar Mestre cumple lo prometido dedicando la mayor parte de su tiempo a la nueva y riesgosa empresa que ha emprendido y como ha declarado le significará pérdidas por tres años. Pero está dispuesto a realizar ese esfuerzo para situar a Cuba entre los primeros países que marchan a la vanguardia del proceso.
Traerá la televisión antes que finalice el año. Ha dado instrucciones precisas al Ing. Ventura Montes, Jefe del Departamento técnico de la División de televisión del Circuito CMQ, para que active todos los trabajos. El pueblo empieza a pensar ya en la adquisición de los equipos receptores.”
Sin embargo, la primacía la obtuvo Unión Radio, cadena radial fundada en 1947, por Gaspar Pumarejo, exempleado de CMQ.
Esta cadena radial se lanzó a la costosa aventura televisiva en medio de serias dificultades económicas. Tal decisión sorprendió a quienes sabían su crisis pues el negocio televisivo, por su naturaleza, tecnología y novedad, requería grandes inversiones financieras en infraestructura, tecnología, tenencia de equipos receptores y, sobre todo, muchos anunciantes y televidentes.
Para unos, Gaspar Pumarejo buscaba inyectar capital fresco a Unión Radio. La mayoría concuerda en que su motivación básica era arrebatar la primacía del video a sus antiguos patrones de CMQ, quienes llevaban años visitando exposiciones tecnológicas estadounidenses, esperando el momento más rentable para entrar al mercado televisivo.
La Habana se sorprendió con las declaraciones de Gaspar Pumarejo Such:
“En octubre, Unión Radio echará a andar su planta de televisión. Transmitiremos el campeonato profesional de baseball narrado idéntico al de radio por Felo Ramírez y Rene Molina. Así mismo, utilizaremos la televisión para noticias, asuntos cortos y otros deportes. Cuando haya quien transmita televisión, los televisores se venderán como pan caliente (…) Ya en la Dirección de Radio del Ministerio de Comunicaciones hemos presentado los planos y todos los requisitos para la solicitud de frecuencia para nuestra planta de televisión.”
Tal comunicado desataría un aluvión de acciones precipitadas en el universo radial habanero. Pero ya esa es otra historia…